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Llamado a la izquierda

@arpassv

La izquierda ha sido siempre la abanderada del acceso a la información, sovaldi transparencia, rendición de cuentas, probidad y anticorrupción.

Por ejemplo, la Ley de Acceso a la Información fue promovida durante varios años por el FMLN y finalmente aprobada en el gobierno de Mauricio Funes, quien también puso en el debate público la corrupción de los gobiernos anteriores destapando escandalosos casos como CEL-Enel y las donaciones de Taiwán que el ex presidente Francisco Flores desvió a cuentas bancarias del partido ARENA

También la izquierda legislativa lideró, entre otras iniciativas, la Ley de Probidad que los irresponsables magistrados de la Sala Constitucional mantienen bloqueada por orden de la oligarquía que mandó a FUSADES y FUNDE a presentar una demanda de inconstitucionalidad cuando ésta ni siquiera había entrado en vigencia.

Por eso es lamentable y preocupante que destacados miembros de la izquierda aparezcan como sospechosos de actuar en forma corrupta (vicepresidente Óscar Ortiz, ex presidente legislativo Sigfrido Reyes, entre otros) y que la empresa Alba Petróleos -que ha realizado una enorme obra social- se mencione en el escándalo de los “papeles de Panamá” haciendo las mismas triquiñuelas evasoras de las empresas de la derecha.

Por tanto, la izquierda debe corregir y tener el cuidado de no comportarse como la derecha en el manejo de los fondos públicos y en la gestión empresarial.

Para recuperar la credibilidad la izquierda debe despejar en forma contundente las sospechas, corregir si hay irregularidades y poner a disposición de los tribunales a los responsables. El Presidente Salvador Sánchez Cerén, considerado por muchos como reserva moral en la izquierda, no debería tolerar ningún acto de corrupción en su gobierno.

Para tener la solvencia moral de emplazar a la derecha corrupta y mantener estatura ética frente a la ciudadanía, la izquierda debe ser proba, transparente e incorruptible.

Por eso las organizaciones populares también deben denunciar y exigir que se investiguen posibles actos de corrupción de la izquierda.

Las organizaciones progresistas deben ser consecuentes con su lucha contra la corrupción y diferenciarse de instancias de derecha que montan campañas político-mediáticas sobre supuestos casos de corrupción que involucran a personeros de izquierda, pero guardan silencio cómplice ante la grave corrupción de los gobiernos areneros.

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