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@RosmeriAlfaro
El Comité Nacional de Agricultura Familiar de El Salvador (CNAF), en coordinación con el Grupo de Diálogo Rural (GDR) presentaron estudio “Caracterización de la Agricultura Familiar, Políticas y Resultados Obtenidos de 1989 a 2014”.
De acuerdo con el estudio, agricultura familiar es una práctica de subsistencia que busca provocar que la explotación agrícola familiar genere suficientes excedentes para pasar de una situación de subsistencia a una pequeña empresa agrícola, algo que aún no ha sido posible debido a las políticas implementadas en las últimas décadas.
Para el ministro de agricultura Orestes Ortez, los productores son un potencial extraordinario en los campos y con los que se pueden hacer importantes avances y transformaciones. “Hay quienes ven al campesino como un sujeto para movilizar intereses particulares, los campesinos son actores de una estrategia que puede llevar a buen término el desarrollo del país”, dijo.
El estudio establece que la reactivación de la agricultura durante los últimos 25 años se ha desarrollado bajo una política que tiene ajustes negativos para el medio ambiente y la soberanía alimentaria por el uso de agroquímicos, así como para el desarrollo sostenible por el uso de semilla híbrida.
El ministro señaló que la Asamblea Legislativa aún no ha superado las observaciones que hizo el expresidente Mauricio Funes al Decreto 473, que contiene las reformas a la Ley sobre Control de Pesticidas, Fertilizantes y Productos de Uso Agropecuario.
El estudio también revela que existe pérdida de cultura productiva por parte de los campesinos, una problemática que debe ser abordada según el CENAF. “No existe interés arraigado y mucho menos cultural que motive a la juventud a trabajar en la agricultura familiar.
Pocos están asociados a las cooperativas o se encuentran desarrollando está actividad”, indicaron las autoridades del CNAF.
Según Glayson Ferrari, gerente de país de FIDA, un actor importante que puede ayudar a mejorar el tema de innovación y competitividad, es la juventud.
“Algunos jóvenes tienen más años de estudio de sus padres, pero están regresando con nuevas carreras de estudio a sus territorios, ya que no siempre tienen la oportunidad de trabajo por lo que es tarea de nosotros que aporten sus conocimientos para generar competitividad y mejorar el nivel de ingreso y rentabilidad de sus actividades económicas”, dijo.
Como resultado del estudio el CNAF recomienda ampliar el período de ejecución de la política de Agricultura Familiar (AF), diez años más, incorporar en la política de AF, la agroecología y actividades que mejoren el acceso a la propiedad de la tierra, entre otras.
La investigación fue realizada por el CENAF, contó con la cooperación del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal “Enrique Álvarez Córdova” (CENTA) del MAG y el apoyo financiero de diversas ONGs entre ellos FIDA-AGRITERRA.
