FRANCIS FANCI
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LIBERTAD INCONDICIONAL
A la doctrina que sustenta el libre albedrío, purchase la libre elección, la opción por el bien o el mal; Martín Lutero, en 1526, opuso su ensayo: “Del Siervo Albedrío”, en el cual propone que el hombre por ser creado por Dios no posee libre albedrío, pues está sujeto a la voluntad de Dios y si no a la de Él, a la del diablo.
En otras palabras, Dios y Satanás al igual que los dioses homéricos, deciden a capricho los sucesos del mundo y los quehaceres humanos. Los dos dioses, Dios, el dios bueno y Satanás, el dios malo, son quienes escriben la historia. Curiosamente, esta tesis del primer traductor de la Biblia al alemán, no concuerda con el mito edénico, pues entonces el dogma debe ser modificado y debemos creer que quien tentó a Eva, sabía que ella no podía elegir, por lo tanto exoneremos a la mujer del anatema secular, ya no endilgándole el fabulesco pecado original y nosotros los varones no debemos compartir la culpa de haber cedido, nuestro padre Adán a la tentación; porque ya estaba determinado en el supra mundo o en el infra mundo que Adán (iba a repetir: nuestro padre, pero en realidad confieso avergonzado que desconozco el nombre de mi padre primordial, no sé si se llamaba Trucutu, Fuguche o Crok) siempre comería la manzana.
¿Será como dice J. Monod: “El hombre está solo en la inmensidad, indiferente al universo del que ha emergido por azar…”?
Ante estas propuestas, tiemblo, me estremezco por el temor de caer en la tentación de la irresponsable inercia, de dejar todo en manos de Dios o del destino, y así como un pasajero en un avión comercial puede elegir entre leer, dormir, escuchar música, ver una película durante el vuelo; pero aparte de esto solo le queda dejarse llevar.
Me horroriza la práctica de la satírica estrofilla: “Comamos, bebamos, pongámonos gordos y al ruido del mundo hagámonos sordos”.
Prefiero quedarme con Don Miguel de Unamuno: “Es muy cómodo decir, que hay que contentarse con la vida, ¿Y los que no nos contentamos con ella?”
En este momento me transporto a mis años mozos, cuando trabajaba cortando vidrios en Freund, estoy viendo a Don Julio Basagoitia diciéndome: “Paquito, hay que esforzarse por dejar este mundo un poco mejor de cómo lo encontramos”.
VIVIR ES UNA RESPONSABILIDAD.
Nota: En la entrega anterior “EL MANGO”, donde dice: rosado, es: rozado.
FRANCIS FANCI. Centro de Estudios e Investigaciones Filosóficas.-