SINDICATO DE MÉDICOS TRABAJADORES
DEL INSTITUTO SALVADOREÑO DEL SEGURO SOCIAL (SIMETRISSS)
Este fin de semana fue el más violento del año, sildenafil las autoridades de Medicina Legal contabilizaron 81 homicidios en el país. El rumor del viernes negro se hizo sentir para mostrar que no solo era una sentencia de boca en boca de una minoría que como parásitos se han proliferado en una sociedad atemorizada a tal grado que no se atreve aún a hacer justicia, la vida ha perdido su valor y muchos son los que aseguran que la única protección viene de Dios, quien nos libra de todo mal, y sabe por qué pasan las cosas.
Una jaculatoria que debería ir acompañada de acción de todos los sectores interesados, desde darle incentivos, equipamiento, leyes adecuadas e inflexibles a los agentes que resguardan la seguridad nacional, hasta velar por la práctica de un sistema de justicia punitivo que sea efectivo tanto para los sospechosos y delincuentes, como en protección de las víctimas aunque estás no levanten un proceso judicial contra su victimario.
Ante el repunte delincuencial, ahora se habla de qué hacer para combatirlo, pero sobre todo se echan la culpa si es por desestabilizar el gobierno o porque no ha hecho bien su trabajo el Ministerio de justicia y seguridad pública.
La gente no gana nada con que los analistas y políticos que viven en áreas con seguridad privada, no usan el bus a diario, que no tienen un hermano que la pandilla lo sigue para reclutarlo o una hermana que ha sufrido de algún tipo de violencia contra la mujer por parte de los delincuentes; solo se rasgan las vestiduras diciendo conocer a los culpables del alza de asesinatos y con esto solo le echan la culpa a otros como responsables desestabilizadores, lo que nuestra nación necesita desesperadamente es que hagan algo, con seriedad y proactividad, es sencillo, si ya saben quiénes son los hechores sencillamente capturarlos y aplicarles todo el peso de la ley porque son vidas humanas que estamos perdiendo cada día. Además que se aborde con prontitud la situación de las víctimas de delincuencia.
Los delitos marcan un enorme perjuicio físico, emocional y hasta económico para las víctimas. Por lo que a menudo estas se recluyen hasta ser olvidadas, y la asistencia al caso incluso acrecienta su victimización. Esto se traduce en la desconfianza para denunciar y por ello las autoridades no pueden continuar con el trabajo para hacer valer la ley porque ni siquiera hay un delito reportado.
De esta manera es indispensable crear un sistema intersectorial que conlleve la participación de la sociedad civil, gobierno y organizaciones dispuestas a erradicar gradualmente la violencia y los traumas que esos episodios dejan en los salvadoreños.
Normativas que permitan al ciudadano sentirse protegido y ayude a combatir este flagelo que nos desgasta hasta económicamente, no es un cuento que a diario microempresarios deciden cerrar sus negocios y otros incluso irse del país con sus ahorros, recordemos que la mayoría de generación de empleos es gracias al sector emprendedor, el gran reto para el nuevo gobierno es hacer crecer la economía y crear un ambiente propicio para la inversión.