Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“Era el martes 26 de mayo, a las 6:55 de la tarde, cuando se registró una fuerte tormenta en el cantón Guarjila, casi fue como un huracán, que afectó a algunas viviendas de la comunidad, derribando árboles y tres postes del tendido eléctrico”, mencionó Constantino Guardado, líder comunal de Guarjila, Chalatenango.
La población de Guarjila -que ha trascendido por su organización y trabajo comunitario- conformó de inmediato una comisión para realizar una inspección de las viviendas que habían sido reportadas con algún tipo de daño a su infraestructura, más que todo en techos y muros.
“El informe que tenemos reporta cinco viviendas dañadas por caída de los árboles en viviendas, como la de María Castillo, donde cayó un poste del tendido eléctrico y un árbol en el techo de su casa. Sobre los postes del tendido eléctrico fueron tres y una gran cantidad de árboles. Hubo también afectación en inmuebles o espacios públicos de la comunidad de Guarjila, como la escuela, el muro perimetral de la casa comunal, la panadería y el comedor, en estos locales cayeron también ramas de árboles”, agregó Guardado.
La comunidad Guarjila ha recibido y calificado de aceptable la intervención del alcalde de Chalatenango, Rigoberto Mejía Menjívar, quien ha intervenido junto a la Comisión de Protección Civil Municipal y con la Unidad de Proyectos Municipal, para determinar y cuantificar la afectación de cada una de las casas y ofrecer ayuda para la construcción de materiales en lámina, tejas y varillas de hierro en apoyo a las familias afectadas; esa comunidad continuará en vulnerabilidad, como señaló Flor Gámez, experta en Gestión Integral de Riesgos, Medio Ambiente y Género.
“Realmente es preocupante siempre que inicia el invierno, que este país que tiene como causales estructurales la parte económica, la pobreza, la inequidad de la riqueza y otras causas sociales de una manera u otra generan vulnerabilidades. El Salvador está ubicado en la región centroamericana que es altamente vulnerable y es preocupante, porque se dice que el fenómeno que va a irrumpir en estos meses es La Niña, que trae lluvias intensas, como depresiones tropicales, que aunque no son huracanes siempre por las vulnerabilidades siempre causan impactos y desastres”, explicó.
Asimismo, señaló que este tema que es recurrente cada año, está invisibilizado ante la Emergencia Nacional Sanitaria por la Pandemia del COVID-19, pero las condiciones de las lluvias “siempre atacan e impactan a los mismos de siempre”, que son personas en condiciones de vulnerabilidad, inundaciones y pérdidas de vidas humanas.
“La única manera de combatir esto, y siempre lo hemos dicho, es a través de una gestión integral de los riesgos, y aunque se tiene una política de protección civil, prevención y mitigación de riesgos de desastres, es bastante emergencista su visión. Siempre las organizaciones han dicho y pedido a la Asamblea Legislativa que reforme la normativa, para darle un carácter más preventivo, para que las causas estructurales se vayan aminorando o trabajando, para que los desastres sean de menor impacto a las poblaciones vulnerables”, manifestó.
Sobre la “Alerta Amarilla” anunciada por Protección Civil, Gámez observó que la política de gestión de riesgo, que ya se aprobó, tiene visión preventiva, pero no se ha implementado y solo se utilizan para dar estos avisos.
“Ahora estamos con una Alerta Amarilla, una acción que es buena, porque es antes de que se den los desastres, pero no es suficiente. No puede ser un sistema que parece apagador de incendios -como los bomberos-, se debe dar una atención de protección civil para que haga cumplir la ley de prevención y mitigación de riesgos, que va más allá de tener albergues o tener el apoyo de equipos humanitarios dispuestos a sacar a la gente de sus casas antes que se inunden, trasladar heridos o sacar muertos, por un desastre”, opinó.
La Organización Meteorológica Mundial -en su pronóstico de los primero seis meses del año 2020- menciona que las condiciones que presenta la temperatura de la superficie del mar en el océano Pacífico tropical siguen siendo “neutras” en términos de la evolución de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).
Por tanto, ni El Niño ni La Niña prevalecen, al señalar que en recientes evaluaciones “el enfriamiento de las aguas sub-superficiales de la región ha hecho que las temperaturas de la superficie del mar, hasta ahora ligeramente superiores a la media, desciendan a niveles cercanos a la media durante el mes de mayo”.
Y que de persistir el fenómeno de La Niña, el océano se va a enfriar mucho más de lo normal, que se relaciona con los vientos alisios, aumentando la cantidad de agua fría, que emerge en la costa occidental de América del Sur.
Mientras, especialistas del Observatorio de Amenazas del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) señalan que, en los meses de mayo, junio y julio, el comportamiento de las lluvias será normal; no obstante, en mayo las precipitaciones serán acentuadas en la zonas central y norte del territorio, con énfasis en las cordilleras y cadenas volcánicas del territorio nacional.
El informe destaca, para el próximo mes de junio, un temporal de corta duración, con lluvias acentuadas en las franjas norte y suroccidental del país. En cuanto al mes de julio podría registrarse una disminución en las precipitaciones “canícula” y no descartan una “sequía meteorológica”, entre débil y moderada.
Al cierre de la nota, población civil reporta que el municipio de Tacuba, y demás municipios que se localizan en el departamento de Ahuachapán y las cordilleras del Ilamatepec, El Imposible y Ruta de las Flores, están recibiendo fuertes lluvias, que se enmarca en la “Alerta Amarilla” decretada en el territorio nacional para el fin de semana.
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