Por Ian Timberlake/David Harding
Riad/Doha/AFP
Los llamados para calmar la crisis entre Catar y Arabia Saudí y sus aliados se multiplicaban este miércoles, como el del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidiendo «unidad» entre los países del Golfo, aunque antes había apoyado la campaña contra Doha.
Kuwait, que no ha roto con Catar, intenta mediar en el conflicto. Su emir viajó a Arabia Saudí donde se reunió con el rey Salmán, en una entrevista que «reflejaba un interés común para apoyar el buen funcionamiento» del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), informó el miércoles la agencia oficial Kuna.
El lunes, Arabia Saudí, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Yemen y las Maldivas rompieron relaciones con Catar, acusándolo de «apoyar el terrorismo». Mauritania se sumó también a ellos.
Riad y Abu Dabi señalaron sin embargo el miércoles que no buscan un «cambio de régimen» en el reino catarí, sino un «cambio de política», según declaró el ministro de Relaciones Exteriores emiratí, Anwar Gargash, en una entrevista a la AFP.
«La envergadura de la crisis actual es bastante sustancial», dijo el ministro, añadiendo que Doha tiene que dejar de comportarse como «campeón del extremismo y del terrorismo en la región».
El martes, Trump apoyó en una serie de tuits a Riad y a sus aliados en su aislamiento a Catar que, según él, tiene un papel en la financiación del extremismo islamista.
Con estas declaraciones, el presidente sembró la duda sobre el futuro de la gran base aérea estadounidense en Al Udeid, en el desierto de Catar, que tiene un papel clave en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria e Irak.
Pero el mandatario matizó horas después sus afirmaciones, señalando que «la unidad del CCG es crucial para vencer al terrorismo y promover la estabilidad en la región», durante una conversación telefónica con el monarca saudí.
Pirateo ruso
Francia y Rusia mostraron también su preocupación ante esta crisis en el Golfo, la más importante desde hace varios años.
En una entrevista por teléfono con el emir de Catar, Tamim Ben Hamad Al Thani, el presidente francés Emmanuel Macron dijo estar dispuesto a apoyar «todas las iniciativas para favorecer la moderación».
Su homólogo ruso, Vladimir Putin, también llamó al emir catarí para mediar en la crisis.
Según la cadena CNN, piratas rusos cometieron un ataque informático contra la agencia de prensa de Catar a finales de mayo, que fue el elemento detonante de la crisis, con unas falsas afirmaciones, según Doha, que fueron atribuidas al emir Tamim en torno a temas delicados.
El objetivo de Rusia con este ataque informático era provocar divisiones entre Estados Unidos y sus aliados, afirmó CNN citando a investigadores estadounidenses.
El Kremlin niega estas acusaciones que no se fundamentan en «ninguna prueba».
La ruptura de relaciones con Catar conllevó la suspensión de vuelos aéreos, el cierre de fronteras terrestres y marítimas, así como la prohibición de sobrevolar los territorios de los otros países del Golfo a las compañías cataríes.
Como muestra de la firmeza con la que los ahora adversarios de Catar aplicarán las medidas, el fiscal general de Emiratos advirtió el miércoles que quién exprese en las redes sociales su simpatía hacia Catar enfrenta hasta 15 años de cárcel.
Doha rechazó las acusaciones de «apoyo al terrorismo». No hay «ningún elemento que pruebe que el gobierno de Catar apoya a los islamistas radicales», alegó ante la BBC el jefe de la diplomacia, Mohamed ben Abderrahman Al Thani.