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LITERATURA Y REVOLUCIÓN EN EL SALVADOR: “LOS HEREDEROS DE FARABUNDO” de José Roberto Cea. Premio Latinoamericano de Poesía “Rubén Darío”, Managua, Nicaragua, 1981.

Alfonso Velis Tobar

Poeta, cialis physician investigador y ensayista

M.A Carleton University

 

1- Introducción.

“Los Herederos de Farabundo”, pharm conforma la trilogía de una obra mayor llamada “La Guerra Nacional”, del poeta y escritor salvadoreño José Roberto Cea. Esta Obra obtuvo el Premio Latinoamericano de Poesía “Rubén Darío”, entregado en ese año por el entonces Gobierno Popular Sandinista en Managua, Nicaragua en 1981. El  Propósito de esta lectura es valorizar “Los Herederos de Farabundo”, es decir, cómo y en qué medida, se expone cómo una obra de testimonio histórico. Desde su temática misma, cómo distribuye el “discurso literario”. Al explicar la estructura,  la “FORMA” vestido del “FONDO”, nos lleva a conocer su discurso en sus diferentes elementos que lo constituyen literariamente. Tomando en cuenta factores estéticos, estilísticos, “recursos expresivos” utilizados. Así los “Personajes”, su “léxico utilizado”, cómo hablan, de qué hablan, las “Figuras”,  las “Imágenes”, los “tropos” que se dan en la concepción de la lengua literaria. Se considera un “Análisis temático”, de qué trata la historia (“FONDO”, “asunto”, “contenido”, ideas, pensamientos), donde implícito está, no solo el “gozo estético” que debe alcanzar la obra literaria. Sino también hay otros valores como: lo “cultural”, lo “sociológico”, lo “ideológico”, los aspectos “políticos”, lo “histórico”, lo “moral” y hasta lo “religioso” cuando se dan dentro de la temática misma de la obra. En esta interpretación, es preciso observar del texto su “visión temporal”, el tratamiento de un “tiempo histórico real” y de los “hechos reales” acaecidos en la historia nacional. Mi lectura no se limita a un simple enfoque, pues una obra debe ser vista como un todo, desde los caracteres que constituyen su unidad, como obra de arte o de ficción verla a partir de la realidad comprendida en su totalidad literaria. Por ello en esta lectura, consideramos un método de análisis y éste “tipo de obra literaria”, por el tema que la caracteriza se presta a la crítica misma. Pues su lectura es útil para maestros, estudiantes, investigadores interesados en como comprender e interpretar mejor la obra literaria de Cea. Y aplicarlo como modelo a cualesquier obra como análisis literario. Ya que “Los Herederos de Farabundo”, es materia de estudio, no solo a nivel universitario, sino es base de lectura de los Programas de Letras en la enseñanza de la literatura en el nivel de educación superior.

2- Fábula y  temática. Dimensión Histórico-literaria.

Como temática se muestra la vida heroica del patriota Agustín Farabundo Martí (1893-1932), una de las figuras más relevantes que hasta hoy abanderan los anhelos de la revolución salvadoreña en Centroamérica. Farabundo Martí, destacado líder estudiantil universitario, hijo de terrateniente don Pedro Mártir (transforma el apellido en “Martí” en honor al patriota cubano “José Martí”), quien repartió su tierra entre la gente más pobre en memoria de su hijo fusilado. Farabundo nació en Teotepeque en 1893 y murió fusilado frente al paredón el 1ro  de Febrero de 1932, junto a otros dos compañeros Alfonso Luna y Mario Zapata y Miguel Mármol también fue fusilado, pero por suerte del destino, no le cayó ninguna bala,  aunque bañado en sangre y de heridas graves, lo creyeron muerto y en lo que dejaron los cuerpos solos logró escapar (su historia parece como un cuento súper-fantástico o surrealista). Fueron fusilados por ordenes directas del general  Maximiliano Hernández Martínez, y su camarilla, quienes acusados por los delitos de  rebelión y sedición al incitar y comandar el levantamiento popular de 1932 en El Salvador. Movimiento descabezado y ahogado en sangre en tan poco tiempo por el régimen militar fascista del dictador Martínez, en El Salvador, Centroamérica.  Dentro de toda esta historia que José Roberto Cea nos presenta, se entreteje la figura de Farabundo Martí, fundador y militante del Partido Comunista de El Salvador el 30 de Marzo de 1930, por entonces, miembro del llamado Socorro Rojo Internacional. En síntesis su fabula versa,  sobre la militancia revolucionaria de este patriótica salvadoreño. Es una historia valiente y trágica del personaje Farabundo Martí,  eje medular que gira alrededor de un hecho histórico. Se cuenta desde su juventud, con testigos fehacientes que hablan acerca de su vida y de sus acciones desde antes de 1920, siendo estudiante universitario. Se cuenta de sus incansables luchas revolucionarias junto a otros patriotas de la época, quienes también ofrendaron sus vidas por hacer de este sistema social injusto una sociedad más humana. Farabundo Martí, símbolo de toda esta incesante lucha llena de utopías por la vida, llena de violentos sueños por la liberación nacional.  A mi juicio queridos lectores esta obra por su dimensión histórica se constituye en un “Testimonio Histórico político”. Porque el poeta Cea  habla de un personaje cuya imagen tiene que ver mucho con la vida nacional del país. Pues Farabundo Martí será con el tiempo una de las figuras más relevantes que hasta el momento histórico, es figura que abandera desde décadas atrás con espíritu liberador los anhelos de la revolución salvadoreña. Porque  “no cabe duda ~dice Cea en su libro~ que con el tiempo será Agustín Farabundo Martí quien también  va a tener estatuas y escuelas y será recordado como el defensor de los pobres contra los ricos y como un “pintoresco” personaje de una época revolucionaria muy lejana”. (Pág.14)

3- Aspecto socio histórico y tratamiento de un tiempo histórico Real.

El nombre de Farabundo Martí, imagen alzada, que enlaza los sucesos que han originado la revolución en El Salvador en las últimas décadas del siglo XX. Por tanto en los “Herederos de Farabundo” de José Roberto Cea hay un enmarcado tratamiento temporal de la verdad histórica de una época. Pues su contenido toca los problemas sociales y políticos del país; desde los sangrientos sucesos ocurridos desde antes de 1932,  como antecedente de un pasado histórico hasta el estallido revolucionario de los años  1970 a 1992, en El Salvador, Centroamérica.  Lo interesante de esta obra de Cea, es que a través del retrato del  héroe Farabundo Martí, nos permite conocer aunque sea de corrido desde los tiempos de Sandino en 1928, valiente líder nicaragüense cuya lucha antiimperialista, y con la cual se integro Farabundo Martí,  un combatiente muy solidario y partidario de Augusto Cesar Sandino (1995-1934) en su batalla contra los marines yanquis invasores a Nicaragua hacia los años de 1928-29. Y vienen otros importantes sucesos históricos en los cuales el poeta Cea nos hace un recuerdo y recuento de todas las sublevaciones habidas desde la época del sometimiento colonial pues el pueblo salvadoreño, siempre ha vivido en constante rebeldía, a  falta de una justicia social y a la falta de la democracia como factores del problema. Otra acción histórica muy importante que Cea menciona es la llamada Guerra Nacional de los años de 1885, que con la lucha solidaria de nuestros países centroamericanos se combatió por entonces al invasor en 1855 de Nicaragua el filibustero William Walker, quien quería apoderarse de toda Centroamérica y el imperialismo que lo miraba con buenos ojos, pero fue combatido con la unidad de los pueblos del Centroamérica y ajusticiado el  12 de Septiembre de 1860, en Trujillo, Honduras. Entonces vemos que este libro de Cea, nos permite conocer las épocas más violentas, las tensiones políticas y militares, los graves problemas sociales, económicos de toda la región centroamericana, donde también tiene que ver mucho la política norteamericana y su intervención en los asuntos internos e intereses de nuestros países que quiere manejar a sus antojos y gozos imperiales como ser en el mundo la ley del más fuerte.

Es bueno reflexionar de los sucesos de 1932 y hoy, vemos que históricamente  lamentablemente fueron un fracasado alzamiento, a consecuencia de una débil dirigencia y mala coordinación de los líderes del partido Comunista, quienes sin previa experiencia insurreccional se lanzaron a diestra y siniestra en contra de la maquinaria represiva del asesino Gral. Martínez y su maquinaria represiva de entonces, la Guardia Nacional, la Policía Nacional y la llamada Policía de Hacienda. Vista hoy a esa distancia, parece haber faltado una concreta organización de los sectores obreros, campesinos y demás partidarios de esta lucha; también se carecía en aquel momento de una experiencia todavía desde el punto de vista militar; se actuó con imprudencia insurrecciónala, sin previa meditación táctica y estratégica en el método de lucha, para lograr aquella vez quizás una victoria revolucionaria. Así pienso yo. Es importante enfatizar, que ya con la experiencia de 1932 vemos muy clarito la diferencia en las ofensivas y acciones revolucionarias que han estallado en 1980. Vemos que ya hay una mejor organización política y militar de las masas. Claro este levantamiento de 1932, es el ejemplo de un pueblo heroico y valiente, que prácticamente sin armas y solo con machetes, escopetas y sin una correlación de fuerzas que apenas tenía una configuración de masas se lanza a una insurrección en la cual la mayoría de sus líderes encontraron el martirio de su muerte al descabezar  con sangre  inocente la revolución que su único delito era otra clase de sistema y de sus derechos humanos. Lo cierto que este movimiento revolucionario de 1932, con cierta base de organización popular  mal coordinada y más concreta, no supo dar los certeros golpes a esta oligarquía que con aquel baño de sangre se armo de más garras para afianzar el poder y seguir reprimiendo al pueblo en sus posteriores décadas.

Este  aplastamiento de sangre no dejo un tanto de  estancar el proceso de lucha del pueblo salvadoreño desde entonces, durante más de cuatro décadas, claro por temor,  pero aun así había cierta protesta, pero  este  amordazamiento y de todo intento de organización revolucionaria en el país.  El general Martínez “Pecuecho” y “El Brujo “,   en sus trece años de tiranía sembró  y gobernó, con mano de hierro, infundio terror, al gobernar  por la fuerza el país. Adulador de otros dictadores  sátrapas, como: Hitler, Mussolini, Franco, Carias Andino, Somoza. Entonces el Gral. Martínez se distinguió por implantar una de las dictaduras militares más sanguinarias que haya conocido la historia política de El Salvador en Latinoamérica.  Aunque para algunos sectores del país Martínez fue buen presidente, por su plan de repartir casas baratas a sus allegados,  declaro la ley moratoria a favor de los endeudados. Además fundo el Banco Central de Reserva. Así que para unos es el buen presidente de mano férrea o para otros el peor ogro, asesino dictador. Pero lo cierto, que las luchas del pueblo, no quedarían atrofiadas, porque el pueblo salvadoreño siguió, aun bajo la bota de Martínez, siguió enfrentando gobiernos dictatoriales, militaristas y represiones entre 1930-1992 para que después vinieran las elites neoliberales que con el empuje de la globalización que el imperio nos impone. Pero seguiremos con el renacer,  nueva semilla de rebeldía, para conquistar los derechos justos de la sociedad y del hombre. Desde entonces hasta hoy la causa de Farabundo Martí tanta a través de la lucha armada como hoy la lucha política parlamentaria; y todos seguiremos y aun muriendo unos para que otros vivan y nazcan siempre otros en la causa del Faribundísimo, florecimiento del pueblo.  También este baño de sangre de 1932 trajo como consecuencia la imposición histórica de una criminal dictadura militar que por largos años vino sembrando terror, aunque siempre se encontró la rebeldía con frecuencia como respuesta, vinieron las organizaciones antifascistas que terminaron derrocando al tirano en abril de 1944 con una huelga de brazos caídos y una rebelión militar.  Pero cómplices directos y bienhechores en los sangrientos sucesos de 1932, es el Imperialismo Británico, que mantuvo al tirano Martínez, como su ultimo peón salvadoreño, por esa época. Porque después nos toco soportar, servir, lo vemos, históricamente servir a los sectores del Imperialismo yanqui, quien siguió y sigue alimentando a sus “hijuelos putativos”, como lo dice el poeta Roberto Cea en sus “Herederos de Farabundo.”  También en todos estos sangrientos esta la complicidad de la oligarquía terrateniente que siempre manejo a su antojo al ejército salvadoreño como un instrumento de represión y con la venia de otros sectores sirvientes del sistema oligárquico, impulsaron institucionalmente la violencia contra el pueblo salvadoreño; los mismos de siempre, los que siempre han manejado a su capricho y antojo privilegiado de clase explotadora todo el patrimonio nacional. Mientras  frente a nuestros ojos se halla un pueblo,  que día a día lucha por sobrevivir contra el hambre, la miseria, la injusticia social, el desempleo y la falta de educación como resultado de la desigualdad social. Negra historia han dejado los gobiernos neofascistas que hemos tenido por anos, quienes por esa época pretendieron siempre someter, amordazar y sojuzgar la voluntad de nuestro pueblo por alcanzar la libertad y un sistema más justo y más humano para vivir con dignidad en un país civilizado. Entonces está claro la revolución que estalla en 1980 surge por consecuencia misma de esta injusticia social  e irrespeto a los derechos humanos, son tiempos de violenta guerra,  pero siempre hubo un Frente Democrático Revolucionario (FMLN), bien organizado que lucha hasta hoy por conquistar la verdadera justicia social enfrentando al liberalismo depredador como por siempre por la liberación nacional. En la lectura de los Herederos de Farabundo, procuramos seguir la acción del héroe, sin olvidar las reflexiones que refleja como obra de ficción basado en una realidad histórica. En todo caso busco con esta lectura siempre conformar una conciencia nacional de participación liberadora. Que el hombre y la mujer salvadoreña consigamos una vida de liberación integral. De manera que a todo ese velo nos  remite la lectura de este documental, donde hay una interpretación e incorporación de la realidad histórica en relación al problema nacional y centroamericano. (Seguimos el próximo sábado con  esta lectura)

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