Por Colectivo Tetzáhuitl
La mentira y el ocultamiento de la realidad más que una característica de la personalidad de Bukele se ha convertido en una estrategia de gobierno.
Miente en todos lados y en cuanto Foro participa.
Miente en las redes sociales, miente en sus escasas conferencias de prensa y miente en sus intervenciones públicas, sobre todo ante la comunidad internacional.
Esta vez le tocó el turno a los asistentes a la conferencia de la CPAC (Conferencia Política de Acción Conservadora), celebrada en Maryland, Estados Unidos.
El evento, como es habitual, reunió a lo más granado del conservadurismo estadounidense, a la ultraderecha de ese país.
Por eso no extraña la presencia de Donal Trump, candidato a la Presidencia de EEUU, o la de Javier Milei, Presidente de Argentina, y menos la de Nayib Bukele.
La CPAC es una gran Cumbre Política creada y organizada desde 1973 por la Unión Conservadora Estadounidense, que tiene su sede en National Harbor, Maryland.
En todos estos años esta Cumbre ha tenido como invitados especiales a los ex Presidentes Ronald Reagan, George Bush y Donald Trump, al ex Vicepresidente Dick Cheney, a la ex Secretaria de Estado, Jeane Kirkpatrick, al actor y productor de cine Charlton Heston (fundador de la Asociación Nacional del Rifle, una organización civil que hace lobby a favor de la industria de guerra en EEUU), al Senador Mitt Romney, al Senador Ted Cruz, entre otros líderes conservadores y ultra derechistas.
En el evento de este año, el discurso de Bukele no resultó ser ninguna novedad.
Fue una intervención a favor del Neoliberalismo y del régimen autoritario que ha construido en el país desde que gana la Presidencia en el 2019.
Disfrazó su discurso de una falsa crítica al Globalismo y a los Poderes Globales, siendo que en El Salvador ha hecho todo lo contrario.
Veamos algunas de sus falsedades e hipocrecías más relevantes.
En El Salvador, dijo, las elites globales (grupos de influencia y poder en el mundo) han pretendido controlarlo todo (Medios de Comunicación, Gobiernos, Instituciones, Fiscales, Jueces, etc) pero las hemos derrotado, sentenció.
Nosotros, dijo Bukele, nos enfrentamos a las “elites globales” y las vencimos.
“Ya nadie les cree sus mentiras, advirtió, comenzando por la influencia de George Soros en la política y la sociedad”
Esta afirmación es una total falsedad que no tiene ningún asidero en la realidad.
Siendo candidato a la Presidencia de la República en el 2019 Bukele prometió que desmontaría el Neoliberalismo y que acabaría con los privilegios de los identificados por él como los “poderes fácticos” del país.
Poderes que por definición están aliados a las élites globales a las que dijo en la conferencia que se oponía.
En estos cinco años de gobierno ha ocurrido lo contrario: Los grupos de poder económico en el Salvador, que forman parte de lo que en el evento de la CPAC llamó el Globalismo y las Elites Globales que buscan controlar el mundo, no solo siguen intactos sino que han fortalecido su influencia en los destinos políticos y económicos del país.
Hoy los grupos oligárquicos tienen más poder que antes y siguen siendo los “dueños de la finca”
Los privilegios otorgados desde el Estado durante los gobiernos de ARENA se mantienen.
No fueron desmontados como Bukele ofreció que lo haría.
Es la agenda económica Neoliberal y pro oligarca a favor de la expansión del capital financiero sionista la que se ha consolidado y tal como sostuvimos en un artículo anterior, Bukele ha seguido gobernando en su beneficio y no en el del pueblo, así como lo hizo ARENA en 20 años.
A qué viene entonces esta referencia y por qué expresarla en un evento que reúne a muchos de los simpatizantes y representantes del poder global que mueve los hilos de la política mundial, incluyendo la de Estados Unidos?
Su intervención en la CPAC le hace el juego a las “fuerzas oscuras subyacentes”, tal como las denominó, que siempre han dominado la política mundial.
Hacer tales afirmaciones en un evento de la derecha conservadora de Estados Unidos que responde a las élites globales es o un total desconocimiento de la realidad o simple perversidad.
Lo más probable es que sean ambas situaciones.
Otra de las falsedades, que tampoco no es ninguna novedad, fue decir que en El Salvador se cambió un sistema de justicia corrupto por uno que tiene al frente Jueces y Fiscales honestos.
Todo mundo sabe que la destitución de los Magistrados de la Sala de lo Constitucional y del Fiscal Melara pretendía asaltar el poder judicial para perseguir a la oposición, encubrir la corrupción de sus funcionarios y de su entorno familiar y consolidar el autoritarismo en el país.
Su referencia a la construcción de un mundo libre que garantice el pleno ejercicio de las libertades individuales no deja de ser una quimera.
En El Salvador se vive precisamente el desmontaje de la institucionalidad democrática que crearon los Acuerdos de Paz, defenestrados constantemente por Bukele y sus seguidores.
Bukele ha seguido el recetario propio del Globalismo al acabar con las instituciones y reducir el aparato de Estado.
Contrario a lo que dijo en la CPAC, las instituciones en el país no funcionan y menos defienden los intereses de la población.
En El Salvador se persigue a la oposición partidaria, al movimiento social y a la prensa no alineada al régimen.
La pulverización de los opositores, que Bukele aprovechó para celebrar en el evento, es justamente la confirmación del uso del sistema de justicia penal para garantizar sus intereses y los de los grupos de poder para los que gobierna.
Se trata de otra falsedad recurrente a la que nos tienen acostumbrados sus aparatos de propaganda.
La participación de Bukele en la CPAC pretendía ante la comunidad internacional, pero sobre todo, ante las fuerzas conservadoras que gobiernan en Estados Unidos, legitimar y entronizar el régimen dictatorial y el modelo Neoliberal en el país.
Fue algo así como el discurso inaugural de su Dictadura, de la misma forma que lo fue su intervención de hace 5 años en la Heritage Foundation, cuando apenas era Presidente electo.
También ahora hubo guiños hacia los conservadores como en aquella ocasión.
En la Heritage Foundation, Bukele envió un mensaje de rechazo a la apertura de relaciones con China que inició el gobierno de Sánchez Cerén.
Ahora adobó su intervención en la Cumbre con declaraciones en los pasillos del evento en contra del aborto, la diversidad sexual, la comunidad LGTBI, el matrimonio gay y la política de género.
Un último guiño hacia los sectores de la extrema derecha que se niegan a pagar más impuestos para financiar al gobierno federal fue cuando al final de su discurso dijo que lo que mantiene al gobierno no son los altos impuestos que pagan los estadounidenses sino la emisión inorgánica de moneda por parte de la Reserva Federal (FED).
Primero, las cosas no funcionan así en Estados Unidos.
La emisión inorgánica de moneda por la FED, es decir, la impresión de papel moneda sin respaldo en la producción de bienes y servicios, es la tabla de salvación de la economía estadounidense para superar la enorme brecha fiscal y el déficit comercial de este país.
Esta emisión inorgánica de dólares es lo que permite financiar las importaciones de EEUU sin que esta provoque la inflación que causaría en otros países, cuya moneda no es referente internacional.
En la medida que el dólar sigue siendo la moneda utilizada en la mayoría de las transacciones comerciales del mundo, una emisión de billetes sin respaldo permite superar el déficit comercial sin que se traduzca en inflación, ya que se trata de dólares que salen y se consumen fuera del país.
Segundo, los impuestos que pagan los estadounidenses, especialmente la amplia clase media de ese país, es lo que mantiene a flote la burocracia estatal.
Es obvio que con este comentario Bukele no solo pone de manifiesto su ignorancia sobre temas económicos sino que envía un mensaje de complicidad con los millonarios que siempre se han opuesto al pago de altos impuestos.
Lo mismo ocurre en El Salvador.
La ausencia de una política fiscal progresiva, donde el que gana más paga más, es la muestra palpable de que Bukele no piensa establecer más impuestos a los ricos de El Salvador y menos hacer recaer la captación de tributos en los sectores de mayores ingresos.
“A buen entendedor, pocas palabras”