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Los delitos de odio en Estados Unidos alcanzaron el año pasado su nivel más alto de los últimos 16 años, dándose un importante aumento de los ataques contra personas de origen latino o transgénero, según los datos oficiales publicados este martes por el Buró Federal de Investigaciónes (FBI).
Los datos provienen de más de 16.000 agencias de seguridad del país norteamericano. El número de denuncias por delitos de odio aumentó de 4.090 en 2017 a 4.571 en 2018, lo que supone un incremento de aproximadamente el 12 %.
«Esto es muy significativo», dijo Brian Levin, director del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo de la Universidad Estatal de California en San Bernardino, señalando que esta subida se produce a pesar de una reducción general de la delincuencia en todo el país.
Levin considera que en los últimos años los picos en delitos de este tipo están correlacionados con los ataques de la clase política contra específicos colectivos marginados.
Según las cifras oficiales, en 2018 se contabilizaron 485 y 168 denuncias por delitos de odio contra hispanos y personas transgénero, lo que supone un aumento del 14 % y 41 %, respectivamente, con respecto al año anterior. Por otro lado, los ataques contra sijes se triplicaron, pasando de 20 a 60 incidentes, mientras que las agresiones a personas con discapacidad aumentaron un 37 %, con un total de 159 casos.
Los datos del FBI muestran en cambio una disminución de los delitos de odio contra afroamericanos, musulmanes, árabes, y judíos. No obstante, los expertos señalan que la información ofrecida por la agencia estadounidense es incompleta y probablemente las cifras reales sean más altas.
De acuerdo con The Guardian, la noticia llega en medio de un incremento de «la violencia racista a nivel mundial» mientras desde la Administración Trump se lleva a cabo una retórica dirigida contra latinos, migrantes indocumentados y solicitantes de asilo.
Tras revisar los datos preliminares de 2019 y teniendo en cuenta la actual situación política de Estados Unidos, Levin vaticina que habrá «un aumento de los crímenes de odio y de las confrontaciones violentas».