por Mauricio Vallejo Márquez
Los maestros son fundamentales en nuestra formación. En las diferentes profesiones u oficios que escojamos tendremos la necesidad de tener un mentor que nos ayude, oriente y explique el camino a seguir. Su conocimiento y experiencia son la lámpara para que no perdamos el rumbo.
La enseñanza para la persona no concluye con la guía de los maestros. La experiencia de cada persona resulta otra pieza del aprendizaje. Conforme a lo que aprecia en su entorno y a lo que vive tendrá otras nociones que enriquecerán su conocimiento.
Estudiar, es el otro elemento. Si no se continúa estudiando todos los esfuerzos de los maestros se irán disipando con el tiempo. El médico que no estudia y no se capacita con dificultad podrá llegar a lograr sus objetivos o a desarrollar su profesión de la mejor forma. El abogado que no se retroalimenta es seguro que perderá casos, y así se puede observar en otros casos.
Así como abogados, psicólogos, economistas requieren de formación, el artista también requiere sistema para aprender su arte. Todo pintor y escritor tiene su maestro. Estos pueden ser muy talentosos, pero sus habilidades se verán desarrolladas en menor tiempo si tienen una guía. No podemos negar que los grandes genios también han tenido maestros: Flaubert, Mozart, Darío, Pablo Picasso. Y además de los mentores vivos también han sido sus maestros los autores y artistas a quienes admiran y estudian.
Los talleres de escritura creativa son importantes porque gracias a ellos se orientan. Estilos, técnicas y formas de trabajar son enseñadas en estos, cosas que tardarían más tiempo en conocer los talleristas si trabajaran solos. Las orientaciones que se les imparten son necesarias para que estos tengan una mayor visión del arte al que desean dedicarse. La otra parte fundamental es el talento y eso no se puede formar, con ello se nace. Se puede tener mucho talento, pero si no se forma no alcanza el nivel al que se aspira.
El novelista Flaubert instruyó a Maupassant. Ambos pasaron muchas horas conversando y el maestro aconsejó al alumno hasta que el aprendiz se convirtió en maestro. Cuando esto sucedió Maupassant tomó su propio camino y gracias a la noción que tuvo pudo inclinarse a una escuela, desarrollar un estilo y producir. El poeta Ezra Pound hizo lo mismo con T. S. Eliot. Lo instruyó. Dedicó horas al joven que luego brilló con luz propia. Ambos casos fueron talleres, quizá no formales y apoyados por una institución, pero qué más se podía querer con tremendas leyendas como guía.
Algunos escritores además de tener pupilos elaboran materiales para instruir a los demás. Así se han elaborado libros para poetas y novelistas. Uno de ellos es Cartas a un joven poeta de Raynier María Rilke quien pretende darle luces a un neófito vate que desea elaborar versos. Le muestra lo necesario para que se adentre en este arte. Le advierte lo dificultoso del camino, así como lo bello y necesario que es dependiendo de su vocación.
Otro caso es Cartas a un joven novelista de Mario Vargas Llosa, quien en esta obra procura ser un bastión para los narradores jóvenes. Ambos materiales resultan una excelente ayuda. Y así podemos encontrar una extensa lista de autores que hablan del oficio de escribir.
El talento es el primer paso, luego sigue el aprendizaje. Ese paso será decisión de cada artista, sin embargo la instrucción de un maestro favorecerá el crecimiento de cada uno.
Normales
Antes en nuestro país existían Escuelas Normales donde instruyeron a los profesores en la noble actividad pedagógica. Ahora algunas universidades han tomado esa responsabilidad, pero no con el mismo nivel que las primeras donde se enseñaban tantas cosas que los profesores normales resultaba eruditos capaces de enseñar por vocación y formación. Muchas teorías de enseñanza han sido olvidadas, así como surgen nuevas que pueden apoyar a que la educación sea mejor.
La sociedad ha limitado el ser profesor y eso ha permitido que no sea visto con el respeto que merece. Debemos tener presente que de la calidad de profesores que tengamos nuestro país puede tener una mejor formación en las futuras generaciones y dar ese paso que se desea para crecer.