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Eugenio J. Ríos
La suprema misión del partido Arena es mantener un ataque permanente contra el gobierno del FMLN, no reconocer ni tan siquiera una sola obra en favor de la población y de paso crear un proceso de desestabilización con el ilusorio propósito de acumular réditos políticos de cara a las elecciones presidenciales del 2019.
En la mayoría de sus ataques no cuentan con argumentos válidos para desacreditar obras y proyectos, por ejemplo la emprenden contra el Ministerio de Obras Públicas, por los embotellamientos que se producen en determinadas horas en algunas calles y avenidas por los trabajos de construcción de los pasos a desnivel.
El congestionamiento vehicular es grande y se viene produciendo desde hace varios años, es con el arribo de los gobiernos del FMLN que se empiezan a tomar medidas estratégicas para solucionar uno de tantos problemas, porque también existen los bloqueos en el acceso y salida de San Salvador.
El gobierno del presidente Armando Calderón Sol, del partido Arena, intentó entrarle a esta problemática con la construcción en la capital de varios pasos a desnivel, pero como en oportunidad se los argumentó el ingeniero Colindres, no eran la solución por no contar con una longitud suficiente para descongestionar los puntos neurálgicos.
No sólo eso, también se utilizaron materiales de mala calidad como se demostró a los pocos meses cuando los pasos a desnivel de la 49 avenida sur y bulevar Los Próceres y uno más sobre la calle El Progreso, se deterioraron y prácticamente colapsaron, la reconstrucción requirió mayores gastos.
La oligarquía no está a gusto con el gobierno del FMLN, mucho menos con su proyecto político de largo alcance, tienen ese temor acumulado de muchas décadas de perder sus privilegios, por ese no descansan en su propósito de mantener esas campañas mediáticas de desprestigio y desestabilización.
Lo hacen siguiendo el guión de los grupos fascistas, es decir mentir y presionar desde distintos ángulos, utilizando a la “gran prensa” a su favor y otra serie de recursos como los grupos de fachada, los sindicatos y asociaciones compradas, los testaferros y fundaciones legalmente establecidas como FUSADES, ANEP, la ASI, Cámara de Comercio y más.
Los programas sociales emprendidos por los dos gobiernos del FMLN han calado hondo en la población, sobre todo la más vulnerable, pues por dilatados años han sido abandonados y nunca los regímenes de derecha se preocuparon por atender sus demandas, mucho menos satisfacer sus necesidades.
La protección a las mujeres, a los adultos mayores y a la niñez, también ha sido una preocupación del gobierno del FMLN, programas que no reportan ganancias económicas como quisieran los mercantilistas; pero sí un beneficio incalculable para estos sectores de la población siempre desprotegidos.
Las sedes de Ciudad Mujer, por ejemplo, han tenido un impacto favorable en la asistencia y protección de las familias más vulnerables, creando programas específicos dirigidos a las madres solteras, dándoles asistencia técnica y ayuda crediticia para fundar pequeñas empresas.
Es tal su impacto que los gobiernos de Honduras y Costa Rica han enviado a sus delegaciones especiales, encabezadas por las vice presidentas de la república para conocer la experiencia y replicar estos programas en sus respectivos países, nada más estos ejemplos para refutar los infames ataques de los fascistas.
