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Los capitalinos merecen una mejor ciudad

C. Marchelly Funes

Los meses recién pasados los capitalinos han expresado sus relatos de vida cotidiana, buy viagra sus  principales problemáticas y las necesidades que imperan en sus barrios, colonias, comunidades,  caseríos y cantones en una serie de encuentros realizados por los candidatos Nayib Bukele, Roberto Cañas y Adolfo Salume, quienes han mostrado interés y deseo por encontrar soluciones a los problemas que aquejan al municipio de San Salvador.

Los participantes (jóvenes, mujeres, adultos mayores, artistas, artesanos, pequeños y microempresarios) sentados en ronda en bancos, sillas o mesas, narraron sus inquietudes. En algunos casos no hubo ni micrófonos ni listas de líderes: la palabra iba girando entre los consultados, los equipos de trabajo de los candidatos antes mencionados y ellos; lejos de ser actos proselitistas, las consultas se han convertido en un estado del arte municipal en el que aparecieron la preocupación de sus habitantes por la movilidad, la seguridad ciudadana, la economía familiar, la necesidad de empleos dignos, de espacios para esparcimiento, y recreación, de acceso al arte y cultura, de aspirar a una ciudad más limpia, desarrollada y ordenada.

Las consultas ciudadanas, visitas casa por casa, grupos focales y mesas de  trabajo han colocado en la palestra pública la precariedad capitalina. Los capitalinos evalúan positivamente estas acciones. Sin embargo, han expresado su claro descontento ciudadano ante el quehacer político de la actual comuna capitalina, de la que por cierto, el candidato de dicho partido no se ha acercado a muchas comunidades a las que otros si lo han hecho. Este año, el candidato que resulte ganador de la alcaldía de San Salvador tiene el desafío de dar a sus habitantes el derecho de vivir en una capital que esté por encima de los maquillajes estéticos de plazas y parques, una ciudad más atractiva tanto para el turismo como para la inversión pública y privada.  Así como de posicionarse al lado de los cientos de miles de capitalinos que le den su voto de confianza por sus propuestas. El ganador deberá terminar con las visiones ventrílocuistas que malinterpretan las necesidades de la gente y que los ven como pobres electores a los que hay que decirles lo que quieren oír y una vez sentados en la silla edilicia los dejan en el abandono y olvidan las promesas hechas ante ellos en la campaña.

La capital no puede seguir viéndose como un proyecto personal o propio: todo lo que se haga debe ser para sus habitantes y no para un reducido grupo.

La ciudad debe significar para sus habitantes orden, desarrollo económico y social, oportunidades para todos, pero no por la ciudad en sí, sino por las autoridades que la gobiernen y por sus habitantes. El próximo alcalde deberá impulsar políticas públicas orientadas al crecimiento sustentable de San Salvador y los capitalinos deberán volverse contralores activos de la gestión municipal.

Todos los candidatos aseguran conocer de primera mano lo fundamental para el crecimiento de la capital, sin embargo, sólo uno de ellos cuenta con el visto bueno de la mayoría de capitalinos: Nayib Bukele es uno de los candidatos que ha visitado y escuchado a la mayoría de habitantes del municipio de San Salvador, ha logrado concretar en ocho ejes de trabajo su plataforma municipal con la que buscan convertirse en alcalde para los próximos tres años. La población lo sabe y tiene las esperanzas de que su derecho a una mejor capital sea posible con Bukele.

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