Luis Arnoldo Colato Hernández, Educador.
Durante su primer ejercicio el señor Trump no se caracterizó por ser el típico ejecutivo estadounidense, gustando como lo ha sido el resto de su vida polemizar por todo, ser el centro de atención, ser el tipo de la película.
En escenas tales como hacer a un lado de un empellón al premier estonio en medio de una cumbre y para tomar su lugar, o silenciar indicando al ejecutivo español que se sentara sin más, lo que aquel obedeció, pudimos apreciar su faceta de prepotente, que llevó al extremo cuando vencido en el proceso electivo que lo sacará del poder para favorecer a Biden, tramo y orquestó aquel golpe suave contra sí mismo, con el asalto al Capitolio, donde fueron muertas por las fuerzas del orden, 4 de sus seguidores y un policía, de lo que quedara impune.
Por otro lado, los acercamientos con el fin de distender las tensas relaciones con Corea, pusieron de manifiesto sus dotes de negociador, bajando aquellas tensiones que, en su momento, recordemos, amenazaron con un enfrentamiento militar.
Por otro lado, vimos en el cerco que agravó a Venezuela su malicia neocolonial, dirigida contra toda América Latina, difundiendo la tesis de que sigue al mando, de que su patio trasero le debe rendir esa suerte de pleitesía al amo, que se estrellara empero en la hidalguía y la entereza del pueblo venezolano que se hizo respetar patentizando su valor, abortando todos sus intentos por imponer la voluntad del norte sobre sí.
O con Cuba, con la que invalidó los logros y acercamientos que la gestión Obama tuvo, tensando de nuevo la relación entre EEUU y la isla, agravando la situación de la población por el cerco económico al que se ve sometida, y que aquel justificó porque es por el bien mayor de su libertad.
Su libertad.
Vaya excusa para entrometerse.
Lo cierto es que la isla sirvió en los días previos al triunfo de la Revolución para que las mafias estadounidenses lavarán todos sus activos mal habidos, con Meyer Lansky como cerebro de aquella operación, que se calcula habría lavado hasta $1600 millones de dólares, bajo el paraguas del impresentable régimen de Batista y la decidida e interesada colaboración de la que ahora es la mafia establecida en la pequeña Habana, en Florida, que permanentemente conspiran contra la isla, con individuos como Marco Rubio, que será en la venidera gestión, el secretario de estado, y que al conocer de su nombramiento afirmará: “Promoveremos la paz por la fuerza”.
Al escenario de pesadilla que lega Biden, con el conflicto en Ucrania que amenaza un escalda nuclear, la desestabilización del oriente próximo, con los apoyos que esa gestión, Turquía, Ucrania e Israel brindan a Al Nusra e ISIS, la desintegración y segura balcanización de Siria, más la gestión extremista de sus elegidos en su gestión, y su ya conocida visceral manera, solo podemos esperar más tensión y más extremismo, en la medida que la moral del imperio desaparezca por completo.