Ya hemos abordado este tema en otro editorial, pero hoy se hace necesario recordarlo a raíz de una ley que la Asamblea Legislativa aprobó para que, en “dos años”, las 44 alcaldías o municipios creados por el presidente Nayib Bukele puedan “ordenar sus procesos y figuras administrativas”. Es de recordar que el periodo de los concejos municipales, de acuerdo con la Constitución, dura tres años, salvo, por supuesto, que antes de que termine la actual legislatura, y en el primer día de la otra, cambien las reglas, como es de esperarse.
Pero si no cambian el periodo de gobierno de los concejos municipales, de acuerdo con la Ley Especial de Transición Municipal, la que otorga facilidades administrativas, las nuevas 44 nuevas municipalidades pasarán dos años ordenando sus procesos administrativos. Aquí entra lo de los “bueyes detrás de la carreta”, porque lo que van a hacer las 44 alcaldías en dos años del próximo periodo, debieron haberlo abordado antes de reducir los municipios y aglutinarse en 44.
Claro, es preciso recordar que la reducción de 262 a 44 municipios no tuvo una discusión adecuada, pues el presidente Bukele solo quería que la oposición no gobernara ningún municipio. En su lógica electoral era que, a pesar del pésimo trabajo en los municipios de sus alcaldes, siempre iba a seguir gobernando los municipios si los reducía y agrupaba como han quedado.
Sin embargo, pese a la disminución, el presidente Bukele no pudo controlar los 44 municipios, pues casi un tercio de ellos quedaron en manos de la oposición.
Si la disminución de los municipios hubiera tenido una base técnica, con el componente del desarrollo local, la autosostenibilidad financiera, el tema cultural, antropológico y social, habría necesitado de al menos un año o dos años de discusión, pero no, no se hizo así porque esto en la mente de Bukele nunca pasó.
Hoy que se ha dado cuenta de que era necesario, han decidido hacerlo en dos años, bajo el pretexto de “ordenar sus procesos y figuras administrativas”. O sea que los 44 municipios pasarán dos años sin ejecutar obras o mecanismo a favor de sus ciudadanos, sino en procesos de aprendizaje de la nueva realidad.
Bajo esta lógica, las nuevas autoridades tendrán solo un año para desarrollar sus funciones, suficiente, por supuesto, para arrancar con la nueva campaña electoral.
La normativa, por cierto, obliga a los funcionarios y empleados municipales salientes a dar la información necesaria, para que la contabilidad esté al día de las 44 nuevas alcaldías. Curioso, pues, el 1 de mayo de 2021, cuando los alcaldes de Nuevas Ideas que están por cumplir su periodo se negaron a recibir la información de los concejos salientes, atendiendo la consigna del presidente Bukele de no hacer traspaso de mando, ni recibir la información estratégica de las autoridades perdedoras. Hoy, hasta por ley, van a obligar a las autoridades salientes a entregar la información, lo cual es correcto, pero han tardado tres años para entender la importancia de recibir la información.
La Ley Especial de Transición para la Reestructuración Municipal faculta la intervención del Ministerio de Hacienda, para auditar el proceso de transición, lo cual, también, consideramos correcto.
“El proceso de transición de los aspectos señalados en la ley y lineamientos emitidos deberá concluirse el 25 de abril del presente año. No obstante, los concejos municipales tendrán un periodo de dos años, contados a partir de la vigencia del presente decreto, para realizar las acciones administrativas y financieras que aún se encontraren pendientes de efectuar para lograr el cierre y total liquidación de los ahora distritos”, establece la ley aprobada.
Pero, pese a la ley, los bueyes siguen detrás de la carreta.