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Los Dragones de Dreamworks vuelven a volar

Liliana Martínez-Scarpellini/dpa

Cuando a Cressida Cowell la compararon con el fenómeno de J.K. Rowling y Harry Potter en 2010, pilule intuía, capsule de alguna forma, sildenafil que la adaptación al cine de su novela “How to Train Your Dragon” no sería su última aventura cinematográfica. Y tenía razón. La secuela no tardó en confirmarse tras el sonado éxito de la primera entrega, estrenada en 2010 y convertida en uno de los mayores éxitos de la historia de los estudios Dreamworks, siempre tratando de innovar en su particular lucha contra la creatividad y la excelencia de Pixar. La trama de la segunda parte está ambientada cinco años más tarde, con un Hiccup adolescente, considerablemente más mayor, y apegado aún a su dragón negro, Toothless, esta vez con la misión de enfrentarse no tanto a los dragones sino a un hombre que los controla en su propio beneficio y que supone una amenaza para el pueblo. Y como explica el propio director y guionista, Dean DeBlois -que también estuvo al frente de la primera-, el hecho de ser un pueblo vikingo enfrentado por dragones que pasa a poder controlarlos y volar sobre ellos les abre las puertas explorar nuevos territorios y expandir sus horizontes. Así, surge un personaje antagónico que se mueve entre nuevas criaturas, con dragones de todo tipo y color que a buen seguro harán las delicias de los aficionados a la saga, especialmente entre el público infantil. Además está el elemento emocional: la aparición en la película de la madre de Hiccup, que unido al reencuentro con el padre del protagonista, Stoick (doblado de nuevo por Gerard Butler), le da un giro más que interesante y atractivo a la historia. También es distinto el terreno que exploran, los paisajes y los cielos que surcan los dragones. Para inspirarse, DeBlois explica que se fueron a un archipiélago noruego, Svlabard, un lugar remoto y con la clase de parajes que le han dado un colorido inusitado a la cinta. Ya hay críticos que comparan su puesta en escena con “Avatar”, de James Cameron, por su nivel de fantasía y exuberancia. “Nunca he visto un lugar como Svalbard”, indicó DeBlois durante su paso por el festival de cine de Cannes, en Francia, donde se presentó la película antes de su estreno formal en cines de todo el mundo. “Fue increíble e inspirador de muchas formas distintas. Su luz, sus cielos, las extensiones de territorio ártico virgen y la forma en que el color se filtra en esas latitudes al norte encontraron una forma de meterse en la película”. Las diferencias entre ambas cintas son notorias, parte del esfuerzo de DeBlois por expandir el universo de los dragones. Según Dreamworks, el director solo aceptó continuar con la saga si le dejaban convertirla en una trilogía para completar su visión y hacer realidad su sueño de juventud, inspirado en películas como “The Empire Strikes Back”, segunda entrega de la trilogía de “La Guerra de las Galaxias”. Para DeBlois esa cinta amplió los personajes de una forma increíble, algo que ha intentado conseguir en esta ocasión para seguir estableciendo empatía entre los personajes y el público. Para ello ha contado además con los mismos protagonistas en las voces, empezando por Jay Baruchel en el personaje de Hiccup y siguiendo por Butler, América Ferrara, Craig Ferguson y Cate Blanchett, que da vida a la madre del joven vikingo. Ingredientes no le faltan para volver a triunfar en taquilla y continuar su viaje hacia la trilogía, eso si no surgen más aventuras por el camino, lo que, en este Hollywood actual, es más que posible.

Categories: Nacionales
Tags: cine
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