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Los cañones resuenan en Ucrania a pocas horas de una reunión crucial en Berlín

Por Laetitia Peron/Olga Shylenko/Simon Valmary
Donetsk/Kiev

Los soldados ucranianos y los rebeldes prorrusos seguían enfrentándose el miércoles a cañonazos en el este de Ucrania, según Kiev con la participación del ejército ruso, a pocas horas de una reunión crucial en Berlín para encontrar soluciones al conflicto.

El aumento de las tensiones sobre el terreno tras varias semanas de calma relativa, se ha redoblado por su dimensión de enfrentamiento geopolítico entre Moscú y Washington.

Ante las palabras del presidente estadounidense Barack Obama, que en su discurso sobre el estado de la Unión afirmó que «las grandes potencias no pueden maltratar a las pequeñas» y que Rusia estaba más «aislada» que nunca, Moscú lo acusó el miercoles de pretender «dominar el mundo».

El Kremlin también acusó a Occidente de servirse del conflicto ucraniano para «asfixiar» la economía rusa y tratar de «derrocar» a toda costa al presidente ruso, Vladimir Putin.

Por su parte, tras diez días de escalada de la violencia con los separatistas, Kiev apuntó el martes al Ejército ruso por haber atacado a las tropas ucranianas en la región de Lugansk.

Se trata de la primera vez que Ucrania lanza acusaciones tan duras contra Rusia desde los acuerdos de Minsk firmados el pasado septiembre. El pacto incluía un alto el fuego, pero la tregua ha sido violada regularmente.

En Moscú, la respuesta del jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, fue lapidaria: «¿Dónde están las pruebas?».

Frente al «agravamiento de la situación», el presidente ucraniano Petro Poroshenko decidió acortar su estancia en el Foro Económico de Davos, donde el conflicto ucraniano tendrá un papel relevante.

En Lugansk, autoproclamada república independiente, al igual que Donetsk desde el pasado abril, las tropas ucranianas se encontraban en dificultades, tras verse obligadas a abandonar su posición.

«Esto no es un repliegue, es un reagrupamiento. Ellos tienen carros de combate, nosotros armas ligeras, no podemos responder», dijo el portavoz militar ucraniano Leonid Matiukin a la AFP.

«La 24 brigada (ucraniana) ha abandonado el puesto de control N.31», confirmaron los rebeldes de Donetsk en su página web.

«Los tanques separatistas avanzan y han entrado en la localidad de Jolobok. Los combates continúan por el puesto de control 29».

En el aeropuerto de Donetsk, muy disputado por su gran importancia estratégica y simbólica pese a estar en ruinas, los combates continuaban igualmente. Los rebeldes lanzaron una gran ofensiva el jueves por la noche, que los ucranianos aseguraron haber repelido, pero la situación continuaba siendo precaria.

El martes por la tarde, al menos siete soldados ucranianos fueron capturados por los rebeldes.

«Occidente quiere derrocar a Putin»

Los bombardeos continuaron toda la noche en el bastión separatista de Donetsk, matando a cinco civiles e hiriendo a 29, según las autoridades locales.

Estos últimos enfrentamientos se produjeron a pocas horas de una importante reunión en Berlín entre los ministros de Exteriores ucraniano, ruso, alemán y francés para «impedir un nuevo agravamiento de la confrontación militar y una nueva escalada política entre Kiev y Moscú», según el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier.

Las reuniones precedentes, dirigidas a preparar una cumbre entre los presidentes Poroshenko y Putin, bajo los auspicios de su homólogo francés, François Hollande y la canciller alemana, Angela Merkel, por el momento han acabado en fracaso.

La última fecha prevista, el 12 de enero, fue aplazada sine die, y la última evolución del conflicto complica el desarrollo de las negociaciones para acabar con un enfrentamiento que ya ha dejado cerca de 5.000 muertos.

Este miércoles, Rusia cargaba contra Occidente a través del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. Este aseguró que los países occidentales persiguen «derrocar» a toda costa al presidente ruso y que «si no hubiera sido Crimea o el este de Ucrania, habrían encontrado otro motivo».

El discurso de Obama muestra que «en el centro de la filosofía estadounidense, sólo hay una idea: ‘Somos el número uno’ y todos deben reconocerlo», afirmó Lavrov, aludiendo a las repetidas afirmaciones de Washington de haber «impuesto» a sus socios europeos las sanciones económicas contra Rusia.

En el discurso del estado de la Unión, el presidente estadounidense había asegurado que «en la actualidad, es Estados Unidos quien permanece fuerte y unido a sus aliados, mientras que Rusia se encuentra aislada y su economía, hecha pedazos».

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