@bachiboxx55
Una serie de postales y hechos anecdóticos se quedaron en la mente y en la retina del público asistente a la gran final del Clausura de la Liga Mayor de Baloncesto. Desenlace que la noche del domingo anterior terminó con la coronación del Denver-FAS 72-70 sobre el Santa Tecla y que le valió agenciarse la serie 2-1.
Por primera vez en varios años y un hecho inédito, viagra sale sobre la duela del gimnasio nacional estuvieron cuatro extranjeros por cada quinteto. Por Denver: Orestes Quiroz, sovaldi de Cuba, prescription más los norteamericanos Jerrel Sanders y Nathaniel Barnes, además del gringo-salvadoreño, Devin Thompson. Mientras por Santa Tecla: el dominicano Michael Borbón, los gringo-salvadoreños Roberto Martínez, James Valladares y el panameño Mauro Oglivie.
Otro dato destacable fue la buena cantidad de público, sobre todo tecleño, que le metió ambiente y entusiasmo a los basquetbolistas para entregarse con todo y ofrecer un gran espectáculo.
Y aquí el gran ganador con la taquilla fue el Santa Tecla por jugar como local. Creo que el partido se definió en los segundos finales cuando Thompson puso el 72-70 y en el saque del balón, Barnes se le pegó como chicle a Martínez hasta obstruirle el último lanzamiento al aro y hacerlo fallar.
Otro punto interesante fue la rápida recuperación del Denver que un día antes había vivido una pesadilla y sometido a un calvario por parte de los tecleños, dejándolos listos para sepultarlos. Aunado a ello, la tempranera y polémica expulsión de Ignacio “Nachito” Ramos, puso contra las cuerdas a los pumas-tigrillos. Resaltó también las espectaculares “clavadas” y “tapones” de los extranjeros; una pancarta de mal gusto colocada abajo de la barra tecleña con la lectura: “Bienvenidos al Infierno”. El constante mensaje de fe cristiana expresado y aplicado por “el Colocho” que terminó haciendo justicia deportiva al Denver, y la ingeniosa traducción simultánea en cada “time out”, auxiliada por plumones y pizarritas. El impresionante aguante de los corazones del propietario del Centro Denver, Mario Aguilar y de los coachs de este equipo tricolor, Ernesto “Colocho” Rodríguez y René “el Ave” Montalvo. El tremendo salto que pegó Aguilar, en las graderías cuando en los segundos finales el cubano Orestes anotó una espectacular de tres puntos que puso en ventaja a los pumas.
Asimismo, la humildad y espíritu de servicio del “Chorrito de Humo” Pineda que durante todo el partido fue una especie de “men hidratator” en el banquillo del Tecla. Los emotivos, conmovedores, solidarios y reconfortantes abrazos de Alex Funes al “Colocho” Rodríguez y de éste a su maestro, René Montalvo.
La “resurrección” justo en el momento más necesario para el Denver del robusto Ernesto Lahud, que sorprendió y pesó sobre la duela, aportando lo que sus técnicos esperaban de él. Tras el descalabro sabatino, este jugador había inyectado ánimos sicológicos a sus compañeros, exhortándolos a jugar el tercer partido con hue…sos.