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Por Mauricio Funes
ex Presidente de El Salvador
Los economistas fallan con frecuencia en sus análisis, sobre todo cuando se trata de juzgar los diez años de gobierno del FMLN.
Con ligereza aseguran que el FMLN cuando fue gobierno se limitó a administrar el Neoliberalismo que había impuesto ARENA en sus veinte años en la Presidencia de la República y de control absoluto del Estado.
Otros, desde supuestas posiciones de izquierda radical, aseguran que en los diez años del FMLN en el Ejecutivo se llevó a cabo un Neoliberalismo que llaman “mitigado”.
En sus análisis, el Neoliberalismo de ARENA es calificado como un Neoliberalismo “radical” y al FMLN le atribuyen la implementación de un Neoliberalismo “moderado”, al que solo se le agregaron algunos programas sociales para “suavizarlo”.
Estos análisis pasan por alto, quizás por incomprensión de la realidad política del país, algunas limitaciones que como gobierno tuvimos en el ejercicio del poder público.
Primero, el Neoliberalismo es una doctrina y no un modelo económico.
O quizás más propiamente, el Neoliberalismo es una modalidad del modelo capitalista que comenzó a generalizarse a mediados de los años 70 con la crisis mundial del petróleo.
Esta doctrina se alimentó de los planteamientos liberales de la Escuela Austriaca de Friedrich Hayek y de la llamada Escuela de Chicago de Milton Friedman.
Ambos economistas eran de la opinión que había que reducir el número de empresas públicas, liberalizar el mercado y disminuir la intervención del Estado en la economía.
Para los impulsores del Neoliberalismo “cuanto menos intervenga el gobierno en la economía, mejor”.
Proponían para el caso que debían haber menos regulaciones, menos barreras al comercio y menos restricciones a las empresas.
La doctrina neoliberal se basó en tres principios fundamentales:
. Menor intervención del Estado;
. Desregularización del mercado;
. Implementación de procesos de privatización o venta de bienes y activos públicos.
Sus principales exponentes a nivel mundial fueron el ex Presidente estadounidense Ronald Reagan y la ex Primera Ministra británica Margaret Tacher.
En el caso de nuestro país la implementación del Neoliberalismo comenzó a finales de los años ochenta con el primer gobierno de ARENA, bajo la Presidencia de Alfredo Cristiani.
Ni el gobierno de Duarte, ni el período de las Juntas de Gobierno que siguieron al golpe militar de 1979 y ni los gobiernos militares del PCN fueron neoliberales.
De hecho, las privatizaciones comenzaron con Cristiani y siguieron con Calderón Sol, Francisco Flores y Tony Saca.
Con la implementación de las medidas neoliberales los gobiernos de ARENA provocaron una mayor concentración de la riqueza proveniente sobre todo de la adquisición de empresas públicas que fueron privatizadas; un aumento de la pobreza y las desigualdades económicas y sociales, que incluyó un empobrecimiento de las clases medias; una reducción del aparato de Estado y una pérdida de sus capacidades redistributivas.
A partir de 2009, en el primer gobierno del FMLN, no solo se frenaron las privatizaciones, sino que se buscó fortalecer el aparato público que había sido desmantelado por los 4 gobiernos de ARENA.
Aun sin contar con mayoría en la Asamblea Legislativa, mi gobierno fortaleció la institucionalidad pública y el rol distributivo del Estado.
Se crearon nuevas instituciones públicas como el Banco de Desarrollo Social (BANDESAL) para financiar a la pequeña y mediana empresa.
Se creó la Dirección Nacional de Medicamentos para controlar y regular los precios de mercado de las medicinas como parte de la Reforma de Salud que llevamos acabo.
Se crearon los Equipos Comunitarios de Salud Familiar (ECOSF) para fortalecer el primer nivel de atención sanitaria que pone énfasis en la salud preventiva.
Se creó por mandato de Ley el Instituto de Acceso a la Información Pública para garantizar la transparencia de la gestión pública, entre otras iniciativas.
En mi gobierno se impulsaron más de 20 programas sociales para reducir la vulnerabilidad económica y social de miles de familias salvadoreñas y combatir la pobreza de ingresos.
Todo eso no tiene nada que ver con el Neoliberalismo .
Si no avanzamos más en el desmontaje de las medidas Neoliberales de ARENA y en la eliminación de privilegios económicos para los grupos empresariales oligárquicos fue porque no teníamos el control total del Estado.
Es decir, no teníamos el control de las decisiones legislativas que nos hubiera permitido, por ejemplo, aprobar una reforma tributaria progresiva que hiciera cargar el peso de la fiscalidad en el 1% más rico del país.
Podríamos haber eliminado además privilegios fiscales que gozan las grandes empresas y que no han servido ni para atraer inversiones ni para generar más empleo.
Habríamos podido eliminar o al menos reducir el control del IVA para los alimentos y las medicinas, tal como lo ofrecimos en campaña.
Propusimos la creación de nuevos tributos que fueron rechazados por la derecha Oligárquica que tenía y sigue teniendo el control de la Asamblea.
Tampoco teníamos el control de la Fiscalía para perseguir evasores y menos el de la Corte Suprema de Justicia.
El control de la Sala de lo Contencioso Administrativo por parte de la derecha permitió que AVIANCA dejara de pagar un impuesto al combustible con lo que quedó exonerado del pago de más de 30 millones al fisco.
Pese a estás limitaciones del ejercicio del poder, en los gobiernos del FMLN fortalecimos lo público, impulsamos una política social que redujo la pobreza y enfrentamos al gran capital.
Bajo esa lógica no se puede hablar de Neoliberalismo “mitigado” en los gobiernos del FMLN.
Para administrar el Neoliberalismo habría que haber pactado con la derecha Oligárquica y eso no ocurrió, al menos en el primer gobierno del FMLN.
Por eso, como aseguré al principio, los gobiernos del FMLN no fueron gobiernos Neoliberales.
