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Cobijados por la Casa Abierta, un grupo de agricultores y defensores de la naturaleza se reunieron con el presidente de la república, Salvador Sánchez Cerén, para compartir sus exitosas experiencias en producir riqueza sin atentar contra el medio ambiente y, más bien, protegiéndolo de las malas prácticas que degradan los ecosistemas.
“Ustedes hacen cultura con el trabajo de restauración de los ecosistemas y los paisajes, es parte de esa cultura nueva”, les dijo el estadista al darles la bienvenida el sábado 3 de diciembre al programa presidencial que convirtió la residencia de los gobernantes en un lugar de encuentro con la sociedad y de promoción de la cultura nacional.
Juliana Ama, de Izalco y quien dijo con orgullo ser descendiente del tata José Feliciano Ama, agradeció al Presidente la oportunidad de estar en el programa, en la ex residencia de los gobernantes, donde defendió la cultura de los pueblos originarios y la necesidad de retomar las formas de vida que protegen la naturaleza.
“Si nosotros no aplicamos esos conocimientos ancestrales, qué va pasar de nosotros”, advirtió Ama. “El agua no nos necesita, nosotros necesitamos del agua, la tierra no nos necesita, nosotros necesitamos de la tierra y qué bonito hacer esas prácticas de ya no esos químicos, sino que esos conocimientos ancestrales”, dijo.
Gonzalo Miguel, de una asociación que ha hecho del cultivo de las paradisiacas flores heliconas, que inspiraron a las musas y dioses de la Grecia antigua, relató una experiencia que abrió oportunidades de ingresos, a la vez que se protege el medio ambiente y se preserva.
“La madre naturaleza nos llamó y nos exigió a profundizar más en esto y nos fue guiando al punto que llegamos a descubrir que las Heliconias eran las aliadas ideales para la creación de oxígeno”, afirmó. Relató también otra virtud de estas plantas de hermosas flores: la protección del agua. “Ellas atraen la humedad, luego la transmiten, la infiltran, porque la cultivamos en asocio con frutales de aquellos que tengan más potencial económico para las comunidades donde se cultivan”, agregó.
Gonzalo y sus socios ponen belleza y alegría en nuestras vidas con los arreglos florales que producen.
“No solo somos espectadores de la madre naturaleza, debemos saber que somos uno y cuando contaminamos un río o despedazamos un bosque o talamos un árbol, nos estamos despedazando nosotros y la naturaleza es justa, nos da lo que le damos”, aseguró.
La experiencia de Margot Barrera y sus socios de una cooperativa en Zacatecoluca que cultivan con métodos totalmente biológicos confirma la afirmación de Gonzalo.
“Nosotros ya no gastamos en químicos, en nuestra parcela ya no existe plaga, ahí solo existe vida, porque la agricultura orgánica lo que nos da es vida, salud”, subrayó Margot.
“Nosotros como campesinos queremos tener un país sano, tener aquella riqueza que nos tuvieron nuestros abuelos, que la naturaleza era linda en ese tiempo, llegaba uno al campo y veía los árboles, aquella frescura”, dijo. “Le agradecemos a nuestro Presidente, que nos apoye en eso, que nos imparta más orgánico, porque debemos de comer comida sana, y no transgénico”, agregó.
Afortunadamente experiencias como esas se han expandido por el país y tuvieron su espacio en el programa Casa Abierta, entre ellas la creación de una planta de biofertilizantes en La Palma, una iniciativa del profesor Sánchez Cerén en el gobierno anterior, del cual fue vicepresidente.
“Estamos contribuyendo a estos esfuerzos en la zona de Chalatenango, donde tenemos un potencial, cuencas del Río Lempa y del Río Sumpul, en un ambiente muy bonito”, dijo Guillermo Rivera Chávez.
Así, la ex residencia de los presidentes acogió a los hijos de la madre tierra, los mejores guardianes del planeta.
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