Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
En la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el respeto y la transparencia son para Edison Lanza, Relator Especial para la Libertad de Expresión (CIDH), bases fundamentales en las que debe desarrollarse una sociedad democrática.
De la última visita “in loco” de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el año pasado, recomendó: “Propiciar un entorno de trabajo seguro para los periodistas y el respeto de la independencia de los medios de comunicación en particular, la independencia editorial, respetando los estándares internacionales en materia de acceso a la información pública” ([email protected]).
En este marco conmemorativo a la Libertad de Prensa, Angélica Cárcamo, presidenta de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) y Krissia Girón, vocera de la Colectiva de Mujeres Periodistas, Comunicadoras y Trabajadoras de la Información (MPCTI) señaló la urgencia inmediata de establecer espacios al diálogo y respeto al trabajo periodístico, desde el discurso oficial.
“Hay un preocupación de parte de la Comunidad Internacional y nuestra, porque estamos frente a un Gobierno apático a la crítica, y no confundamos la crítica con ataques personales. Porque un ataque es cuando alguien insulta o eleva las ofensas, te desacreditan y no utilizan verdaderos argumentos para cuestionar el señalamiento sobre el discurso oficial”, explicó Cárcamo.
La obstaculización del trabajo periodístico no es nuevo, recordó la presidenta de APES, al señalar que el bloqueo, la opacidad en rendición de cuentas y favorecimiento de la pauta estatal a los medios de comunicación, han sido una variable permanente desde los gobiernos anteriores. No obstante, la actual administración tiene la diferencia que son más numerosas y contienen implícita la violencia, desacreditación y ataques cibernéticos a través de las redes sociales.
“De nuestro último informe en 2019 a los primeros meses de 2020, aumentaron las denuncias de estigmatización a la prensa, es decir, que el presidente (Nayib Bukele) ataca a los periodistas de medios independientes o periodistas que no trabajan en medios de comunicación (freelance) que no tienen una línea apegada a su Gobierno. Ahora ese escenario de exclusión se repite por la pandemia del COVID-19, y es sumamente grave porque en un Estado democrático, esa diferencia de opiniones es necesaria y sobre todo, para la población, que cuente con una prensa libre e independiente. Y con esto no quiero decir que un funcionario político no tenga el derecho a cuestionar una información que no corresponde a los estándares del método periodístico, pero que lo haga simplemente-porque no le parece el contenido que ha leído sobre las decisiones oficiales que afectan a colectivos, pues no es válido”, acotó.
Temas espinosos, como la militarización de la Asamblea Legislativa el pasado 9 de febrero, con el fin de presionar la aprobación de un préstamo para implementarlo en su programa de Control Territorial o la tardía reacción a la crisis del agua, que abatió a más de un millón de personas en el Área Metropolitana de San Salvador, a finales de enero, le ha valido a periodistas que investigaron los hechos ocurridos críticas desde las cuentas oficiales, pasando por “troll centers” son seguidores del Gobierno.
“Militarizar el órgano Legislativo, escenario que no se miraba desde el conflicto armado –lógicamente- acaparó la atención de los medios de comunicación, pero ¿qué hizo el presidente Bukele?, señalar que habían agendas oscuras y eso causó preocupación hasta en las organizaciones de derechos humanos internacionales y locales. Y unido a esto está la concentración y distribución de la pauta gubernamental que tampoco es nuevo, desde gobiernos anteriores se vienen dando, pero ahora preocupante, porque es más evidente y se ocupa como mecanismo de premio o castigo, afectando la sostenibilidad de los medios de comunicación, que impacta a las y los colegas que sostienen a sus familias, cuando la distribución de la pauta gubernamental debe ser transparente y equitativa”, sostuvo.
El caso emblemático, para Angélica Cárcamo, es José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch, al que el presidente Nayib Bukele bloqueó en su cuenta en twitter, para que no tenga acceso no por un interés a datos personales, sino a la información pública, que las redes sociales.
“Organismos internacionales relacionados al tema de Libertad de Expresión señalan que cuando hay cuentas de twitter que son personales, pero que disponen de información pública, sobre todo, cuando son funcionarios no pueden estar bloqueando a usuarios o ciudadanos porque les están limitando el derecho de acceso a la información y eso me parece sumamente violatorio y está restringiendo el derecho a la libertad de expresión y de opinión”, consideró.
Krissia Girón, vocera de la MPCTI señaló que en el marco de la pandemia este tipo de bloqueos “no son nuevos”, en el trabajo periodístico, en la cobertura diaria, y en temas coyunturales de país, que afecta doblemente a las mujeres periodistas por la existente condiciones de discriminación de género en todos los ámbitos nacionales.
“Es preocupante desde que asumió este Gobierno este tipo de bloqueos y diferentes agresiones y actitudes misóginas hacia mujeres y mujeres periodistas, así como otras profesionales que han sido agredidas desde el presidencia, pasando a funcionarios y gente afines del gobierno y los troles que están atentos y que han tratado a estas mujeres con actitudes de claras agresiones a su integridad, su imagen y su vida”, declaró Girón.
Sobre las condiciones en gobiernos anteriores y el trabajo periodístico, señaló que también ejercieron bloqueos y presión a la prensa, aunque la diferencia al gobierno actual es la alta recurrencia de este tipo de acciones que menoscaban el trabajo de colegas desde la presidencia.
“Lo ha dicho Edison Lanza, que estos ataques e intromisión de hackers son graves, al llamar a sus seguidores por cualquier comentario por muy sencillo que sea, y atacar al periodista en especial las mujeres periodistas y lo que sucedió con ARPAS, llamando a sus seguidores a bloquear y vilipendiar un trabajo crítico, esto puede cambiar con un diálogo abierto y respeto a la prensa”, concluyó.