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Lo que el 32 no calló

Con antorchas y velas la Comunidad Indígena de Izalco conmemoró a las víctimas del etnocidio de 1932. La caminata concluyó en El Llanito, lugar donde fue abierta una fosa común para sepultar a las víctimas. Hasta hoy en ese lugar, según testimonios, aún  reposan los restos de miles de masacrados.

 

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