Sergio Inestrosa,
colaborador
Los inmigrantes que tengo en mente son la mayoría de los latinos que vinieron a este país “indocumentados”, pero estas ideas también pueden aplicarse a los inmigrantes de África, Siria o el Medio Oriente que tratan de encontrar un lugar en Europa o los Estados Unidos.
Las razones para emigrar pueden ser muy diferentes: nece-sidades económicas, razones políticas, la búsqueda de la libertad en sus múltiples formas, el deseo de ser feliz, sin descartar el interés por la aventura. Sea como fuere, la inmigración es un componente importante de la perspectiva global que vivimos en la actualidad.
Usaré los tres momentos del viaje de un héroe, por el autor Jo-seph Campbell, para construir esta reflexión.
1. ETAPAS DE SEPARACIÓN
a) Salida o llamada a la aventura
Los inmigrantes como los héroes “mitológicos” también están ex-puestos a una atmósfera de fascinación irresistible, “el otro lado”, eso que son los Estados Unidos, es un lugar “mágico”, la tierra de las oportunidades, el lugar donde los sueños se hacen realidad, “Gringolandia” es un lugar especial, un llamado al éxito, pero no sin un alto precio. Éste es un llamado a la aventura, donde el des-tino ha convocado al héroe y transformado su centro de gravedad espiritual, desde el polo de su antigua sociedad a un nuevo lugar, un lugar desconocido que se constituye casi como un lugar mítico donde se puede encontrar tanto el éxito como la muerte.
El héroe puede ir por su propia voluntad, o puede ser enviado por otra fuerza: una gran necesidad económica, la falta de oportuni-dades en su propia tierra, huir de un padre que quiere imponer su voluntad, escapar de la política, de la persecución religiosa, o de algún miedo como el hacer el servicio militar en lugares suma-mente violentos como Venezuela, Nicaragua, Guatemala, El Sal-vador, Honduras sin olvidar, por supuesto, a México.
b) La derrota ante la convocatoria
En muchos casos, un inmigrante puede ser derrotado por las cir-cunstancias: la nostalgia, la falta de un patrocinador para obtener algo de dinero para comenzar el viaje, la falta de energía para en-frentar el desafío, miedo al fracaso o la muerte, una situación rela-tiva específica, una novia o novio, el trabajo de los oficiales de in-migración, incluso la mala suerte puede llevar a una persona a fal-lar a la llamada.
c) Los ayudantes
Para aquellos que han aceptado el desafío de comenzar el viaje, uno de los primeros encuentros es con una figura protectora que les proporciona amuletos para la buena suerte y el éxito. Muchos mexicanos han ido a la basílica de Guadalupe en la ciudad de México para visitar a la Virgen y pedirle ayuda y protección; la gente de Guatemala puede ir a Esquipulas con el mismo propósito; también en Tijuana hay una muy famosa “diosa”, La Santa Muerte, y muchos inmigrantes le rinden homenaje antes de cruzar la frontera; algunos la adoptaron como un divino protector cuando se establecieron en los Estados Unidos. La mayoría de las veces es una divinidad femenina, pero también puede ser una figura masculina como San Judas Tadeo o el mismo Jesús.
d) El cruce del primer umbral
Éste es el momento de empuje; Al llegar a la costa de Italia, Es-paña, Grecia o Turquía o cruzar la frontera con los Estados Unidos, frente a La Migra, éste es un momento y un territorio peligroso. Es la entrada a un poder magnificado, y territorio lleno de promesas y de riesgos. Pero bien lo sabemos, para los inmi-grantes, cruzar la frontera no es el fin de los problemas; los inmi-grantes tienen que enfrentar nuevos desafíos y dificultades: la discriminación, la nostalgia, los fracasos, la violencia; una realidad amarga (ya no es Estados Unidos lo que solía ser), la falta de fa-miliaridad con el idioma y la cultura, nuevas reglas, nuevos valores, incluso el clima puede ser un factor negativo; y no olvidemos esas necesidades y deseos personales: un com-pañero, un amante, un miembro de la familia, un amigo.
e) En el vientre de la ballena
Una vez que el inmigrante cruza la frontera, llega a la costa, él o ella serán tragados a lo desconocido. Para los inmigrantes latinos, “el otro lado” es lo desconocido. El nuevo territorio, si el inmigrante sobrevive -y la mayoría lo hace-, será como nacer a una nueva vida; se pueden presentar nuevas oportunidades. Aquí comienza para los inmigrantes una nueva etapa.
2. LA INICIACIÓN
La mayoría de los inmigrantes comenzaron desde abajo, usan las conexiones sociales, una red de seguridad para obtener refugio y comida, para obtener uno o dos trabajos, para comprar documen-tos falsos. En ese momento están tratando de sobrevivir, están aprendiendo cómo moverse en este nuevo entorno, lleno de retos y tentaciones. Para los inmigrantes varones (y probablemente también para las mujeres), el alcohol, el juego, la discriminación social y racial pueden ser distracciones, tentaciones, desvi-aciones, retos que les presenta la nueva cultura sin olvidar el idi-oma, las nuevas reglas, los bajos niveles educativos, casi por re-gla general, pueden ser obstáculos para el éxito. Derrotar esos obstáculos puede ser la medida real del logro.
Si se logra sobresalir, de repente, pueden mudarse las condi-ciones, el inmigrante se puede mover a un nuevo lugar, ingresar a una escuela para tomar clases nocturnas, aprender lo básico del nuevo idioma, obtener un diploma educativo, aprender a usar la red social en la comunidad para tener éxito, entrar en una iglesia y expresar su fe.
Si todo va bien, pronto el inmigrante podrá enviar dinero a casa para pagar las deudas, ayudar a la familia a sobrevivir o a mejorar las condiciones, ayudar a que un familiar haga el viaje también. Esta adecuaciόn al nuevo entorno, este éxito por relativo que sea, va a ser visto como una apoteosis, lo que significa que el viaje ha dado sus frutos; todo el esfuerzo y el sufrimiento han sido recom-pensados.
El inmigrante puede ser visto como un héroe, incluso para los políticos cínicos. Él o ella es ahora tenido como un buen hijo, hija, esposo, padre, madre, una persona valiente que hizo un sacrificio, y finalmente está recogiendo los frutos de ese esfuerzo.
Todos exaltarán su amabilidad, su valentía y determinaciόn, el coraje de este héroe común y ese “fervor”, ese éxito es conta-gioso y otros tratarán de imitarlo y comenzarán su viaje.
3. EL REGRESO
Si por casualidad se da que el inmigrante regrese a casa, ya sea porque ha sido deportado, él o ella será visto como una víctima, una persona que ha sufrido la injusticia del sistema; pero si esa persona regresa como un inmigrante legal, la gente reconocerá sus logros; si regresa en aviόn lo recibirán en el aeropuerto. Qué dulce es este regreso, tan diferente al día (ya lejano) cuando el hé-roe se fue. Desde el primer momento veremos un cambio en su ropa, o tal vez un testimonio de su éxito sea la compra de una casa, o las mejoras en su propiedad o el aumento en sus pos-esiones; Si se compra un automóvil, la gente notará la “buena suerte” que ha tenido ese inmigrante.
En cualquier caso, el inmigrante sería visto como una persona victoriosa; todos reconocerán e incluso celebrarán su éxito. Muchas veces el inmigrante comparará su situación actual con la de su tierra natal, y la gente notará que el “Nuevo país” se ha apoderado de él, de ella.
El inmigrante, parece ahora, un maestro de dos mundos. El héroe ha ganado la libertad de vivir, de pasar de un lado a otro sin ar-riesgar su vida. Finalmente, el inmigrante luce victorioso como un verdadero héroe.