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Ataviado con una camisa blanca, sin corbata, completamente relajado en su oficina, atrás del estrado que ocupa la Junta Directiva del congreso, frente a las curules de los diputados, Guillermo Gallegos, actual presidente de la Asamblea Legislativa, habló extendidamente de los logros alcanzados en sus primeros 100 días al frente del Primer Órgano del Estado, y de la herencia política y social que busca dejar a El Salvador.
No anduvo con rodeos y llamó al “César como al César”, mientras ordenaba al conserje servir bebidas en una modesta, pero acogedora oficina de paredes lisas, color blanco hueso, bañadas por una combinación de tenues luces marrones y claras, con una mesa circular de madera en la esquina derecha, sobre la cual posaba una pequeña maceta café con rosas amarillas, a tono con el ambiente.
“Un tema que causó una fuerte polémica entre algunos diputados, pero que ha sido del agrado de la población, ha sido suspender el servicio de alimentos preparados para los diputados…”, exclamó el funcionario, con semblante sereno y firme.
“Fue una buena decisión, porque realmente las condiciones del país no están para que como Asamblea tengamos este tipo de servicios…”, razonó, mientras su asistente le interrumpía para informarle que del Grupo Megavisión, una cadena de televisión local, querían entrevistarlo sobre el mismo tema.
También recordó que ordenó la suspensión de la compra de vehículos y la construcción del nuevo edificio de la Asamblea Legislativa, “porque estamos pasando malos momentos, fiscalmente hablando, y erogar $ 40 millones para eso, me parecía bastante complicado…”, explicó.
“Administrativamente –dijo-, estoy poniendo en práctica a lo que yo me comprometí el día en que tomé posesión: austeridad y transparencia…(porque) al final del año yo tendré que dar cuenta y diré cómo estamos fiscalmente…”.
Gallegos llegó el 8 de noviembre pasado a la Presidencia del congreso como parte de una permuta política con el FMLN, cuya diputada, Lorena Peña, ostentó hasta esa fecha la primera etapa de los tres años de la Presidencia de la actual legislatura, que concluye en 2018.
Buenas relaciones
En sus primeros 100 días al frente de ese importante órgano de Estado, Gallegos destacó la firma de la paz con los otros dos Órganos de Estado, el Ejecutivo, y la Corte Suprema de Justicia (CSJ), con la que la administración pasada mantuvo tirantes relaciones por supuestas intromisiones en las actividades y decisiones legislativas.
“… tengo una muy buena relación con el presidente de la República (Salvador Sánchez Cerén)… me llama directamente, (y) yo le llamo también a él…con la Corte Suprema de Justicia, tengo muy buena relación, con el Fiscal General, las Procuradoras General y (de) Derechos Humanos…”, afirmó Gallegos.
“Conmigo van a encontrar siempre las puertas abiertas, gobernabilidad para el Ejecutivo, respeto y apoyo para todas las Resoluciones que dé la Corte o la Sala de lo Constitucional…”, afirmó, mientras miraba una taza de porcelana fina, blanca como la nieve, que había colocado minutos antes sobre su escritorio de madera quemada, cuando era entrevistado por Diario Co Latino.
Otros logros
Gallegos exaltó que durante sus primeros días frente a un Órgano Legislativo polarizado, se aprobó la colocación de $ 500 millones en bonos para sufragar gastos vinculados a la Seguridad Pública y administrativos del gobierno, así como las reformas a las “Medidas Extraordinarias” para combatir la delincuencia, que entraron en vigencia hace casi un año.
Además, recordó que durante su gestión se desentrampó la elección de tres magistrados de la Corte de Cuentas de la República (CCR), y se aprobó el Presupuesto General de la Nación 2017, de más de $ 4 mil millones.
“Le he dado a la Asamblea Legislativa un nivel de equilibrio, de nivelación…”, aseguró el también principal dirigente de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), un movimiento político surgido en 2009, tras la expulsión de ARENA del ex presidente Elías Antonio Saca, y la deserción de esa formación política de diputados y correligionarios.
“Trato de ser un presidente positivo en materia de influencia para que en los debates (parlamentarios) haya altura, respeto, orden… y hasta el momento creo que lo he logrado…”, anotó.
Los retos
Sin embargo, romper la polarización política imperante en la Asamblea Legislativa, es una de las titánicas tareas que se ha trazado el Presidente del congreso, para que “se trabaje pensando en El Salvador”.
Pero “lo que me gustaría dejar como Presidente de la Asamblea, hablando legislativamente, es un país más seguro, un país donde no exista tanta violencia…”, indicó.
Aunque reconoció que “es muy corto el tiempo que yo tengo, pero al final es una bendición…”, dijo.
“Son muchos deseos, pero bueno, si no se pueden concretar, quiero dejar esos primeros pasos para que en un futuro cercano se puedan llevar a cabo…”, apuntó.
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