Nelson López
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Que alegría da ver en las caras de los alemanes la felicidad que les embarga luego que lograran la tan ansiada copa del mundial de fútbol 2014. Por todas las calles, buy viagra clinic avenidas, illness barrios, comunidades marginales, chupaderos de buena muerte y de mala muerte, la felicidad de los alemanesalvadoreños, que podrían ser de Berlín, era admirable, contagiosa como Chinkungunya y rayaba en la locura.
Todos portaban sus camisas blancas, con negro y rojo, de la selección, con el escudo de Alemania al lado del corazón. No soportaban la idea de que les arrebataran el título los pretenciosos argentinos, estos alemanes y alemanas de la barriada no eran ni pastores, ni salchichas, ni tortas, eran de carne y hueso, con cara de mayas, o de Quitché, con caras de indígenas, nada que ver con la raza aria.
¡Claro! Que se parecían a Müller o quizás a Joakim Low, el entrenador ¡pero en las manos! por la habilidad para manejar las cervezas desde tierna infancia, desde tibias hasta con hielo, y durante el mundial pasaron bebiendo como que celebraran el octobert fest, llenando álbumes con cromos de los jugadores y recortando las fotos de sus ídolos de los diarios, desde los que estaban en la banca, como Götze, hasta los titulares al cien por ciento como Ozzil.
¡Que felicidad! Al fin después de tantos años, campeones, ¡al fin lo logramos! Eran las frases emocionadas de los Franzmarlön Pereirahuntelar, de los Hanspedro Brekemartinnezz, los Raulther Sanchezteigger, los Pereiramüller, los Julioraitnzinger… y tantas familias más, que rebosaban de felicidad, como que de verdad ¡todos habían nacido en Berlín!
No faltó un ultra que se pintara la suástica en la cara y que gritara blasfemias antisemitas… pero nada que lamentar… era mayor la felicidad que las ganas de reventarse a pencazos con algún argentino que se pareciera a Messi y que llevara la camizola con el 10 en la espalda. Ya nadie se acordó de las maras y los de la MS pudieron pasar a territorio de la 18… con el aval que daban los colores de Alemania.
Los periódicos se despreocuparon de su principal tema ¡los muertos! Ya nadie quería saber de eso, ya no vendía, además eso les va a servir como arranque de campaña electoral, asi que pusieron a descansar a los lectores y a los muertitos para dedicarse a los vivitos y coleando con el mundial… desde brasileños hasta alemanes, dependiendo la vestimenta.
Los seguidores del Papa Benedicto XVI también dieron su aporte al triunfo germano con sus rezos y sin lugar a dudas llevándole la contraria al Papa Francisco, quien ya hasta mucho había hecho con sus altos conectes divinos, para que Argentina llegara a la final a puros milagros y casi, casi, lo logra pero… los tetra estaban predestinados y ahora son los artífices de la gran felicidad que en pocos días desaparecerá como el volátil chaparro clandestino, y retornaremos a la rutina de los políticos, los muertos, los frijoles caros, las alzas del combustible, a las camisas del barza y del real Madrid. ¡Viva el Campeón!