Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
Las raíces intrincadas y sobreexpuestas del manglar, lejos de su aparente fragilidad, definen la vitalidad de la cuenca baja en el territorio nacional y se constituye en una de las barreras naturales, más importantes y estratégicas, para la vida marina costera y la supervivencia de la población que reside en la zona.
Sobre estos ecosistemas habló en exclusiva, para Diario Co Latino, Aníbal Ramírez, de la Asociación ReverdeSER, de México, quien compartió conocimientos en un intercambio de experiencias sobre “Restauración Ecológica de manglares”, que involucró a FIAES, UNES y AMBAS, entre otras organizaciones comunitarias.
¿Cómo balancear el desarrollo económico versus derechos de la población?
-Se supone que el desarrollo económico debería tener un límite, pero como humanos no tenemos llenadera… esa es la conclusión. Siempre queremos más y no nos conformamos con lo que tenemos, entonces las personas o familias quieren aspirar a más dinero, pensando que al tener más dinero serán más plenos, pero la realidad no es así.
Una de esas sociedades más enfermas, es la de Estados Unidos, pudientes económicamente, pero están enfermas de obesidad, suicidios, violencia y destrucción. Y digo, el hecho que tengas dinero, carro u otras comodidades, no significa desarrollo en si, es una cuestión más filosófica.
Y la destrucción de los ecosistemas en aras del desarrollo económico, al final, es una espiral en crecimiento que nos va a lanzar de nuevo a un deterioro social, si seguimos con esas ideas sobre el desarrollo económico y tratamos, a los ecosistemas como nos tratamos nosotros. Y aclaro “mal”.
¿Cómo deriva la destrucción de estos ecosistemas en conflictos sociales?
-El agua sin una regulación es una bomba de tiempo. Y si está regulada pero las fuerzas fácticas, como el poder económico o político, expresan tanto interés en este recurso natural es porque lo consideran el oro blanco para sus producciones, e inevitablemente va a terminar en un conflicto social. Y va a terminar en algo que no queremos, el punto aquí, es reconocer que es un derecho universal, al que deben tener acceso las comunidades, así como los ecosistemas.
Somos parte de los ecosistemas y en El Salvador o cualquier país debe existir un porcentaje de agua, que se debe dejar pasar para la supervivencia de estos ecosistemas. Les llamamos “caudal ecológico”, y deben pasar procesos de monitoreo o medidores hidrométricos, porque actualmente no hay nadie que pueda decir que ese 40% (caudal ecológico) se esté cumpliendo.
Las cuencas acá son cortas a diferencias de otras, más largas, lo que permite con mayor facilidad medirlas, porque el tiempo de residencia del agua es más largo. En cambio en El Salvador, los trayectos son muy cortos y las pendientes de las cuencas muy altas, entonces el agua pasa rápido.
¿Cómo afectan los monocultivos o la agricultura a los manglares?
-Desde cualquier punto de vista, la caña de azúcar es un cultivo devastador, no solo para la gente si lo relacionamos a la salud pública y los casos de deficiencia renal. Si hiciéramos un estudio científico profundo descubriríamos esa relación por la gran cantidad de químicos y pesticidas acumulados con el paso del tiempo, porque no hablo de contaminaciones recientes. Hay cambios a nivel celular, porque son sustancias bioacumulables que van generando deformaciones genéticas, pero claro es difícil demostrarlo. La caña de azúcar además de fabricar diabéticos, utilizar mucha agua, es un cultivo que requiere grandes cantidades de agroquímicos, pesticidas, insecticidas, nematicidas, a lo que sumamos la quema de rastrojos, que afecta la fauna y generan emisiones de CO2 al medio ambiente que daña la capa de ozono.
¿Cómo se rescata una barrera viva, como los manglares?
-Esto es importante, porque el manglar es el “riñón de la cuenca”, se encargan de procesar todo lo que viene de arriba de la cuenca. Además, de depurar el agua para que limpia vaya dar al mar, a los arrecifes y pesquerías, lo que contribuye a toda la economía relacionada a la pesca. Todos deberían invertir en la restauración del manglar, porque resulta en un bien para ellos mismos.
Se puede reforestar el bosque salado, es factible y viable, siempre y cuando se encuentre en las zonas adecuadas, sin hacerlo a lo loco, sino con un diagnóstico riguroso científico y con una estrategia, un plan de un grupo multidisciplinario. Así como, se va al hospital, no te operan de inmediato, te sometes a exámenes y estudios para elegir un procedimiento quirúrgico específico, para el paciente. O sea, vamos recuperando primero, las áreas buenas que están saludables para aislarlas de las degradas y dentro de las degradadas comenzar a trabajar en las recuperables e identificar las que no podrán recuperarse.
¿Considera que la población es depredadora de estos ecosistemas?
-Al ver las fotos aéreas de El Salvador en esta zona (Barra de Santiago) se nota que no son las personas que viven en los manglares las causantes de la deforestación. El problema en esta zona, son las tapadas (retención) de agua que hacen los cañeros para regar sus cultivos, y otros problemas estructurales de la economía misma, no son las comunidades que pueden talar árboles o deforestar una zona.
Los manglares tienen la capacidad de recuperarse y la restauración es una oportunidad para activarla y también oportunidad de empleo para esas comunidades y mucho más restauradoras las mujeres y jóvenes, este puede ser oficio del presente y del futuro como restauradores de manglar.
Y no podemos ignorar los datos científicos que señalan que el nivel del mar está subiendo dos milímetros cada año. Y podríamos decir que solo son dos milímetros, pero si multiplicas por la fuerza de una masa de este tamaño que es el océano, es una amenaza gigantesca y los manglares en su barrera son los que van a regular esos impactos. El manglar tiene un papel de barrera pero eso no quiere decir que va evitar todas esas fuerzas, pero si puede aminorarlas.
¿Cómo le impacta el Cambio Climático al manglar?
-El calentamiento global está generando huracanes con más frecuencia y más fuertes, porque los huracanes los forman el calentamiento del agua del mar y los vientos. Y al observar las fotos de Metalío y la bocana de Garita Palmera y otras áreas, tenemos población que está asentada en lugares o lechos donde pasaban antes los ríos o el lugar en que desembocaban y están en total peligro, entonces no solo se trata de un esfuerzo combinado por salvar al manglar, también debemos pensar en la población, que es más allá del manglar.
¿Cómo adoptar a la población de esa zona al cambio climático?
-Debemos prepararnos con medidas muy fuertes y radicales, como quitar a las familias de ciertos lugares por ser muy probable que sufran daños, porque ya lo sufrieron en el pasado, ahí está el huracán Fifi, El Mitch y allí está exactamente el papel que jugó el manglar en esos eventos. Y de no estar esa barrera del manglar eso hubiera sido peor para la población y otros cultivos.
Hasta se hubiese llevado de paso al cultivo de la caña de azúcar, porque el manglar es el primer obstáculo o barrera donde el viento pierde fuerza, entonces a los cañeros, agricultores y ganaderos les convendría interesarse y contribuir totalmente en la restauración del manglar y cuidar sus cultivos. Ellos pueden invertir en el manglar, se puede hablar con ellos y hablemos su idioma, de su inversión y subirlos al barco de la protección de sus cultivos.
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