@arpassv
La Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) anuncia una reducción del 18.78% de las tarifas de energía eléctrica que entrará en vigencia a partir de hoy, ampoule beneficiando no sólo a los consumidores, sino también a los sectores industriales y comerciales de la economía.
La Superintendenta Blanca Coto también reiteró ayer que se mantendrá el subsidio para quienes consumen menos de 99 kilovatios.
Esta es una de las noticias positivas que no aparecen (o aparecen disminuidas, manipuladas o tergiversadas) en algunos grandes medios de comunicación. Es de los logros del actual gobierno que son ocultados sistemáticamente por la prensa orgánica de la derecha oligárquica (TCS, EDH, LPG).
Estos medios vinculados al partido ARENA basan su estrategia propagandística fundamentalmente en dos acciones: la utilización de la grave situación de violencia e inseguridad como “caballito de batalla” y la invisibilización de los logros del Ejecutivo.
Así, el aparato de propaganda de la derecha coloca en el imaginario colectivo de las mayorías la percepción de un país desastroso y un gobierno incapaz de resolver los problemas.
Esta perversa estrategia de proyección del caos, la inviabilidad y la desesperanza, se beneficia con la falta de políticas de comunicación más acertadas y las dificultades para detectar, admitir y corregir errores en el gobierno (pero esto será tema otro editorial).
Lo anterior se refleja claramente en encuestas que revelan un creciente sentimiento de desesperanza en la mayoría de la población y otorgan calificaciones bajas al gobierno, especialmente al desempeño presidencial.
Retomando el tema de la reducción de la tarifa eléctrica anunciada por SIGET y los logros del gobierno, es destacable que –a pesar del boicot financiero que mantienen empresarios que evaden impuestos, diputados que no aprueban reformas fiscales y magistrados que congelan emisiones de bonos- el gobierno mantiene los subsidios y los niveles de inversión social.
Esto es objetivo y real, por tanto deberían destacarlo todos los medios de comunicación escritos (impresos y digitales), radiales y televisivos, independiente de sus líneas editoriales y posturas políticas. Es lo menos que pueden, si se jactan de objetivos e imparciales en su labor informativa.