Asesinos salieron del infierno y vinieron a matar niños, physician inocentes, healing viejos, click civiles, gallinas, vacas, ovejas y mataron campesinos en sus casas. Nadie se conmueve en su humanidad, aquellos que tienen poder y pueden intervenir. ¿Qué miran? Solo nos resta rezar y vivir la compasión en el sentido cristiano y budista: colocarse en el lugar de las víctimas y compartir su miedo, de su terror y de su muerte. Leonardo Boff
Gaza, 29 de julio 2014 a las 19 pm,
Faltan palabras esta mañana para describir la noche de infierno que hemos pasado, Solo soy capaz de escribir algo después de ver lo que ha quedado de la calle, tras el furioso ataque del ejército israelí.
Incluso ahora, ante mis ojos, las bengalas luminosas con sonido, el fortísimo estruendo de las explosiones de las bombas, el viento en los hombros con cada explosión que arrasó casas, edificios, mezquitas, carreteras. El puerto continúa humeando; las casas de los pescadores, con sus equipos para la pesca, se perdieron.
Los aviones y los drones israelíes han sobrevolado sin tregua durante toda la noche, a lo largo de toda la franja de norte a sur y viceversa, sin permitirnos respirar. Toda la franja ha quedado envuelta de humo y de los escombros de las explosiones que continuaban con una frecuencia científica: una bomba cada 2 minutos y 2 bengalas luminosas y sonoras lazadas a lo alto algunos segundos antes.
Han partido del barrio Zeitun de la ciudad de Gaza, donde ya habían anunciado la evacuación «de la casa del Instituto de las Hermanas del Verbo Encarnado» donde hay dos monjas y chicos con discapacidades. Después nos enteramos de que el Instituto ha sido destruido. Los chicos se salvaron porque se refugiaron en la iglesita.
La mañana de ayer, primer día del Eid el Fitr, la fiesta al final del Ramadán, había comenzado con una «tregua humanitaria» progresiva, no oficial, llegado el día 21 de los bombardeos y la destrucción. Sin embargo, durante el día Israel lanzó sobre la población a través de los aviones, comunicados sospechosos que señalaban en un dibujo de la Franja de Gaza «4 tumbas con cruces puestas sobre toda la franja». En la parte posterior del volante, 73 nombres de personas que pertenecen a Hamas e a la Yihad islámica, no especialmente conocidas, a las que indica el lugar adecuado para descansar… tumbas… preludio macabro… Luego, en la tarde, el absurdo dron que golpea y mata a 8 niños, 3 adultos y hiere a cientos de personas en el patio de recreo del campamento de Shati, y otro en el muro perimetral del hospital Al Shifa, en la ciudad de Gaza.
A las 22.30 después de unos lanzamientos de misiles por parte de Hamás y una acción de comando que ataca y mata a 4 soldados, comienzan los bombardeos.
Desde el mar con barcos, desde la frontera de tierra, con la artillería de tanques, desde el cielo con drones y F16.
Lanzamientos continuos e imparables que solo terminan al amanecer de esta mañana, con una breve parada, y la reanudación inmediata de los ataques que se han seguido sucediendo durante todo el día. Más de 100 muertos, cifra que aumenta de hora en hora con el descubrimiento de cuerpos de los bombardeos nocturnos y de los días anteriores.
Nada de lo que estoy contando puede dar una idea de lo que ha sucedido en estas últimas horas, no hay palabra o explicación que pueda expresar la violencia de este ataque.
Las declaraciones locas que se siguieron sobre la necesidad de continuar, sólo anticipan el terror que se desea infligir a esta población. Ahora ya no hay más centros de acogida; más de 200.000 personas desplazadas están empezando a sentir la falta de alimentos, de agua, de salud, de higiene, de dignidad.
1.200 muertos
6.840 heridos
11.000 viviendas destruidas
Esperamos la noche que está llegando…