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Miguel Ángel Dueñas Góchez*
Conversando con un joven estudiante de bachillerato, al encontrarlo paseando en su bicicleta y sabiendo el peligro que corre ahora la juventud por estereotiparles con las pandillas, ya sea por su vestimenta, por su forma de hablar o caminar, etc., peligro que también ocurría durante el conflicto armado (1980-1991), pero en ese entonces a la juventud se le acusaba de ser simpatizante o parte de la guerrilla; se les reclutaba en el Ejército (Fuerza Armada) para que combatiera contra sus mismos/as hermanos/as, lo cual era promovido por Gobiernos externos, a quienes les interesaba deshacerse de armas viejas para renovarlas, hacer un laboratorio de conflictos de baja intensidad, golpes suaves en América Latina, etc.
Volviendo al tema, le dije al joven el riesgo que corría por deambular en lugares donde sus similares podían hacerle daño, o la Policía relacionarlo con alguien de las pandillas por su vestimenta (pantalón corto y camiseta), a lo cual él, muy sonriente, me respondió diciendo: “es cierto, siempre corremos peligro hasta dentro de nuestras casas, pero yo amo la libertad, salir a distraerme y no estar viendo solo las cuatro paredes”. Le di la razón con mi silencio y le deseé feliz tarde.
Luego vino a mi mente el recuerdo de un ave (perico australiano) que estaba en cautiverio, sabemos que estas aves son domésticas y no pueden defenderse de animales cazadores o depredadores, tampoco pueden buscar alimento por sí mismos. El caso es que la persona que lo tenía en cautiverio se descuidó cuando le dio de comer y dejó entreabierta la reja, al darse cuenta el ave que podía salir, se fue de su jaula y, al llegar a un árbol, fue devorado por un gato hambriento, formando parte de la cadena alimenticia.
La relación entre ambos casos se da porque el joven sabía del peligro que corría al salir de su hogar a divertirse o cambiar de rutina, y el ave, también, fue por experimentar la libertad, aunque fuera por un instante. Como las cigarras que viven 17 años bajo tierra, pero al salir solamente duran de 4-6 semanas, ponen sus huevos y mueren.
* Lic. en Relaciones Internacionales.
Movimiento por una Cultura Laica (MCL), Correo: [email protected]
