Rigoberto Palma
El Banco Central de Reserva publicó un importante estudio sobre el costo de la violencia en El Salvador, malady estimado en 4,026.3 millones de dólares en el año 2014, que equivalen al 16% del PIB de ese año, al valor de las remesas, a la recaudación total de impuestos y a la mitad de los depósitos bancarios.
Los datos del estudio son muy interesantes. Pero como en la economía cada costo tiene su ingreso, resulta que el costo de la violencia equivale al ingreso de quienes se lucran de ella. ¿Y quiénes serán los beneficiarios? Veamos:
De acuerdo al estudio, uno de los principales costos es el de salud, que incluye la atención médico-hospitalaria y el daño emocional y psicológico. Esos costos los pagan el Estado y las personas afectadas por la violencia, pero de ellos se lucran las empresas que les venden medicinas, equipo médico y todo tipo de bienes y servicios a los hospitales y a las unidades de salud del Estado, así como las clínicas privadas.
El aumento de los homicidios supone, al mismo tiempo, más venta de ataúdes y más ingresos para las empresas funerarias. Y si la familia de la persona fallecida tiene un buen ingreso, el mayor beneficiado por el homicidio es el dueño de un cementerio privado.
Otro costo importante es el de seguridad pública, defensa nacional y sistema de justicia. El Estado lo paga y se lucran las grandes empresas que le proveen a las instituciones públicas relacionadas con la seguridad y la justicia, los uniformes, equipos y vehículos militares, la energía eléctrica, el mobiliario, las computadoras y todo tipo de mercancías. Mientras más gente esté privada de libertad, más comida les venderán las empresas a los centros penales.
Otro costo que menciona el estudio es el de seguridad privada en que incurren las empresas y los hogares. Mientras mayor es dicho costo, mayor es la ganancia de las compañías de seguridad privadas. En el caso de las empresas privadas que pagan servicios de seguridad, el dinero lo sacan de la población, pues se lo cargan a los precios de los bienes y servicios que venden. Diferente es lo que ocurre con las personas, que pagan la seguridad con los ingresos que obtienen de sus salarios.
El estudio también habla del costo de emigración por la violencia. Cuando la emigración es hacia el exterior aumentan las remesas que lucran a las empresas comerciales, a los bancos y a las empresas importadoras. De manera que mientras más emigración externa haya, más ganancias obtendrá la oligarquía comercial-financiera.
Hay otras ganancias muy fabulosas relacionadas con la delincuencia, como las que obtienen las empresas que trafican drogas y armas y que van a parar a los grupos criminales. Por el capital que se mueven en ese mercado, los negocios que operan en el mismo no son micros, pequeños ni medianos, sino muy grandes.
El último gran beneficio de la delincuencia es el que espera obtener el partido ARENA, que tiene fijada su esperanza en que la violencia no aminore y provoque un rechazo de población al gobierno del FMLN. Ese es el negocio más lucrativo de todos, pues se trata del negocio político, de la lucha por el poder. Sin embargo, para desgracia de los dirigentes ARENA, el pueblo sabe que muchos de ellos tienen que ver con la delincuencia. Además, el gobierno está tomando las medidas necesarias para golpear a los grupos criminales. Ya hay buenos resultados.