Por Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso
En mis diarios recorridos por Santa Tecla, tuve la amarga experiencia de encontrarme con la demolición de la única sala de ventas de Muebles Molina en la ciudad, dando paso a una nueva estructura en su lugar, en dicho sitio se exhibió por décadas, una variedad de finos muebles elaborados por diestros artesanos tecleños, por lo que este acontecimiento me hizo recordar al historiador Ernesto Rivas Gallont (+), y su obra “Santa Tecla su historia y cuentos” que relata los antecedentes de esta empresa, así como los sueños de superación de los hermanos Pedro Ángel (+), y Raúl Molina (+) fundadores de dicha mueblería.
En cuanto al tema, la elaboración de muebles se originó hace 30,000 años, cuando el hombre comenzó a tallar y construir objetos, manipulando la madera y huesos de animales para obtener como resultado los primeros muebles de la historia. En la Edad Media, el uso de muebles estaba más extendido, prevaleciendo entre ellos los escabeles (descansa pies); sillas con brazos y respaldo alto, arcones (baúles), mesas, decoradas con patas de león o toro, cabezas de felinos y aves con alas desplegadas. Además de ello se empleó técnicas decorativas como la talla, la taracea (uso de pavimentos, azulejos entre otros), el dorado y policromía (variedad de colores).
En cuanto a los inicios de los hermanos Molina en Santa Tecla, se recuerda principalmente a Pedro Ángel oriundo de Cojutepeque Cuscatlán quien, a los cinco años, se trasladó a esta urbe en compañía de su progenitora y hermano. De acuerdo con las añoranzas de Rivas Gallont; la madre de Pedro y Raúl ejerció la labor de cocinera en la casa del doctor Rubén Alonso Rochi (+), conocido como “El Médico del Pueblo”.
En la memoria de los tecleños se les recuerda pernoctando en el Portal Central cerca de la zapatería de don Enrique Castillo (+), esperando el transporte que los conducía a las cortas de café, con el que lograron ahorrar fondos para alquilar un cuarto, en las cercanías de las canchas de fútbol de los padres salesianos en el barrio Belén. De acuerdo con don Neto Rivas; doña María Luisa de Bustamante contrató como cocinera a la madre de Pedro y Raúl, lo que sirvió a ambos hermanos el poder cursar hasta quinto grado en la Escuela San José, perteneciente a la Parroquia Inmaculada Concepción en tiempos del padre Salvador F. Revelo (+).
En cuanto a su incursión en el mundo de la carpintería, esta estuvo a cargo del maestro Federico Iraheta (+), quien era el examinador de los estudiantes de carpintería de los salesianos, que se convertiría años más tarde en su suegro. Don Pedro Ángel fue apadrinado en su obraje por el maestro carpintero Raúl Chacón (+), radicado en Santa Tecla, es así como junto a su hermano Raúl, darán vida a Muebles Molina, la que fue considerada como la pionera del mueble en El Salvador y Guatemala respectivamente.
¡Pedro y Raúl Molina, ejemplo de superación personal!