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Decía el abuelo que el vino entre más añejo, acumula más calidad y es más sabroso. Y no necesariamente “más sabrosos”, pero los veteranos del tenis de tensa confirmaron el fin de semana las palabras del abuelo. En ocasión del Campeonato de Masters, nominado “Wang Shan Wu”, 28 varones y cuatro señoritas desempolvaron sus raquetas y uniformes para batirse y demostrar que es posible que los años les hayan restado velocidad, pero conservan aquellos chispazos de tenis que casi sacan fuego de las mesitas.
Linda exhibición de habilidad técnica y raquetazos ofensivos y defensivos, esa privilegiada y mezcla exquisita que solo se adquieren con los años y que un día se llevan al más allá. Y el torneo se puso muy bueno y equilibrado, porque como buen caballero y diplomático, el maestro de maestros, Wang Shan Wu, de casi 80 años, declinó participar para no hacer papilla a todos los rivales mucho más jóvenes que él. La participación de este tipo de origen taiwanés, que a través de los años ha hecho por el tenis de mesa cuscatleco, hubiera resultado un ventarrón y los de casa no habrían tenido ninguna posibilidad de faltarle al respeto deportivo.
Sin tanto guiri, guiri, los resultados de la doble jornada disputada en la Sala de Tenis de Mesa del Palacio de los Deportes, en la ruta al Centroamericano Masters de los próximos días dejó los siguientes resultados: En la categoría de los 30 a los 39 años, los máximos honores fueron para René Escobar; en el segundo Willy Hernández y en el tercero, Boris Galeano. En la 40-49, primer lugar Felipe Zelaya; luego, Alejandro Quinteros y tercero, Mauricio Marquez.
Luciendo como en sus mejores tiempos, el Presidente de esta Federación, Samuel Alfonso se quedó con la de oro en la categoría (50-59); relegando a la plata a Fernando Salinas y el bronce para Francisco Martínez. El ganador de la 60-69 fue José Ramos; segundo Carlos Quijano y tercero, Jesús Alas. Los otros dos campeones en las otras categorías fueron Orlando Vaquerano; Roberto Landaverde, Enrique Alfonso y Alfredo Siguenza.
En la rama femenina, cuyos partidos encendieron los ánimos y el entusiasmo del respetable, la campeona, haciendo recordar su explosivo y vibrante juego, que la mantuvo por varios años como la número uno de El Salvador, fue la maestra, De Ying Wang. En su ruta hacia el título y manteniendo su paternidad familiar, no le importó pasar sobre su dolor de cabeza, De Suan Wang y con más razón sometió a Karla Pérez y Claudia López.
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