George F. Buletza, Jr. Ph.D., F.R.C. No. 1
Del Personal de Consulta y miembro del Consejo Internacional de Investigaciones, AMORC (de la Revista El Rosacruz, Julio de 1976) Plantas, animales y humanos tienen sus biorritmos
Los biorritmos son cambios regulares que se repiten y ocurren en un organismo viviente, siendo de un carácter químico, celular o de comportamiento. En años recientes se han descubierto o investigado cientos de biorritmos en plantas, animales y humanos. La mayoría de estos ciclos de vida son de una duración aproximada de veinticuatro horas. Siguen o aumentan las normas diarias de trabajo y descanso; sueño y actividad. Son principalmente gobernados por relojes internos y/o por ciclos externos tales como la luz y la obscuridad.
La temperatura del cuerpo, la presión sanguínea, los niveles hormonales, las funciones de las enzimas y las metabólicas, y una serie de otros factores obedecen a ritmos diarios. En 1960, Franz Halberg, un médico fisiólogo de la Universidad de Minnesota, en los EE. UU., inventó la palabra circadiano (del latín “a lo largo del día”) para distinguir ritmos de aproximadamente veinticuatro horas.
Ciertas funciones del cuerpo como las ondas cerebrales, también demuestran ritmos infradianos, que toman menos de un día en completarse. Otros, especialmente relacionados con factores de salud y enfermedad al igual que emocionales y psíquicos, demuestran un ciclo supradiano, subiendo y bajando a lo largo de períodos de tiempo mayores a un día. Los ritmos circanuales describen ciclos que se aproximan a los 365 días.
La ciencia moderna enfatiza las mediciones de ritmos circadianos y la literatura, para esta faceta de la investigación del biorritmo, la cual es extensa. Tales estudios han aumentado nuestro conocimiento de los ciclos de trabajo y descanso, al igual que los ciclos diarios de las células. Se sabe ahora que cada célula, órgano y parte del cuerpo tiene un ritmo. El ser humano es una sinfonía de ritmos, si una parte cambia su ritmo, la desarmonía puede resultar en enfermedad. Por lo tanto, un conocimiento de la fuerza responsable de iniciar y mantener los ritmos del cuerpo, puede aumentar la armonía y salud, llevar al dominio de la vida.
Los estudios que contribuyen a la comprensión de mecanismos básicos para la iniciación y control de los biorritmos, son generalmente de dos tipos: aquellos que apoyan a relojes internos y los que apoyan un encaramiento del estímulo externo. La mayoría de los investigadores apoya la teoría del reloj interno.
Estudios de plantas y animales sugieren que los ritmos circadianos se heredan y son internos, porque los ritmos continúan aun cuando los sujetos son privados de la luz, y diferentes organismos tienen diferentes ciclos específicos para sus especies
Peligro de interferir con los ritmos internos
Ya desde hace mucho tiempo, en 1729, Jean Baptiste Dortous de Mairin, un astrónomo francés, notó que la mimosa y otras plantas cultivadas en la obscuridad total, continúan abriendo y cerrando sus hojas cada día como si estuviera presente el sol. Desde ese entonces, se han observado ritmos endógenos en una amplia gama de organismos en todos los niveles de complejidad y organización. Los humanos y los animales mantenidos aislados, sea en cuevas o cámaras de laboratorio, sin aparentes estímulos externos, aún establecen un ritmo diario regular. Ostras llevadas a miles de kilómetros de su laguna de origen, aún siguen sus ciclos de marea originales. Recientemente se aisló una sola célula en el caracol de mar, la cual parece controlar el biorritmo de este simple animal.
Puede que hasta sea peligroso interferir con los ritmos internos. Los trabajadores de turno nocturno son mas vulnerables a la tensión y las enfermedades causadas por ella. Los ratones que viven en horarios reversados tienen vidas acortadas en un 6 % al comparárseles con ratones de horarios normales. Estudios llevados a cabo en las líneas aéreas militares y comerciales, apoyan estos descubrimientos demostrando que los reversos en fase inevitablemente resultan en eficacia mental y física reducida, aun cuando se permite tiempo para ajustarse.
Sin embargo, algunos científicos arguyen que los organismos pueden no tener que depender completamente de relojes internos. El medio ambiente geofísico genera muchas señales rítmicas, como ser variaciones en el magnetismo terrestre, campos eléctricos y de gravedad, que ningún organismo en la Tierra puede ser aislado efectivamente.