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Los días y la guerra II

Alfonso Veliz Tobar

Insomnio

Contra las vidrieras de la ventana

El viento choca cual ruidoso murciélago.

Allá florece sombría la veranera a los amantes

que se besan contra el muro. Ellos son fuego

encendiendo brazas en la sangre.

Ellos se muerden las uñas de la carne.

Se pulverizan, se comen los dedos del deseo.

En tanto un niño escupe miserias de su estomago.

Te sorprende el viento lleno de agua. Siempre hay

un invierno diferente. Y en estas horas de la noche

la luna encuba su vientre. Y su huevo de luz

se recoge en la ciudad. Sucede también

sobre el tejado andan en celo los gatos llorando

en algarabías, maúllan como niños recién nacidos,

lamiendo salivazos a la noche.

La noche como fúnebre sombra del paisaje.

Hay muertos desollados tantos muertos

A la orilla de los caminos. Y hay noches

que hasta la luna llora sus cadáveres.

Muertos tirados por los genios del mal,

la noche yacía en el fondo de todas las cosas,

da miedo y hasta en la muerte planificada yacía.

Pero lo cierto hay un corazón de muerto

grotescamente atornillado por las balas. (1985)

 

Ciudad sitiada 1979

Llega la noche con sus crímenes.

Y nos sorprende el Toque de Queda.

Hay días en que una ola de caudales violentos

viene brotando con las masas tomándose las calles.

Como agitadas montañas portando pancartas.

Pidiendo justicia en las plazas.

Pude haber ido a casa amor bien lo sabes.

Pero tuve miedo por los retenes militares.

Pero no cobardía, aunque el temor es algo

humano. Temblaba de aflicciones de coraje.

¡Amor mío! ¡Hijos míos del alma!

¡No te mueras de angustia, ni penas mamá!

¡Misericordia Señor que desfallezco!

Tus ojos se consumen de tristezas

De callados llantos su ceguera

¡Buenas noches mamá! ¡Señor, Señor!

¡Líbrame de los perseguidores Señor!

Aseguro que ni la muerte misma.

Se llevará este canto por mi pueblo.

¡Y con qué voz sangrienta protestaron!

¡Con que rebeldía vienen y se alzaron!

¡No te aflijas, lo cierto que esta noche!

No dormiré en casa porque hay que jugarle

muy recio a la cosa. Hay que echarle ganas

aun cuando la muerte acechando con sus jaurías

del crimen. Lo cierto se oyen los estruendos,

los quejidos. Son los gritos de las víctimas.

Por ahora San Salvador es una sombra

de muertos que con fatalidad ensombrecen

con sus miedos fantasmales.1979.

Parábola del Oligarca Justo

 

En memoria de

Enrique Álvarez Córdova 1

Hubo en aquel tiempo se considere lejana leyenda

a este hijo de industriales, terratenientes.

Jugador de Futbol, de Polo, campeón de Golf

y educado el extranjero. Creció como todo niño

acomodado. Pero no como crecen los niños de los

pobres.“A la buena de Dios! Hijo de esas mamas que

recomiendan “No me lo vayas a descuidar por favor!

Educado a las costumbres de su clase, alimentado

con cuchara de oro, viandas en bandejas de Plata.

Sus padres lo vistieron luciendo collares de oro

labrados con piedras preciosas, relojes de pulsera

de Jade. Prendas de lujo, ropas de satín y terciopelo.

Y el padre lo enseñó cómo debía manejar sus bienes

con el fin de que hiciera más bienes con la fuerza

de trabajo de los pobres. Pero cuando aquel

Oligarca hubo crecido miró a su alrededor:

vio la desigualdad, la injusticia social de los hombres

y entonces repudió las costumbres como los privilegios

de su clase. Ya no gustó mandar ni ser servido por sus

capataces mayores. Aquel hombre millonario, de corazón

generoso y de valentía, al desfilar por las calles gritando

con los pobres. Un hombre sin ambiciones y sin

pretensión de privilegios de clase. Aquel oligarca

construyó en su tierra, escuela, clínica de salud,

despensa familiar de zapatos, ropas, víveres.

Entonces aquel hombre muy rico pero justo abandonó

los lujos de su clase. ¡Quique Álvarez Córdova,

quiso cambiar todo mal estado de las cosas en bien de los pobres.

Se volvió todo un abanderado del pueblo, pero se ganó

el odio de su clase. Y en memoria de aquel oligarca justo,

su madre repartió sus tierras a manos de los pobres.

Aquel hombre sin maldades ni odios de clase.

Hombre bueno con sensibilidad social.

(A pesar de tantos bienes), vio a su alrededor todas las maldades.

Intentó bajar el cielo y las estrellas de un solo asalto.

Se fue a la calle a gritar junto a los más pobres.

 

Pero fue condenado por los sátrapas de su clase

al cadalso de la muerte y la tortura.

Y esta es la parábola de aquel Oligarca justo que selló con

su sangre su gloria con la historia, como un abanderado de

la rebelión. Pero aquel Oligarca justo que murió en el altar

del sacrificio pero unido a lucha de los más humildes.1980.

 

El 27, noviembre de 1980, dentro de una tensión política y una guerra civil en El Salvador, C.A. Escuadrones de la muerte, tomaron por asalto, secuestraron y asesinaron a dirigentes del Frente Democrático Revolucionario (FDR), encontrándose en conferencia de prensa para denunciar la represión de la dictadura militar en el Colegio Externado de San José. Sometieron a todos los presentes, separaron al Presidente del FDR Ing. Enrique Álvarez Córdoba, Dr. Enrique Escobar Barrera, Juan Chacón, Manuel de Jesús Franco, Humberto Mendoza, Doroteo Hernández. A la mañana siguiente, en distintos lugares de San Salvador fueron apareciendo los cadáveres, con signos de torturas, estrangulación, traumatismos severos, fracturas, heridas y perforaciones de bala 9 mm., en el cráneo, tórax y otras partes de sus cuerpos. Se supo que el Estado Mayor de la Fuerza Armada de El Salvador, oficiales de alto rango celebró la noticia. (De memoria histórica Meme E. Cañas, FB.27/11/2013)

 

Asesinato del campeón de Judo

En memoria de mi discípulo de Judo Freddy Torres del CESS.

Mataron al campeón de las mil maravillosas

llaves, candados y lances de Judo en el Dojo.

Cinta negra primer Dan. Lo mataron de un balazo

en la cabeza cuando la flor empieza. Cuando iba

en su moto después de recibir del Comité Olímpico

Nacional una medalla de oro como el mejor Atleta

del año. Un policía le disparó a sangre fría

por la espalda. Pero desde hace algunos días

Freddy era muy taloneado por los escuadrones

de la muerte. Mi campeón también era del Sindicato

del Seguro Social. Lo mataron porque luchaba

Por los derechos de los trabajadores sindicales.

Porque amaba a su pueblo porque luchaba

Por los sueños de los humildes. Es grande se pérdida

este compa de la Resistencia Nacional. Sus compañeros

decían que para los próximos Juegos Panamericanos

ganaría una medalla por seguro. No era fanfarrón

Freddy Torres era muy humilde, aguerrido.

Con nombre de coraje y de musculo.

¡Campeón para sufrir exilios, cárcel y torturas!

“Libertad a Freddy Torres”, gritaban las paredes,

los muros. ¡ Y qué mejores ramos de olivos en su frente!

Merecedor de una oda de Píndaro, poeta griego

que enalteció los triunfos y hazañas de héroes,

atletas y pugilistas. Freddy Torres mi discípulo

ejemplar desde niño de doce años en el Circulo

Estudiantil de San Salvador.

Gladiador del Club de Judo, guerrillero al mismo

tiempo. Y mi poema una corona de laureles

en su frente. !Que más diplomas!!

¡Que más medallas de oro y plata!

¡Si su nombre lo ha esculpido el pueblo

en los muros de la historia.1989.

 

Alfonso Velis Tobar (El Salvador). Nació en 1949 en Apaneca, El Salvador Centroamérica. Escribe poesía, narraciones, investigador deLiteratura Salvadoreña y ejerce la crítica literaria. Profesor de Educación Física (1971), Deportista Nacional en la Rama de Judo, Cinta Negra, Segundo DAN, miembro del Kodokan Judo, Japón. Pertenece a la generación de 1970. Su obra publicada en revistas y Páginas Literarias, nacionales y extranjeras. Graduado en Literatura en la Universidad Autónoma de El Salvador, 1985. Obtuvo Máster of Arts. Carleton University, Ottawa Canadá, 1996 en Literatura Hispánica, Historiografía Literaria y Métodos de investigación. Donde ha ejercido como Assistant Teacher de la Lengua Española y literatura. Actualmente el autor trabaja en el proceso histórico crítico de la Literatura Salvadoreña en Centroamérica.

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