Por por Jordi Zamora Barceló/Patricio Arana
Bruselas/AFP
Los líderes de la Unión Europea tenían previsto abordar este viernes la inseguridad en el norte de África tras el ataque que mató a 21 personas en Túnez, cialis sale cuyos autores se entrenaron en la vecina Libia, sales un país sumido en el caos desde la caída de Muamar Gadafi.
La agenda ya incluía una discusión sobre Libia, viagra en donde las milicias hacen su ley y dos autoridades se disputan el poder.
Las fronteras porosas de Libia facilitan la inmigración que llega a las costas meridionales del bloque europeo y que termina a menudo con tragedias en el Mediterráneo.
Pero ahora, la UE se inquieta por la amenaza islamista, en especial la que representa el grupo Estado Islámico que se implantó en Libia.
Las autoridades tunecinas afirmaron este viernes que los autores del atentado del museo del Bardo en Túnez, en el que murieron 21 personas entre ellas 20 turistas, se entrenaron en el manejo de armas en Libia.
De los 20 turistas que fallecieron en el ataque, reivindicado por el grupo Estado Islámico, la mayoría eran de países europeos. Dos de las víctimas eran españoles, y Francia confirmó una tercera víctima francesa.
Según el secretario de Estado tunecino encargado de asuntos de seguridad, Rafik Chelly, se trata de «dos elementos extremistas salafistas takfiris.
Salieron ilegalmente del país el pasado diciembre para ir a Libia, y se formaron en el manejo de armas en Libia» para luego regresar a Túnez.
«El ataque en Túnez es (también) un ataque contra Europa y Europa tiene que responder», declaró a su llegada a la cumbre la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
El primer ministro finlandés, Alexander Stubb, aseguró por su parte que este «atroz ataque tendrá una implicación sobre nuestra discusión sobre Libia» de este viernes.
«Es una de las crisis más agudas y dramáticas, justo del otro lado de nuestras fronteras», insistió Mogherini, exministra de Relaciones Exteriores de Italia, país situado a 350 km de Libia y el más afectado al flujo de inmigrantes.
La Unión Europea presiona desde hace meses a la clase política libia para que forme un gobierno de unión nacional y frenar el caos en el país.
El jueves debían reanudarse las negociaciones entre las diferentes facciones libias en Rabat, en las que media el enviado de la ONU Bernardino León.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la UE habían pedido a Mogherini que preparara propuestas para el envío de una misión a Libia, para estar listos en el caso de que formen un gobierno.
La UE baraja la posibilidad de enviar una misión militar o civil para reforzar la seguridad de edificios públicos, el aeropuerto y los puertos del país.
«No estamos preparando una intervención militar, pero todo apoyo es posible, incluso en los temas de seguridad» para apoyar a las autoridades libias «una vez que formen un gobierno», advirtió Mogherini.
La jefa de la diplomacia agregó que ya estaba en discusión con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los líderes árabes en la región afectados por la situación en Libia, incluidas las autoridades de Egipto.
Antes de comenzar la cumbre, los líderes de Francia, Alemania y Gran Bretaña, así como la jefa de la diplomacia europea, se reunieron para examinar las negociaciones sobre el programa nuclear iraní.
Esta reunión que duró unos cuarenta minutos permitió «intercambiar para fijar una posición común europea» en estas negociaciones de cara antes del 31 de marzo, fecha límite pactada para obtener un acuerdo «político», explicó una fuente francesa.
El grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña así como Alemania) e Irán se fijaron alcanzar un acuerdo final para el 30 de junio.
Las reuniones a nivel de ministros de Exteriores se suceden desde hace varios días. El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y su homólogo iraní, Mohamad Javd Zarif, se ufanaron el jueves de los avances tras las negociaciones en Lausanne (Suiza), pero un negociador europeo estimó que estaban «lejos» de un acuerdo político.