Dr. Fredy Rosales Meyer
Médico Pediatra, Neonatólogo.
Y el bebé amanece vivo y enfermo y en algunos casos muerto por asfixia. ¿Por qué al ver que su niño se le ahoga cuando lo alimenta acostado no se da cuenta del error que comete?, ¿por qué no surge en su razón o en su entendimiento la pregunta de qué es lo que pasa y procede a sentarse para provocar un cambio en lo que está ocurriendo?, ¿qué está mal hecho al acostar al niño para alimentarlo?
¿Por qué si ella misma no puede ingerir líquidos o comer otros alimentos estando acostada no se le ocurre que también el niño no puede comer acostado? Solo puede comerse si se está sentado. Yo les sugiero a las madres y al personal médico o paramédico encargados de instruir y dirigir la medicina, que tomen un frasco con agua o leche (una botella) y que traten de ingerirla acostados en cualquier lugar que les parezca agradable, cómodo. Así como se le obliga a un bebé a hacerlo y luego experimentarán las consecuencias y comprobarán lo que se manifiesta en este libro. Solo así podrán transmitir la enseñanza y tratarán de convencer a otras madres a que actúen como debe ser.
Esta tarea no es de una sola persona, corresponde a instituciones. Pero si estas instituciones no lo promueven o promueven lo inverso o al revés el esfuerzo personal es inútil. Podrán transcurrir cien años más y no abran cambios en la Salud Preventiva Mundial.
Es tan poderosa la publicidad que día tras días en los periódicos, la televisión o cualquier otro medio audiovisual (Ver foto #92) a través de los cuales se promueve está mal sana y perniciosa costumbre,
Podemos hablar de ignorancia, malicia o conspiración en los medios masivos de comunicación en contra de la Población Infantil Mundial por mala práctica y violaciones a la Ética en las comunicaciones.
En el campo, donde no existe alumbrado eléctrico, es un lugar donde frecuentemente las madres sufren la desgracia de que un hijo fallezca por alimentarlo acostado y no se dan cuenta de lo que ocurre por la oscuridad y en la mañana al aclarar el día con la luz del sol, se dan cuenta que han amanecido con el hijo muerto. En su ignorancia cuando el esposo le pregunta sobre lo ocurrido, le cuenta cualquier historia como excusa y el caso no trasciende fuera del círculo familiar. Historias como: Dios lo quiso así. Ahí (ay) hacemos otro niño. Vino el Cadejo y se lo llevó. La Virgen de la Paz vino y se lo llevó. Estas son expresiones comunes. De allí que surge el cuento de la Mazacuata que se narra en este libro en el que el curandero interviene para atemorizar a las mujeres crianderas, porque no es con la expresión de que: “Hay haremos otro niño” que se resuelve la trascendencia de la familia.
Vuelven a hacer un nuevo ser y la historia se repite, pues no hay cambios en la educación, en la cultura y en el entorno familiar hasta que logra sobrevivir el ser humano, superando el periodo de lactancia, por gracia de Dios, y con secuelas cuya máxima expresión es el retardo psicomotor.
¿Y los médicos, los paramédicos, las autoridades locales, nacionales, regionales y mundiales a los que les incumbe la Salud por qué no meten un dedo o la mano para evitar que este vicio no siga ocurriendo? ¡Al contrario lo promueven! Ver Figs. #90, #93, #94 y #95.
No es posible que tanto sabio no se de cuenta de lo que está ocurriendo. Se está cometiendo una violación masiva y de LESA Humanidad de los Derechos Universales del Niño. Violamos también los Deberes Universales del Hombre, propuestos por la Orden ROSACRUZ, A.M.O.R.C. a nivel institucional en su artículo: LOS DERECHOS HUMANOS DE UN BEBÉ.
Aunque la promoción, defensa y protección de los Derechos Universales de los Niños(as) y de los Derechos Humanos de los Niños (as) no son una materia de la puericultura en general, en el transcurso y desarrollo del libro Un Niño Sano uno se encuentra, aunque no se busque, aunque no se desee que estos derechos, en lugar de ser estimulados y protegidos, son violados total o parcialmente, con o sin razón, con conocimiento o sin él, voluntario o involuntariamente, con malicia o sin ella, con o sin perversidad o iniquidad.
Los Derechos Universales de los Niños (as) se violan en el ambiente familiar, ambiental y social. Los derechos humanos de los niños(as) se violan desde el mismo Estado, que posee una estructura legal basada en Principios Constitucionales que protegen la vida y desarrollo de los habitantes y que en lugar de promover la salud física, social y mental de los niños(as) se pisotean y se promueven en el sentido contrario, hacia la enfermedad y la pérdida del bienestar físico, mental y social de los niños.
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