La Meca / AFP
Mohamad Ali Harissi
Líderes árabes y musulmanes empezaron a llegar el jueves a la ciudad santa de La Meca para celebrar tres cumbres, en un momento en que el país anfitrión, Arabia Saudita, intenta reunir apoyo contra Irán después de una serie de ataques que han desatado temores de una conflagración regional.
En víspera de las conversaciones, Riad denunció las «interferencias» iraníes en toda la región y exigió responder con «firmeza» a los ataques a los petroleros y oleoductos del Golfo.
Esa llamada se produjo pocas horas después de que el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, dijera que es casi seguro que Irán estaba detrás del sabotaje de cuatro barcos, incluidos dos petroleros sauditas, frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos.
Mientras tanto, los rebeldes yemeníes alineados con Irán han intensificado los ataques con drones contra el reino saudita, uno de los cuales resultó en el cierre temporal de un importante oleoducto.
El presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi, el emir de Kuwait, el jeque Saba Al Ahmed Al Sabah, y el nuevo líder de la junta militar sudanesa, el general Abdel Fatah al Burhan estaban entre los líderes llegados a La Meca este jueves, informaron medios estatales.
«El apoyo de Teherán a los rebeldes hutíes en Yemen es una prueba de las injerencias iraníes en los asuntos de otras naciones y esto es algo que (…) los países islámicos deben rechazar», dijo el ministro de Asuntos Exteriores saudí Ibrahim al Asaf a sus homólogos de los 57 miembros de la Organización de Cooperación Islámica en Yedá.
Asaf dijo que los ataques a las instalaciones petroleras deben ser abordados con «firmeza y determinación».
– ‘Firmeza y determinación’ –
Contrariamente a lo que se esperaba, Irán envió una delegación encabezada por Reza Najafi, director general de Paz Internacional y Asuntos de Seguridad en el ministerio de Exteriores.
La tensión en la región se disparó por el ataque a los cuatro barcos.
Irán estuvo «casi seguramente» detrás de los actos de sabotaje del 12 de mayo contra cuatro navíos frente a las costas del emirato de Fuyaira, a la entrada del Golfo, afirmó el consejero estadounidense de Seguridad Nacional John Bolton.
Los buques, entre ellos dos petroleros sauditas, fueron blanco de «minas navales, casi seguramente de Irán», precisó Bolton a los periodistas a su llegada a los Emiratos Arabes Unidos.
Irán rechazó sin embargo «con firmeza» las acusaciones estadounidenses, que considera «ridículas». «No son sorprendentes unas acusaciones tan ridículas», dijo este miércoles el portavoz de Relaciones Exteriores, Abbas Musavi.
Estados Unidos participa con otros países en la investigación, dirigida por los Emiratos, sobre esos incidentes que aumentaron la tensión en el Golfo.
«¿Quién más podría hacer eso? ¿Alguien de Nepal?», preguntó irónicamente Bolton, que dijo que se iba a reunir con el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed ben Zayed Al Nahyan, y con su homólogo Tahnun ben Zayed Al Nahyan para analizar las relaciones bilaterales y las tensiones regionales.
Este nuevo cruce de acusaciones entre Teherán y Washington se produce después de que Estados Unidos reforzase su presencia militar en la región con el despliegue de un portaviones y bombarderos B-52, así como 1.500 efectivos más, un contingente que Bolton describió como «disuasor».
– Catar, invitado –
El primer ministro de Catar llegó el jueves a Arabia Saudita en la primera visita de un responsable catarí de ese rango desde la crisis que estalló en 2017, según un medio de comunicación catarí.
El jeque Abdulá bin Naser bin Jalifa al Thani fue recibido por altos responsables sauditas, anunció la agencia oficial de Catar (QNA). El jeque es igualmente ministro de Interior.
En junio de 2017 los sauditas y sus aliados árabes rompieron relaciones con Catar, al que acusan de apoyar a grupos islamistas extremistas así como a Irán, unas acusaciones negadas por Doha.
Las cumbres coinciden con los últimos días del ayuno del ramadán, por lo que se celebrarán de noche, cuando los musulmanes ya pueden comer.