@arpassv
Hoy se celebra el Día de la Libertad de Expresión y de Prensa, instaurado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para “fomentar la libertad de prensa en el mundo y reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática”. La ocasión es propicia para señalar algunos hechos que representan vulneraciones a la libertad de expresión y de prensa en el país.
Uno de estos es la violación a los derechos de los/as periodistas, sobre todo la violencia social que ha causado la muerte a varios periodistas. Pero también despidos injustificados, acoso sexual y condiciones de sobrexplotación laboral que sufren periodistas, comunicadores y trabajadores de la información.
Estos vejámenes son denunciados por la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), la Mesa de Protección a Periodistas y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), instancias que promueven una Ley de Protección a Periodistas que está en proceso de elaboración y pronto será presentada a la Asamblea Legislativa.
Otro hecho que restringe la libertad de prensa son algunas resoluciones judiciales que limitan el acceso a la información y bloquean el trabajo periodístico.
Entre estos está la resolución de la Sala Constitucional que estableció criterios adicionales para denegar solicitudes de información pública, y la decisión del Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador de impedir el acceso de la prensa a las audiencias y al expediente del proceso contra el expresidente Antonio Saca por el desvío de unos 300 millones de dólares desde cuentas reservadas de Casa Presidencial hacia sus empresas de comunicación.
Por otro lado, hay también abusos de la libertad de expresión. Entre estos está la difusión de propaganda electoral adelantada en los medios masivos por el oligárquico partido ARENA, y contenidos machistas o sexistas que constituyen violencia simbólica contra las mujeres difundidos impunemente en ciertos programas de radio y televisión y en redes sociales.
Los difusores de estos mensajes se amparan en la libertad de expresión, como si esta no tuviera los límites establecidos en tratados internaciones de derechos humanos como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y otros específicos sobre derechos de las mujeres, niños/as y adolescentes, diversidad sexual, pueblos indígenas, entre otros.
Ojalá, pues, que el país avance hacia una mayor garantía de la libertad de expresión y evite que irresponsables e inescrupulosos abusen de ella.
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