Licenciada Norma Guevara de Ramirios
El 4 de marzo hay varias cuestiones en juego para el sistema político, para el sistema electoral y, sobre todo, para la vida de toda la población salvadoreña, por ello es importante reflexionar; estar atento a la conducta de los operadores del sistema electoral y decidir el voto de manera que sea útil y coherente con las circunstancias de cada ciudadano y ciudadana, y de la responsabilidad individual con la colectividad.
Para el sistema electoral está en juego probar que se pueden superar los obstáculos surgidos de decisiones judiciales que han complejizado la administración del sufragio; que se hayan tomado decisiones correctas en la contratación de personal, nombramiento de funcionarios y contratación de empresas que darán servicio en forma y tiempo adecuado, para que cada uno de los 1,595 centros de votación estén abiertos adecuados ese día, para que las JRV se integren y faciliten el ejercicio del sufragio, escruten los votos y transmitan los resultados las 9,422 Juntas Receptoras de Votos en las dos elecciones: concejos municipales y diputados a la Asamblea Legislativa.
El TSE debe confirmar en el escrutinio final ese resultado y declarar a los concejos y diputaciones electas. Esa prueba es importante que transcurra de manera normal, sin trampas, sin presiones indebidas, sin inclinar la balanza y bajo la mirada de todos los partidos que tenemos derecho a la fiscalización del proceso en su conjunto. Esta prueba del sistema electoral debe garantizar que el mismo avanza y no retrocede al pasado, a la época del Consejo Central de Elecciones, que operó hasta 1991; y que no se camina a los procesos fraudulentos, como lo ocurrido recientemente en Honduras, a la vista de miles de observadores internacionales y de la ciudadanía hondureña.
La prueba y desafío de fondo radica en la posibilidad del voto libre de la ciudadanía, del voto reflexionado, de la valoración de la utilidad del voto que cada ciudadano debe hacer, ponderando, no solo las caras, las canciones y las frases, sino los hechos, lo que cada fuerza política contendiente es capaz de hacer a favor de los intereses de la mayoría de la población. A ese efecto, es conveniente detenerse a ver esos hechos y a ellos me refiero a continuación.
Entre los años 2000 y 2006 las marchas blancas frenaron el intento de privatizar la salud pública, que iniciaría con la privatización de los servicios de salud, en la última elección legislativa de 2015 Arena ofrecía un monto para atender la salud en lo privado, es decir, mantenía la intención de privatizar la salud y tasar el costo de tratar las enfermedades como si estas fueran productos de maquila. Por eso no cuesta ver que en toda la historia republicana gobernada por la derecha en el sistema público de salud se tuviera que pagar cuotas a patronatos para acudir a una consulta, a un examen o para recibir un medicamento; esto hacía que muchas personas aunque tuvieran necesidad no acudían a los centros de salud. Eso cambió cuando el FMLN ganó la Presidencia en 2009 y dio inicio a una reforma de salud que la propaganda de la derecha trata de negar y desacreditar con fines electoreros.
Pero los hechos son elocuentes: 576 Equipos Comunitarios de Salud (ECOS) se crearon para atender a la población concentrada en diversas comunidades en 186 municipios, y cambiar el enfoque a un enfoque preventivo, que ayuda a controlar enfermedades, cuidar a las mujeres embarazadas y disminuir la mortalidad materna e infantil. Hasta 2009 las consultas atendidas llegaban a 5.8 millones en el año, ahora se brindan 12.3 millones de consultas.
En toda la historia de los gobiernos de derecha se construyeron 377 unidades de salud y en los últimos 8 años se construyeron 375 unidades nuevas, es decir, ahora el pueblo tiene a su disposición 752 unidades de salud.
Se construyeron dos nuevos hospitales y se remodelaron 4, además de equipar otros y crear unidades y equipos para atender enfermedades renales, cardíacas, nuevas vacunas y creció la disponibilidad de camas en los hospitales en un 20%. Antes se contaba con 4,000 camas y ahora con 5,000.
Esto está en juego, mantenerlo y mejorarlo depende de elegir diputados que estén por fortalecer lo público como espacio común al que podamos acudir o puedan acudir nuestros familiares, vecinos y amigos para ser atendidos.
De ahí que elegir diputados y diputadas del FMLN reafirma la comprensión de esta realidad y de una perspectiva de mantener lo logrado, en vez de confiar en mensajes engañosos de quienes abandonaron al pueblo y quisieran esquilmarlo, privatizando la salud para beneficio de pequeños grupos de interés a los que no les importa la vida de la gente. Estos hechos sí refrendan el lema HACEMOS MÁS POR LA GENTE.
Continuará.