Dortmund/Alemania/AFP
La selección argentina de fútbol arrancó un meritorio empate de 2-2 ante Alemania, en partido amistoso disputado en Dortmund, con los goles en la segunda parte de Lucas Alario (66) y Lucas Ocampos (85), ambos ingresados tras la pausa.
En la primera parte Alemania fue muy superior, consiguiendo sus dos goles, por medio de Serge Gnabry (16) y Kai Havertz (22), pero los cambios introducidos por Lionel Scaloni en el segundo periodo cambiaron el partido, lo que permitió a la Albiceleste empatar la contienda.
El primer tanto teutón llegó después que Julian Brandt probase a Agustín Marchesín con un disparo desde el vértice derecho del área, que el arquero del Oporto rechazó (14), Gnabry abrió el marcador.
El joven delantero del Bayern de Múnich, que la semana pasada marcó cuatro goles al Tottenham en la Champions, se deshizo con un control orientado de tres defensas y superó la salida de Marchesín con un toque sutil con el exterior para enviar la pelota a la red (16).
Sin tiempo para reaccionar, el equipo de Scaloni recibió otro derechazo a la mandíbula: tras otra pérdida de pelota argentina, Gnabry centró desde la derecha para que el joven Havertz anotase el segundo gol (22). En medio del naufragio, sólo Rodrigo De Paul acertó a sacar la cabeza del agua para conectar un latigazo desde fuera del área que impactó en el poste del arco defendido por Marc André Ter Stegen (33).
La entrada en la cancha de Marcos Acuña y Lucas Ocampos (por Marcos Rojo y Joaquín Correa) en el segundo tiempo ofreció a Argentina una pequeña tregua tras la pausa.
Lucas Alario, que juega en la Bundesliga, entró también por un desacertado Paulo Dybala y a los cuatro minutos de pisar la cancha cabeceó a la red un centro de Leandro Paredes para recortar diferencias (66).
Alario tuvo en sus botas el empate en dos peligrosas aproximaciones, rechazadas ambas por los defensas (78 y 80), pero a la tercera llegó el premio: el jugador del Leverkusen se marchó de sus marcadores y cedió a Ocampos para que el del Sevilla superase a Ter Stegen (85). Argentina olió sangre, se creyó con posibilidades de llevarse la victoria del Signal Iduna Park, y presionó hasta el final al equipo germano, pero el marcador ya no se movió.