Por Leonel Herrera*
Luis Alberto Menjívar fue capturado arbitrariamente el pasado 31 de mayo, por policías que lo esperaban en la entrada de su colonia cuando regresaba de cubrir una conferencia de prensa donde organizaciones sociales habían denunciado la captura, también ilegal, de los dirigentes de la Alianza Nacional El Salvador en Paz.
Según dijeron sus familiares a La Prensa Gráfica, horas antes la Policía había irrumpido en su casa, en Chalatenango, sin ninguna orden de allanamiento y “en busca de armas”. Sí, armas, como si se tratara de la casa de algún pandillero o narcotraficante.
Luis es un joven chalateco, líder comunitario y comunicador social. Colabora voluntariamente en tareas de elaboración y difusión de contenidos para organizaciones sociales como la Alianza Nacional El Salvador en Paz y el Frente Intercontinental de la Lucha Popular Salvadoreña.
Es un comunicador popular comprometido con la denuncia de las injusticias, la defensa de los derechos humanos y demás luchas sociales. Era común ver a Luis llegar a conferencias de prensa de las organizaciones y transmitirlas en las plataformas digitales. El 31 de mayo transmitió su última conferencia de prensa.
Ahora se encuentra ilegalmente detenido en las cárceles de la dictadura de Nayib Bukele, junto a Atilio Montalvo, Pepe Melara y demás líderes de la Alianza El Salvador en Paz que fueron capturados sin orden de detención, sacados con engaños de sus casas, sin ninguna garantía de un debido proceso judicial y algunos en peligro de morir debido a su grave situación de salud agravadas por las precarias condiciones carcelarias.
La detención arbitraria y el encarcelamiento ilegal de Luis es una flagrante violación a la libertad de expresión e información consagrados en la Constitución y en tratados internacionales suscritos por el Estado salvadoreño, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
También se violentan los derechos de asociación, participación, protesta pacífica y otros relacionados con el ejercicio del espacio cívico, pues su trabajo estaba en función de las organizaciones de la sociedad civil.
Además, violación a su libertad, seguridad, integridad y otros derechos gravemente vulnerados por la captura y encarcelamiento. Su derecho a la alimentación y a la salud también son vulnerados en la prisión.
La abusiva detención de Luis Alberto Menjívar es una nueva ofensiva de persecución contra el periodismo salvadoreño. Esta vez, el objetivo son periodistas y comunicadores que trabajan para organizaciones sociales críticas del gobierno inconstitucional de Bukele.
Hasta hoy la persecución había sido contra periodistas que laboran en medios de comunicación, especialmente investigativos, quienes han sufrido represalias por revelar actos de corrupción, negociaciones con pandillas y otras irregularidades de la administración Bukele.
En el acto de toma de posesión de su ilegal segundo mandato, Bukele hizo a sus seguidores jurar que no se van a quejar por las “medicinas amargas” que aplicará en materia económica y les pidió no escuchar a los “enemigos del pueblo”.
En esta lógica, el discurso del gobernante de facto pone a los periodistas en primera fila enemiga, pues son quienes plantean a la población versiones de la realidad distintas a las que difunde la propaganda oficialista.
El caso de la captura y prisión ilegal de Luis ya es de conocimiento de la Relatoría Especial de Libertad de Expresión de la CIDH y desde este espacio de opinión que me concede Diario Colatino hago también la denuncia ante las Naciones Unidas y toda la comunidad internacional sobre esta ofensiva de la dictadura del señor Bukele contra los periodistas de medios de comunicación y comunicadores de organizaciones de la sociedad civil.
Y al Estado salvadoreño exijo ¡libertad para Luis Alberto Menjívar!
*Periodista y activista social.