Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
Con la medalla de oro y la copa de Campeón Mundial de la “Games Classic Bodybuiling”, en su equipaje, la noche del sábado anterior llegó al país el salvadoreño William Yuri Rodríguez González. Un trayecto de más de veinte horas desde Santa Susana, Barcelona con escalas en Madrid y San José, Costa Rica, que se le hizo una eternidad, porque ardía en deseos de estrechar a sus seres queridos, amistades y tributar a la patria querida su medalla y copa como nuevo rey universal del fisico culturismo, originario de un país en donde no abundan los cuerpos hermosos.
Muy lejos de las formalidades y protocolos, -que demanda la etiqueta de las marcas famosas y caras-, Yuri llegó como siempre ha sido, es y será: informal, tipo calle. Apareció en la sala de llegada de pasajeros con una gorra azul, chumpa negra con el logo de su sponsor principal (INDES) y el monograma de la Federación Salvadoreña de Fisicoculturismo y Fitnes; pans blanco y tenis azules. En su pecho traía colgada su histórica medalla y en sus manos la copa mundial. Al sonreir diplomáticamente con los presentes en la terminal área, dejaba ver sus “brackers”.
En reiteradas oportunidades y a petición, ya sea para la foto o para demostrar que era un oro puro de 14 kilates, simulaba morder la medalla y en esos instantes, como por arte de magia, los celulares y cámaras captaban la privilegiada imagen para el recuerdo. Un recuerdo de un tipo que lo intentó tres veces para coronarse y que el jueves anterior hizo historia en Santa Susana, Barcelona, catapultando el nombre de El Salvador a los planos universales.
Entre tanto alboroto y corazones palpitando, los dos instantes más emotivos de la noche se produjeron cuando Yuri se estrechó profundamente con su madre (Doña Vilma) estando al borde las lágrimas y después cuando se fundieron en un sólido abrazo con su brazo derecho de siempre y dueña de sus sentimientos, Karlita Velásquez. Gustosos y en una demostración que esta copa y medalla es producto del esfuerzo de ambos, posaron para los paparazzis exhibiendo músculos y con Karlita sosteniendo la copa de la vida y copa mundialista.
En resumen, ¡oh que noche!, para la retina. ¡Gracias Yuri!