Tomado de Carta Económica
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La Política Fiscal debería garantizar la recaudación (conforme a la Ley) de los impuestos y la distribución de los mismos en los sectores que más lo necesitan, treat sin embargo, la actual Política Fiscal en El Salvador no beneficia a la población porque responde a los intereses neoliberales, lo cual ha propiciado la evasión y elusión fiscal por parte de los grandes contribuyentes nacionales y transnacionales. En este sentido, urge redefinir una nueva Política Fiscal en la cual los grandes empresarios contribuyan con el Estado de acuerdo a sus ganancias, esto sin duda no es bien visto por los grupos elitistas del país, muestra de ello es la reciente declaración que el presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), Javier Simán expresó ayer en Frente a Frente, “El Gobierno no necesita más recursos”, con relación a esto nosotros les decimos a la ASI y ANEP que dejen de robar los impuestos, que paguen al Estado, porque la evasión y elusión fiscal por parte de ellos no le permite al pueblo salvadoreño salir de la pobreza y subdesarrollo.
En este marco, a partir del diagnóstico ya realizado en una columna anterior, se pretende, en esta nueva entrega (dividida en varias partes), brindar lineamientos de propuesta para construir una Política Fiscal integral, capaz de sacar al Estado salvadoreño de la crisis financiera, que jamás podrá resolver, si no enfrenta y corrige los problemas estructurales de la actual Política Fiscal neoliberal, seguir profundizando esta política, sólo continuará agravando la situación económica de la población, creando desestabilización en el marco de las inversiones y perturbando al ejecutivo de turno y sosteniendo un modelo económico de lento crecimiento con una tendencia constante a la recesión. Como lineamiento estratégico, la transformación de la política tributaria debería tener cuatro objetivos, 1) hacerla progresiva, 2) resolver el problema de la evasión, 3) convertir cualquier beneficio fiscal o gasto fiscal en un mecanismo que impacte el desarrollo de las fuerzas productivas de la economía y 4) tener una política de gasto que haga eficiente el gasto, en el sentido de atender las necesidades de la población y el desarrollo y que combata los gastos superfluos.
El objetivo de la nueva política fiscal es convertir al Estado en un agente más eficaz en la promoción del desarrollo económico y social, eliminando la visión neoliberal de un estado pequeño, en la lógica de transferirle de manera predominante y absoluta al sector privado y al mercado este papel. No ha existido país que haya logrado superar los lastres del subdesarrollo y la pobreza, sea en el capitalismo o en los países socialistas, sin la existencia de un Estado fuerte en cuanto a su papel como agente económico para enrumbar y activar directamente las capacidades productivas de su país, a través de ser un elemento determinante en la captación y orientación del excedente o riqueza que produce la economía, así como del ahorro externo que reciba la nación.
A continuación pasamos a puntualizar cuales podrían ser las políticas fiscales específicas para conseguir el objetivo mencionado anteriormente.
1.Atacar la evasión y elusión fiscal
Como se argumentó en el artículo anterior la defraudación al fisco es enorme año tras año, solo para el 2014 dicho monto superó los 2 mil millones de dólares. Solamente en evasión fiscal en los últimos 13 años se han perdido $22,341 millones, mientras que la elusión fiscal fue de $5,259 millones para el mismo periodo. Los cuales en conjunto suman más de 27 mil millones de dólares.
Esto es resultado de los múltiples mecanismos de ingeniería contable que existen y que permiten que las empresas evadan y eludan el pago tributario que por ley les corresponde cumplir.
Esto hace necesario que realicen diversas medidas que permitan combatir dicha problemática y lograr una mayor eficiencia tributaria, donde los que tienen más paguen más y no sea el pueblo salvadoreño en el que recaiga la mayor carga tributaria, como hasta ahora sigue sucediendo.
a.Uso de máquinas fiscalizadoras
Uno de los mecanismos que contribuiría a combatir la enorme corrupción fiscal que en la actualidad afecta a nuestro país es el uso de máquinas fiscalizadoras, ya que de seguir en la misma lógica el país seguirá siendo saqueado. Según proyecciones del 2015 al 2019 la evasión fiscal ascendería en nuestro país a los 10,995 millones de dólares y la elusión fiscal de $2,688 millones, en total se perderían más 13,681 millones de dólares en concepto de evasión y elusión fiscal, este inmenso monto de recursos financieros, equivale a casi el presupuesto de tres años fiscales, equivalente aproximadamente al 90% de la deuda actual del Estado, sin tomar en cuenta la deuda previsional, y a más del 300% de las remesas familiares que El Salvador recibe anualmente, acá está la fuente de recursos que necesitamos para salir del subdesarrollo.
Uno de los métodos que crecientemente se están utilizando en diferentes países del mundo para atacar esta sangría fiscal, consiste en la implementación de las llamadas ¨máquinas registradoras¨. Este tipo de máquina permite registrar y controlar la información que se imprime en una factura de acuerdo a lo imprevisto a las regulaciones sobre el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Dicha máquina permitirá almacenar en la memoria fiscal los totales de ventas e impuestos diarios, y opcionalmente guarda una copia de cada documento en la memoria de la auditoría, igual lleva el control de los inventarios de las empresas (factor clave para toda la política tributaria), ya sea para el registro del IVA, como para el impuesto sobre la renta.
En este sentido se busca reducir la evasión en la recaudación del IVA, la cual al cierre del 2015 se proyecta en 1,117 millones de dólares, por lo que se hace necesario este tipo de mecanismos que contribuiría a reducir la apropiación indebida del IVA por parte de los sectores económicos dominantes. Además, contribuiría al control del impuesto sobre la renta que es otro mecanismo de acumulación que utilizan las empresas el cual se estima en 977 al cierre de este año.
En total, para este año, el Estado dejará de percibir alrededor de 2,606 millones de dólares debido a estos mecanismos de evasión y elusión fiscal usados por la burguesía oligárquica y las empresas transnacionales para obtener altas tasas de rentabilidad. Por tanto, deben tomarse medidas para corregir este mal a fin que el Estado cuente con más recursos para hacer frente a sus compromisos.
El uso de este tipo de máquinas debe ir enfocado hacia los grandes y medianos contribuyentes registrados por Hacienda, dado que éstos fueron la fuente del 81% de los tributos recaudados en el año 2014, es más, este tipo de medida debe comenzar con los Grandes Contribuyentes los cuales son la fuente del 60% de lo recaudado para el mismo año, estos contribuyentes reportaron el 68% de recaudación del IVA en el año 2014, donde existe una gran evasión y elusión. Es de analizar por qué los grandes contribuyentes en los últimos 3 años han reducido lo reportado de captación del IVA. Así en el año 2011 éstos reportaron una captación de casi 943 millones de dólares y ésta se redujo a 750 millones en el año 2014. Los grandes contribuyentes en renta al mismo año mencionado fueron 625 y en IVA 645. A esto agregar que según el informe del Ministerio de Hacienda el 71% de los morosos son los grandes y medianos contribuyentes.
De ahí la importancia de contar con este tipo de máquinas que contribuiría a reducir este problema a la vez que se obtendrían mayores tasas de rentabilidad. Este mecanismo serviría para que exista una recaudación más efectiva focalizada en aquellos que deben más.
Las máquinas fiscales han sido implementadas con éxito en diversos países, en República Dominicana por ejemplo, en el caso particular la evasión del Impuesto a las Trasferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) un impuesto que es el equivalente al Impuesto al Valor Agregado de nuestro país.
En el caso particular del ITBIS recaudado por la DGII, presenta incrementos significativos, pasando de RD$41,595 millones en 2009 a RD$76,524 en 2014, lo que significa que la recaudación tuvo en crecimiento de 84% en dicho periodo. Este desempeño positivo se explica en gran parte por la eficiencia en la recaudación, la implementación de medidas administrativas con el objetivo de incrementar la percepción de riesgo de contribuyentes, como lo fue la implementación de las máquinas fiscales, la ampliación de la cobertura en las fiscalizaciones y mejores prácticas en el cobro coactivo.
Como puede observarse el uso de estos equipos fiscales contribuyen a una mayor recaudación reduciendo de esta forma la evasión fiscal. En 2014 el robo en concepto de evasión de impuestos fue de 2,048 millones de dólares, si se implementarán estas máquinas fiscales el fisco podría llegar a reducir esta corrupción fiscal, en el período de 2 a 3 años máximo, según la experiencia en otros países no sólo como República Dominicana, en un 84% o sea reducir esa evasión en 1720 millones de dólares, lo que sin duda significaría resolver parte importante del problema financiero del Estado. Es por eso que nosotros insistimos que es este tipo de acción las que hay que tomar con urgencia y no seguir profundizando el esquema impositivo neoliberal. Próximamente presentaremos un análisis más a fondo sobre este tipo de medidas y lo presentaremos al Presidente Salvador Sánchez Cerén, si él nos lo permite, para sugerirle que proceda a atacar frontalmente este robo fiscal.
b.Revisión de las leyes de evasión y elusión fiscal
Como es conocido la elusión fiscal es una forma legal para no pagar impuestos, en nuestro país la elusión fiscal se ve amparada por un aproximado de 26 leyes implementadas durante los gobiernos de ARENA en la lógica del modelo neoliberal, las cuales les permiten a las empresas no pagar impuestos por las actividades que realizan en el territorio nacional. Dichas leyes han constituido a El Salvador, en un paraíso fiscal para los grandes inversionistas.
Ejemplo de estas leyes es la Ley de Régimen de Zonas Francas y Recintos Fiscales, la cual otorga a personas naturales y jurídicas, titulares de empresas que desarrollen o administran zonas francas, una serie de beneficios e incentivos fiscales, como la exención total de pago de impuesto sobre la renta por un periodo de 15 años, o la exención del pago de impuestos municipales por un periodo de 10 años.
Por su parte la Ley de Inversiones le otorga iguales condiciones a las compañías nacionales y extranjeras, bajo la lógica de evitar medidas discriminatorias o injustificadas que vayan en contra de las actividades normales de una inversión extrajera, esto enmarcado en el llamado ¨Trato Nacional” que absurdamente se aceptó cuando se firmaron los Tratados de Libre Comercio y ha puesto a las empresas salvadoreñas a competir en igualdad de condiciones con las empresas transnacionales, a pesar de las profundas asimetrías en cuanto a capacidad de competir, que existe entre ellas.
La ley de Turismo, constituye incentivos a inversionistas que presentan proyectos de interés turístico nacional, para ello establece exenciones en el pago de renta, de impuesto a las transferencia de bienes raíces, del pago de derechos arancelarios a la importación de sus bienes, entre otros.
En esta lógica existen una serie de leyes como la Ley de Incentivos Fiscales para el Fomento de las Energías Renovables en la Generación de Electricidad, la Ley General de Actividades Pesqueras, la Ley de Protección al Patrimonio Cultural, entre otras que contribuyen al no pago de impuestos de las actividades que realizan.
Según la publicación del Diario Co latino en nuestro país el sector empresarial ganó 9 mil millones de dólares de 2001 al 2009 al gozar de las exenciones, deducciones e incentivos fiscales.
Los más beneficiados fueron el grupo de las inversiones y las zonas francas, ya que solo en un año ambas entidades se les fueron perdonados $577.6 millones. El de las inversiones ascendió a $371.1 millones equivalente a 1.7% del PIB; mientras que el de las zonas francas, donde está la maquila, fue de 206.5 millones de dólares, es decir, un 0.95 del PIB, según lo detalla la publicación.
Según el estudio “Efecto Redistributivo de la Política Fiscal en El Salvador año 2013” realizado por el ex viceministro de economía Francisco Lazo, el monto de elusión para el año 2013 oscila en $370 millones para el sector exportador y de $120 millones para otros sectores. Lo que se significa que en total son $490 millones, que se benefician las grandes empresas.
En el artículo anterior en la tabla 4 se detalla la elusión fiscal del 2002 al 2014 la cual se estima en $5,259 millones, lo que significa que en promedio las empresas se han quedado con más de 400 millones de dólares que deberían ser utilizados para invertir en el desarrollo de las fuerzas productivas de nuestro país. Además se proyectan que de seguir en las mismas condiciones del 2015 al 2019 la elusión sería de 2,688 millones de dólares, cada año se estarían quedando los grandes empresarios con más de 500 millones.
Es importante recalcar que el país deja de percibir cada año más de dos mil millones de dólares por el tema de evasión y elusión fiscal debido a las existencia de las 26 leyes vigentes que consiguen reducir o no pagar impuestos, la magnitud del fenómeno es tal que con esos 2 mil millones de dólares se podrían incrementar la inversión en más escuelas u hospitales.
Mientras por un lado las empresas se quedan con millones de dólares cada año en concepto de elusión fiscal, las empresas realizan un saqueo de recursos financieros del país, con un promedio de 927 millones anuales, ya que según datos del Banco Central de Reserva (BCR) del 2001 al 2014 la extracción de capitales fue de $12,973 millones.
Por lo que es urgente realizar una revisión de cada una de estas leyes, ya que mientras las empresas han utilizados los incentivos fiscales para incrementar su rentabilidad y no para incrementar la inversión, es el pueblo salvadoreño que tiene la mayor carga tributaria sobre sus hombros.
Debe de revisarse las leyes que otorgan exenciones de impuestos y hacerles modificaciones o si es necesario anularlas si se considera necesario, bajo la lógica que el Estado permita que una empresa no pague impuesto, siempre y cuando ese impuesto, se invierta en el desarrollo económico y social del nuestro país. Es decir, las leyes de incentivos fiscales deben existir bajo la política, de que el Estado utiliza a la empresa privada como un medio de inversión para el desarrollo de las fuerzas productivas, generar empleo, mayor riqueza, trasferencia de tecnología, formación y capacitación de la fuerza laboral del país, etc., y no para alimentar una acumulación privada perversa, como sucede actualmente. Para profundizar más sobre el tema, la próxima semana se presentará la segunda parte de este artículo en el cual se abordarán otros aspectos importantes que debe contener la nueva Política Fiscal.