@JoakinSalazar
Bajo un silencio sepulcral, entre la luz de velas que representan las oraciones de los feligreses, la Presidenta de China (Taiwán), Tsai Ing-Wen, rindió honores al Beato Salvadoreño, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, cuando dedicó minutos de su agenda, en la visita oficial que realiza al Estado de El Salvador, para rendir un homenaje al líder religioso, reconocido en el mundo como un luchador por la defensa de los derechos humanos.
No necesitó hablar castellano, su mirada y su seriedad recordó la visita de grandes líderes internacionales que como ella, reconocen en Monseñor Romero un hombre con valores, que luchó por los cambios en un país en medio de la represión, principalmente para los pobres y humildes.
Entre los acompañantes de la Presidente Tsai Ing- Wen, se encontraba el viceministro de relaciones exteriores, Carlos Castaneda, y Monseñor Gregorio Rosa Chávez, que en voz baja explicó el altar dedicado a Monseñor Oscar Arnulfo Romero, en el cual miles de feligreses salvadoreños y extranjeros depositan su fe y piden por un milagro.
Atenta a cualquier comentario, la presidenta gestionaba para escuchar la obra, el legado y martirio de Monseñor Romero, que por hoy es reconocido como uno de los más grandes líderes religiosos que cambió el papel de la Iglesia en el mundo Latinoamericano, al hacer viva la filosofía de “la Iglesia de los pobres”. En su visita, hubo pocas palabras, Monseñor Rosa Chávez, a través de una traductora, explicó el significado del mausoleo, como también, agradeció la visita de la Presidenta a la Cripta de Catedral Metropolitana.
La mandataria de China Taiwán colocó una ofrenda floral sobre la tumba de Monseñor Romero y escribió un mensaje en el libro de visitas del mausoleo. Que de acuerdo a los traductores dice “Los bravos no tienen miedos, los justos viven por siempre, República de China (Taiwán), 13 de enero 2017”; frase que refleja el carácter y valentía del beato salvadoreño.
La Presidenta culminó su visita oficial en El Salvador en compañía del Mártir y Beato Salvadoreño, Monseñor Oscar Arnulfo Romero.