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Por: Iván Escobar
Colaborador
La tarde y noche del pasado miércoles 8 de enero, los Caminantes Guadalupanos Salvadoreños llegaron hasta la localidad de Metapán, en el occidental departamento de Santa Ana, para cumplir la misión de la 55ª caminata con la imagen de la Virgen de Guadalupe, hasta el territorio guatemalteco.
Los Caminantes Guadalupanos mantienen la tradición desde enero de 1970, cuando un grupo de salvadoreños – considerados en un inicio como vagos – llegaron a pie hasta Esquipulas, Guatemala, con fe y agradecimiento por los milagros concedidos por la virgen morena, pero, también con la intención de presentarla ante el milagroso Señor de Esquipulas, cuya festividad es el 15 de enero.
Con los años, los Caminantes se fueron organizando y sumando con ello a más personas, se ganaron los espacios y el respeto de la iglesia católica, tanto en las poblaciones de El Salvador como de Guatemala por donde transitan la peregrinación cada año. Hoy en día, cuentan con “El Cobertizo”, una pequeña ermita en la cual se resguarda a la Virgen de Guadalupe. La pequeña estructura a un costado del templo es hoy el punto de llegada de las peregrinaciones.
Los caminantes son recibidos cada 9 de enero, con mucha alegría por los esquipultecos, en la Basílica se les recibe con una misa especial, al igual que a todas las peregrinaciones que llegan de distintas partes en estas fechas al vecino país. Las autoridades locales les reconocen como un ejemplar grupo de peregrinos que constantemente mantienen la fe y la responsabilidad de estar ante el Cristo Negro en sus celebraciones.
Este 2025 recibieron de parte del Concejo municipal de Esquipulas un reconocimiento a la peregrinación. Y es que para los Caminantes son especiales tres fechas del mes de enero: la primera, el día 9, que es cuando llega la peregrinación a Esquipulas; la segunda fecha, es el día 12, cuando celebran la procesión de la Virgen hasta la Basílica, y la tercera fecha, celebrar en conjunto con los católicos y peregrinos el 15 enero, día del Cristo Negro de Esquipulas.
Además, en el año, desarrollan tres grandes eventos: en enero, la peregrinación; en Semana Santa, alfombras; y en diciembre, el día 8, celebran la víspera de la Virgen de Guadalupe.
17 horas de marcha hasta Esquipulas
A las 2 de la madrugada del jueves 9 de enero, los caminantes salieron desde Metapán, en Santa Ana, provenientes de San Salvador, y de algunas poblaciones de Guatemala, como Charagüin, y el mismo Esquipulas, para iniciar la jornada.
La tarde anterior, asistieron al templo de Metapán a una misa de acción de gracias, y durmieron en el polideportivo municipal. Luego se concentraron en el parque central de esta localidad, iniciando la travesía, la cual duró en total 17 horas, recorriendo los 50 km (13 km de Metapan a la frontera Anguiatú; y 37 km de la frontera a Esquipulas).
“En el recorrido gracias a Dios no tuvimos ningún percance grave, solo dos desmayadas, y afectaciones generales por cansancio”, indicó Guadalupe Solano, quien es hija de uno de los fundadores de la actividad, y desarrolló en esta oportunidad tareas de atención a los peregrinos.
Solano, al igual que otros voluntarios, tanto salvadoreños como guatemaltecos, ejercen un trabajo de atención y cuidado de los peregrinos, desde proporcionar agua, alimento, estar atentos a cualquier necesidad, llegar a tiempo a las estaciones previstas y garantizar que todos estén bien. Los scouts, elementos de tránsito, de la policía, de turismo de Guatemala también dan apoyo dentro de su territorio a los peregrinos, hasta la Basílica.
El itinerario para este año fue similar al de las pasadas jornadas: salir de Metapán, desayunar en la frontera de Anguiatú, esperar alrededor de las 6 de la mañana a los demás peregrinos guatemaltecos, continuar hasta la estación conocida como “Padre Miguel”, almorzar en este lugar; y proseguir, en la tarde, visitando a la familia de Don Margarito y su esposa Tránsito Pérez de Maldonado, quienes residen a unos 3 kilómetros de la Basílica de Esquipulas, y desde hace más de ocho años salen a saludar la peregrinación.
Antes de llegar a su destino, los peregrinos pararon como todos los años, en el “Mirador”, donde recibieron en esta ocasión el homenaje de la municipalidad, y se les recibió con cohetes y música. A las 7 de la noche estaba ingresando la peregrinación al templo, y participaron de la misa, luego se trasladaron a El Cobertizo.
Sofía Rodríguez, parte del equipo organizador, dijo este domingo por la noche: “misión cumplida”, ya que además se cumplió con la preparación y procesión del día 12, en la víspera del gran día dedicado al Cristo Negro.
Juan Tzoc, también representante de los Caminantes, se mostró contento de cumplir un año más la peregrinación.
Los peregrinos, cansados, cerraron la jornada con el compromiso de regresar el próximo año.
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