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Durante la eucaristía dominical celebrada en la Cripta de Catedral Metropolitana por el sacerdote y rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) Andreu Olivo se destacó el profundo cariño y admiración que la comunidad jesuita le tiene a Monseñor Romero. En la celebración de ayer se conmemoró el martirio de los seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras, asesinados el 16 de noviembre de 1989.
“Los mártires jesuitas trataron de seguir los pasos de Monseñor Romero, ellos también admiraron al beato mártir, admiraron su grandeza humana y espiritual, se dejaron guiar por su magisterio eclesial, se pusieron ellos mismos, y pusieron a la universidad entera al servicio del pastor y apoyarle en su labor ministerial en aquellos años tan difíciles del final de la década de los años 70”, enfatizó el rector de la UCA.
Agregó que cuando Monseñor Romero recibió el martirio, ellos trataron de seguir sus pasos, desde su labor universitaria, animados por la entrega y coherencia del pastor, tocados profundamente por este hombre fiel a Dios, portador de la buena nueva a los pobres, incansable evangelizador con sus palabras y su vida, ellos conocieron la sabiduría del beato que viene de Dios. “Monseñor Romero y los jesuitas mártires sabían que la experiencia de ese amor y la búsqueda de esa amistad con Dios, nos lleva a preocuparnos de la vida y las cosas temporales, a tomar la realidad muy en serio, para sembrar en ella los valores del evangelio”, sostuvo Olivo.
El religioso externó que Monseñor Romero comprendió el amor profundo de Dios a la humanidad y se dejó llevar, por eso amó tanto y se le dio tanta sabiduría.