Por: Iván Escobar
Miedos, mitos, violencia de género, ocultamiento del trabajo de grandes académicos salvadoreños, y la actual coyuntura a partir del COVID-19, han sido los temas abordados por el antropólogo y lingüista salvadoreño, Rafael Lara Martínez. Además recomienda la lectura permanente y estudio de los escritores locales.
En el marco de la cuarentena por el COVID-19, el Dr. Lara Martínez ya impartió de forma virtual cuatro charlas magistrales, logrando alternar con su público salvadoreño, así como con aquellas personas interesadas en la cultura nacional a través por medio de internet.
Residente en Comala, Nuevo México, el académico e investigador sigue en la ruta de explorar sobre la identidad cultural salvadoreña. Lara Martínez, es un estudioso de la lengua náhuat, material que ha plasmado en libros, ensayos e investigaciones académicas que rescatan la esencia de la cultura cuscatleca.
En sus ponencias ha estado presente la obra de Salarrué, María de Baratta, Vicente Rosales y Rosales, T.P. Mechín, Roque Dalton, Francisco Gavidia, entre otros, sin faltar los textos ancestrales e indígenas, base de la lengua náhuat.
Las ponencias
“Tres espectros acechan la sociedad tecnológica: Miedo-Enfermedad-Muerte”, “El concepto de Kujkul”, “La violencia de género”, y la presentación del libro “Ciencia vrs. Consciencia Lingüística”, este último basado en la obra de María de Baratta, son las charlas expuestas hasta ahora, entre los meses de abril y mayo del presente año. Estas jornadas son organizadas en conjunto con la Casa de la Cultura El Salvador, con sede en Washington, Estados Unidos.
“Lo que estoy haciendo es retomando la tradición indígena salvadoreña para hacer una lectura del presente, para ver cómo está confrontación con el miedo, con la enfermedad, y con la muerte que a veces se vuelve una imposición gubernamental o dictatorial, no es primera vez lo que vivimos…”, argumentó en el primer encuentro virtual, en el que se analizó el COVID-19 y la cuarentena como los “nuevos espectros”.
La teoría de Lara Martínez se basa en que el espectro del ayer, los miedos, temores han estado presentes y se han representado en el caso de la identidad salvadoreña, a través de la Siguanaba, el Cipitío, la expropiación de la tierra a las comunidades indígenas desde 1882. Incluso hoy en día se sigue sosteniendo que los indígenas “son los demonios”. Pero también considera que estos procesos de miedos y temores extremos dan paso al cierre de ciclos y el comienzo de nuevos períodos.
Kujkul un concepto espectral
Sobre el tema del concepto Kujkul (espectro), Lara Martínez aseguró que como estudioso del náhuat como elemento lingüístico, pero más desde la visión filosófica, se puede decir que el espectro regresa, al volver el pasado a narrarse se hace presente y se vuelve futuro”, explicó.
En ese sentido, dijo que el COVID-19 y el dinero, hoy son los “espectros” que les tememos, ya que para salir de la crisis sanitaria ni bastan las políticas de encierro o cuarentenas decretadas por los gobiernos, ya que los efectos en la gente van desde los impactos en su salud hasta los impactos en sus economías familiares.
Por tanto afirmó que se está frente a un espectro que amenaza la vida de las personas a partir del fomento de los miedos y la desinformación. Ante ello, reiteró que hoy se deben exigir el respeto pleno de los derechos humanos, los derechos laborales, llamase esto resguardo de empleos, y acceso y calidad de los servicios médicos, lo que significa que impere la visión solidaria y humanista, y no lo mercantil. “(Las personas) necesitan buenos salarios y acceso a servicios médicos” para enfrentar los miedos, concluyó.
La violencia de género en la literatura
En el tema de violencia de género y abusos, Lara Martínez ha encontrado textos en los que la temática ya fue abordada en el pasado en la literatura salvadoreña, en medio de la cultura machista y conservadora. Citó como ejemplos del abordaje, la obra “El Rosal”, de Vicente Rosales y Rosales, y “La Muerte de la Tortola”, de T.P. Mechín. Donde se habla del tema, no abiertamente pero al profundizar en los textos encontramos elementos que nos permiten entender muchas realidades.
Lara Martínez, compara a la poética como con un tabú, “el ropaje de la historia”. “Poética es hablar de los tabúes de la historia. La ficción, para mí también en historia”, precisó. Ya que, añadió, “la poesía sería una búsqueda de la verdad”.
Por tanto, estas obras son básicas en su estudio, pues la belleza de la poesía permite escribir la historia, las situaciones que se viven en la actualidad, y es necesario profundizar en su estudio.
María de Baratta y su legado
En el marco, de la cuarta ponencia y la presentación del libro “Ciencia vrs. Consciencia Lingüística”, Lara Martínez concluye que la lectura de nuestros literatos es fundamental, para comprender el porqué de muchas situaciones que vivimos, pero sobre todo dignificar el esfuerzo y trabajo que dejaron mujeres como María de Baratta, quien estudió desde la antropología, la música, la lingüística la cultura salvadoreña. Un esfuerzo que para Lara Martínez, El Salvador no ha reconocido merecidamente.
“Hoy en el Museo Nacional se recuerda más a Pedro Geoffroy Rivas, y no a María de Baratta (…) hay que reconocerle, ella fue una de las grandes intelectuales salvadoreñas de los años 20s”, señaló. Mientras anunció que ya avanza un nuevo libro sobre el legado de María de Baratta, que complementa otra investigación.