Diario Co Latino 134 años comprometido con usted
Este 5 de noviembre, Diario Co Latino cumple 134 años de existencia. Debemos aclarar una vez más que el prefijo “Co” hace alusión a la propietaria de Diario Latino, es decir, la cooperativa, Sociedad Cooperativa de Empleados de Diario Latino de R.L.
Hoy, como ayer, Diario Latino o Co Latino, se desenvuelve en coyunturas especiales, que demandan con firmeza una posición editorial clara.
En este 2024, cuando el gobierno lo dirige de forma inconstitucional Nayib Bukele, quien no sólo violenta la Constitución para afincarse en el poder, sino otros preceptos constitucionales y leyes secundarias, se hace necesario un periodismo independiente que denuncie, oriente y, de ser posible, luche a la par de las fuerzas sociales y populares que reclaman un país con valores republicanos.
Cuando Don Miguel Pinto fundó Diario Latino, primero con el nombre de la Candela, luego con los de Diario Latinoamericano y, por espacio de 90 años como Diario Latino, dejó plasmado el ideario de este periódico, cuando, en julio de 1989, los trabajadores tomaron la conducción del periódico, se comprometieron con el ideario del fundador. En 1994 la Cooperativa se hizo cargo del Diario de forma legal, reafirmó ese compromiso.
Esos compromisos son, en primer lugar, hacer del Diario Latino, una ventana para la libertad de prensa y expresión, que beneficie principalmente a las grandes mayorías.
Don Miguel Pinto manifestó, en uno de sus editoriales de la primera década del siglo pasado, que Diario Latino debería ser independiente de los poderes políticos y económicos, pero ser comprometido con los intereses de las grandes mayorías.
Ese compromiso, así como lo plasmó el fundador en centenares de editoriales y en miles de páginas impresas, también lo retomamos los trabajadores, los cooperativistas.
Y así como ayer, ahora Diario Latino o Co Latino, abandera, en su agenda informativa, la lucha de los sectores populares y sociales del país.
Diario Co Latino exige, como lo hacen las diversas organizaciones sociales del país, el fin al régimen de excepción porque vulnera los más elementales derechos de los y las salvadoreñas. Porque el “Régimen”, como dice el pueblo, está sirviendo al gobierno para amedrentar, intimidar a la clase trabajadora, a los sectores sociales y hasta a las instituciones políticas. Además, no podemos olvidar que por ese régimen, miles de inocentes están presos desde hace dos años.
Al igual que las organizaciones del pueblo, estamos en contra de la persecución política. Decenas de funcionarios de gobiernos anteriores han sido encarcelados o perseguidos, así como dirigentes sociales como Atilio Montalvo (Salvador Guerra) y Santos Melara (Pepe), y nueve dirigentes más de la Alianza El Salvador en Paz.
También estamos en contra de la minería metálica en El Salvador, por eso aplaudimos la heroica lucha que desarrollaron y siguen realizando los cinco ambientalistas de ADES-Santa Marta, que hasta les inventaron un delito para tenerlos prisioneros, con lo que el actual gobierno buscaba allanar el camino nuevamente para la explotación minera, a pesar de que existe una ley en El Salvador, la única en el mundo, que prohíbe la minería metálica.
Gracias a la lucha popular y la solidaridad internacional, los cinco ambientalistas hoy están libres, pero la amenaza gubernamental sigue latente.
Estamos a favor de la ideología de género, así como estamos en contra de la violencia contra las mujeres, por eso apoyamos y respaldamos todas las iniciativas y lucha de todas las organizaciones que velan por los derechos de las mujeres.
Estamos a favor de un país con futuro democrático y con justicia social, que respete la memoria histórica, que garantice un estado de acuerdo con la filosofía del Acuerdo de Paz, que el actual gobierno ha mancillado, para instaurar un estado que responda a los intereses del clan familiar y de las tradicionales oligarquías criollas.
En este 134 aniversario tenemos claro que la lucha es a la par del pueblo, y esta es irrenunciable, porque, además, es parte del periodismo independiente y comprometido con las grandes causas populares.
