Alma Vilches
Francisco Valencia
@fe_valencia
Como parte del 30 aniversario del asesinato de los sacerdotes jesuitas, el teólogo español Juan José Tamayo se encuentra en el país, momento que ha sido oportuno para brindar una serie de charlas acerca de Ignacio Ellacuría. Diario Co Latino conversó en exclusiva con el teólogo donde profundizó sobre su amistad y cercanía que tuvo con Ellacuría.
-Sobre su visita al país, ¿qué lo trae en esta ocasión a El Salvador?
Para mi era muy importante esta visita, porque es el 40 aniversario de mi conocimiento y de mi relación con Ignacio Ellacuría. Lo conocí el año de 1979, fui amigo suyo y colaboramos juntos en congresos de teología, en obras colectivas durante diez años, hasta su asesinato. Una semana antes del asesinato me encuentro con él en Madrid. Almorzamos el día 8 o día 9 y el motivo de ese almuerzo fue recuperar los originales de un libro que habían escrito Jon Sobrino y él: “Mysterium, Liberaciones, Contextos Fundamentales de la Teología de La Liberación”. Y a mí me pidieron para ese libro un artículo que era la “Reflexión de la teología de la liberación en Europa”.
Me encarga que yo recupere el original que había entregado a la editorial y que no lo publicaba. El encuentro para mí fue muy grato; sobre todo una expresión de confianza, porque él me entregó el aval, una carta en la que me autoriza para que yo gestione la publicación de ese libro. En 2005 vengo a El Salvador a un congreso sobre “Zubire”, leído por Ellacuría. Y a partir de ese momento yo vengo con relativa frecuencia, participo en el 25 aniversario de su asesinato, y dicto una conferencia con Jon Sobrino, titulada: “El legado de Ignacio Ellacuría”, y para mí era muy importante y necesario estar en el 30 aniversario, para ese reencuentro con Ignacio Ellacuría, cuarenta años después de haberlo conocido, treinta años después de su asesinato y veinticinco años después que participé en el congreso conmemorativo de su legado.
–¿Qué pensó y cómo actuó cuando supo, después de una semana de haber estado con él, que lo habían matado?
Me quedé desolado, prácticamente sin poder reaccionar, además fue un impacto muy fuerte este asesinato en el entorno familiar. Mi hijo tenía entonces cinco años y en la comida familiar le contamos que él era muy amigo nuestro, mi esposa es también teóloga, y me acuerdo que mi hijo le dijo: “mamá por qué han asesinado a Ignacio Ellacuría, si era tan bueno como vosotros decís”, fue una conmoción. Recuerdo, que fue un jueves, un jueves 16 de noviembre de 1989, y los jueves cada quince días en el instituto de Filosofía teníamos un seminario de Filosofía de la Religión, y la información la recibimos a las tres de la tarde, en el informativo.
Después de la comida fui al seminario que estaba formado por teólogos y filósofos del entorno de los jesuitas, porque lo dirigía un padre jesuita, el filósofo José Gómez Caffarena, y fue terrible, todo el seminario esas dos horas que duró el seminario se celebró bajo ese impacto, quedamos totalmente conmocionados. Yo creo que no me he repuesto todavía, por eso a la pregunta a la que yo intento responder en todos mis textos y artículos es por qué lo mataron; y ha habido bastantes personas de su entorno que explican el por qué.
Una de ellas Jon Sobrino quien dice que fue porque desenmascararon la mentira, y yo digo porque hizo un relato de lo que estaba pasando en El Salvador contrario al relato oficial, y dando un paso más, porqué los mataron, porque ejercieron la denuncia profética, continuando la denuncia profética de monseñor Romero. Otra tercera razón que da de alguna manera el poeta Jorge Galán, autor de la novela Noviembre, porque quisieron ser puente de reconciliación y buscaron la vía no violenta para terminar con el conflicto, y eso los militares no lo querían, porque buscaban la derrota total.
Al no aceptar una mediación para una resolución negociada del conflicto, fue por lo que los mataron. Hay un cúmulo de razones que a mi me han aclarado ese motivo.
-Las razones están casi claras, pero el quiénes todavía no está muy claro, se sabe que fueron soldados, el ejército, pero a un nivel de conocimiento, pero hay más, ¿qué sabe usted?
Pues no se mucho, ustedes de seguro saben más que yo, pero ahora vamos a tener la suerte de que por lo menos se haga un poco más de justicia en España, y es que ya extraditaron a Montano que estuvo en la cárcel en Estados Unidos unos años y ya está en España, será juzgado próximamente y esa es una de nuestras grandes satisfacciones porque nosotros desde la Asociación Pro Derechos de España (APDH) presentamos la querella, tenemos una gran esperanza.
Estamos muy frustrados porque ni el gobierno de ARENA, ni el gobierno del Frente ha permitido la extradición de los supuestos culpables de su asesinato, no acabamos de entenderlo sobre todo en el caso del Frente, pero estamos expectantes, yo si puedo asistir a las sesiones del juicio allí estaré.
-¿Para cuándo está establecido el juicio?
Creo que para febrero, aunque no estoy al tanto.
-Ha habido algunas filtraciones de ese juicio, allá en España, ¿qué más se sabe, hay testigos criteriados?
No lo se, es que llevo tres o cuatro meses viajando mucho y no estoy muy al tanto, ahora que llegue me voy a informar y les daré detalles, en este momento estoy fuera de ese parte judicial.
-Qué otros aspectos pueden resaltarse del legado de Ellacuría?
Hay muchos. El primero yo creo que es la categoría de la Salvación en la Historia, es decir, el concepto salvación ha estado muy cargado de trascendencia, de espiritualismo y de más allá; el concepto salvación es común a la mayoría de las religiones, pero siempre con esa vertiente de carácter más espiritualista, salvar el alma, eso es la identidad de la persona.
Según la antropología griega, no valorar el cuerpo y dejar la salvación para la otra vida, de forma que en ningún caso la salvación pasaba por la historia, pasaba como de puntillas, a uña de caballo. Ignacio Ellacuría dice no, la salvación cristiana es una salvación que se realiza en la historia.
Otra idea que me parece novedosa y original es la distinción que él hace entre iglesia y Reino de Dios, lo que no puede la Iglesia es ser autorreferencial, criticaba que fuera de la Iglesia no es salvación, el destino y la misión de la Iglesia está al servicio del mundo, por lo tanto tiene que estar al servicio del Reino de Dios; no son equidistante Reino de Dios e Iglesia. La Iglesia se ha institucionalizado de tal manera que ha perdido toda dimensión profética y la iglesia, por tanto no puede ser la referencia exclusiva a si misma, sino que tiene que estar al servicio del Reino de Dios. Pero ese Reino de Dios no es algo que se va a producir en el más allá, sino que tiene que tener su realización también en la Iglesia.
La tercera idea es la de los Pueblos Crucificados, esa es una gran originalidad, él lo que hace es decir: El Dios, Jesús crucificado remite al “Dios crucificado” y Jesús que es Dios crucificado remite a los crucificados de la historia. Son los pueblos crucificados que están representados por las mayorías populares. La idea de mayoría populares es clave para él, porque dice ¿para qué la teología?, pues para contribuir a la liberación de las mayorías populares que son la encarnación del Cristo crucificado y del Dios crucificado.
De forma que él dice que la salvación en la historia viene a través de los pueblos crucificados con el protagonismo de los pobres, por tanto cualquiera que no se mueva en ámbito de los pueblos crucificados, no puede erigirse en protagonista, sino en colaborador y acompañante. Y la frase más lúcida, que yo creo que más… Recordando a Ignacio de Loyola, es “Hay que bajar a los crucificados de la cruz”, eso cambia totalmente toda la concepción de la salvación, es decir, la concepción tradicionalista que es, Cristo nos salva a través de la cruz. Por lo tanto, los crucificados deben seguir en la cruz como condición necesaria para salvarlos.
Y Ellacuría decía, no, la cruz es un mal, la cruz es consecuencia de la violencia, del sistema, por tanto hay que bajar a los crucificados para de esa manera rehabilitarlos. Y otra idea también muy interesante de Ignacio Ellacuría, es el análisis que hace de la violencia. Él dice: hay tres tipos de violencia; la violencia originaria que es la violencia del sistema, la violencia estructural, que es la que realmente mata. Segundo tipo de violencia, es la violencia revolucionaria, que es la respuesta a la violencia estructural.
Ese tipo de violencia revolucionaria puede desembocar en lucha armada contra la violencia estructural. Qué pienso yo de la violencia revolucionaria que desemboca en lucha armada, dice, solamente la acepto como última razón, porque como cristiano y como seguidor de la Bienaventuranzas soy partidario de la lucha no violenta contra la violencia estructural.
Y, la tercera violencia, es la violencia de los escuadrones de la muerte, que son los que siembran terror a toda la población y que se salva con asesinatos y muertes colectivas; esa violencia hay que condenarla absolutamente.
Otra idea, interesantísima, desde el punto de vista teológico es su concepción de Cristo, claro, cuando él habla de la muerte de Cristo, dice que hay que invertir las preguntas, la teología tradicional pregunta por qué muere Jesús, la teología histórica que recupera al Jesús histórico plantea la pregunta por qué matan a Jesús; entonces, las causas históricas de la muerte de Jesús y la segunda parte cuál es el significado de esa muerte, un significado liberador de esa muerte.
Era un hombre tan sumamente creativo y lúcido que iluminó muchísimo, en todas las cuestiones, y luego muy influido por Jon Sobrino.
Ignacio Ellacuría tuvo extraordinarios maestros: Karl Rahner, en teología; Xavier Zubire, en Filosofía, Jon Sobrino, aunque tenía ocho años menos que él fue su maestro sobre todo en cristología, y monseñor Romero maestro en espiritualidad.
Que hace Ignacio Ellacuría con sus maestros, no repite miméticamente y de manera discipular la doctrina de sus maestros, sino que la reelabora, la reconstruye y crea su propio sistema.
¿De Rahner qué aprende?
La profusión conceptual. La manera de expresarse tanto oralmente como por escrito de Ellacuría son impecable. Con un rigor extraordinario. Tanto conceptual como argumental.
¿Qué aprende de Zubire? La filosofía de la realidad.
¿Qué aprende de Jon Sobrino? aprende a descubrir que lo más histórico del Jesús histórico es la praxis de liberación.
¿Qué aprende de monseñor Romero? Una espiritualidad que lleva al compromiso y la opción por el pueblo y por las organizaciones populares. Lo que va a hacer es incorporar todo lo que ha aprendido de sus maestros y crear un sistema filosófico y teológico propio.
Por ejemplo, pregunté a un conferencista, si en algún momento Ellacuría crítica a su maestro Zubiri, porque creo que hay un elemento criticable o por lo menos un avance; y es que Zubiri se queda en la realidad histórica y Ellacuría da un paso y dice la realidad histórica nos lleva a la praxis de liberación, y eso paso no lo da Zubiri. En el caso de Rahner que es teología trascendental y lo que hace Ellacuría es traducirla a realidad histórica.
-Saliendo un poco de Ellacuría, pero siempre en el plano de la religión, qué está pasando en el mundo. En El Salvador esta semana en la Asamblea Legislativa oran los evangélicos, hay muchos sacerdotes que todavía siguen con el conservadurismo, ¿a qué le atribuye usted esta situación?
Yo creo que no se han hecho correctamente las transiciones democráticas, y todo lo que usted dice es un paso que va más allá de los fundamentalismos, fundamentalismo religioso, fundamentalismo político y fundamentalismo económico. ¿Porqué está pasando? Que no se ha desarrollado en las religiones ese componente crítico y transformador que en la sociedad, la democracia está sometida al asedio del mercado; por tanto es una democracia bajo la dictadura del poder económico, y eso ha dado lugar a una búsqueda de alternativas ultraconservadoras e integristas que van a buscar el apoyo y la legitimación de la religión.
Además, los fundamentalismos religiosos están creciendo de manera especial en las iglesias durante el mandato del papa Francisco, lo cual no deja de ser una contradicción, incluso el propio Papa Francisco tiene a sus adversarios dentro de la curia romana y en una mayoría de obispos del mundo, y estos son los que están alimentando estos fenómenos que yo llamo cristo-neofascismo.
Esta idea del cristo-neofasismo me surge dando unos cursos de teología del sur en Brasil y un alumno me dice, profesor -debía ser sacerdote-, en la Iglesia nos prohíben hablar de política y vos lo hacéis constante. ¿Que está sucediendo ahora? lo que sucede es que hay una internacional del cristo-neofascismo y el espacio donde más se está desarrollando y donde más está actuando es en América Latina.
Por ejemplo, Colombia ¿por qué fracasan los Acuerdos de Paz? porque los mismos evangélicos integristas dicen que en esos Acuerdos de Paz se han incorporado planteamientos del matrimonio igualitario, reconocimiento de la homosexualidad, ahí fracasan porque en los Acuerdos de Paz no hay ninguno de esos elementos.
En Costa Rica, en las elecciones de 2017, en la primera vuelta gana el pastor evangélico, luego en la segunda vuelta se agrupan los otros partidos para cortarle la retirada.
Brasil en este momento tiene en la bancada evangélica 104 diputados, es el segundo mayoritario de la Asamblea.
Y acá (El Salvador), por lo que me han comentado, va por esa deriva, los evangélicos que ya quiere imponer la lectura de la biblia en las escuelas, y el resto es dentro de la Asamblea. ¿Porqué yo digo que esta tendencia es una internacional cristo-neofascismo, porque ya descaradamente se utiliza el nombre de Cristo para justificar estas posiciones extremas y todas estas tendencias cristo-neofascismo son ultraliberales, que van mucho más allá, incluso del neoliberalismo, hasta la canonización de la propiedad privada. Hay una tendencia dentro de las iglesias evangélicas ultraconservadoras que se llama la teología de la prosperidad.
Esa teología de la prosperidad está legitimando el sistema capitalista en su versión neoliberal. Ahí se puede ver lo que supone de perversión: utilizar al propio Cristo. Bolsonaro lo dice claramente que Brasil por encima de todos y Dios por encima de todos. Él dice que Cristo le salvó de aquel atentado que tuvo, y que Cristo intervino para que lo eligieran como presidente de Brasil. Todo esto supone una manipulación de la religión y una perversión de lo sagrado que va a legitimar en el caso concreto del cristianismo, todos estos comportamiento xenófobos, racista, homofóbico, misóginos, que nada tiene que ver con los elementos liberadores del cristianismo.
-Dado que América Latina son países bastante cristianos, el surgimiento de este movimiento podrían verlo como positivo, pero ahora que usted ha dicho la parte negativa, ¿qué otros peligros podrían vislumbrarse y ser catastróficos para la sociedad?
Sobre todo desde el punto de vista político que está cambiando totalmente el mapa político de América Latina. Por ejemplo, en Guatemala el 45 % de los creyentes pertenecen a estos movimientos, el salto a la política supone la negativa a ese principio que hemos ido construyendo en la iglesia católica desde el Concilio Vaticano II, la separación del elemento religioso del elemento político, lo que llamamos, la secularización. Este fenómeno es un atentado a la secularización de la sociedad y contra la autonomía de la política.
De forma que como siga esa deriva posiblemente en cuatro o cinco años se produce una inversión total en América Latina. Así como tuvimos diez años de gobiernos progresistas, que incorporan nuevos sujetos, que son las mujeres, la tierra, las comunidades indígenas y afrodescendientes; y que tienen una actitud antiimperialista, y una corrección al capitalismo, un intento de humanizar el capitalismo, ahora se va a producir el ciclo contrario.
La política latinoamericana estará regida por principios religiosos que legitiman la dependencia del imperio, el neoliberalismo más salvaje, la identificación entre religión y política. Para mi es enormemente preocupante, porque es un cambio del mapa en América Latina, pero volviendo a etapas en países del nacional cristianismo y a nivel continental, es la alianza continental Cristo neo fascista.
-Un amigo sacerdote decía que no podían gobernar con la Constitución, mucho menos con la Biblia, ¿qué le parece esa expresión?
Esa es la confesionalización de la política y es sustituir la Constitución por la Biblia, pero aún en ese caso esa sustitución de la Constitución por la Biblia, no es la Biblia en sus aspectos igualitarios, transformadores de justicia, misericordia, de compasión, sino que son aquellos textos de la Biblia que tiene ese carácter violento, misógino y discriminatorio, no recuperan de la Biblia todos sus textos, sino hacen una selección de aquellos textos que presentan a la religión con aspectos violentos, o sea que ni siquiera utilizando la Biblia lo hacen conforme a la concepción global de la Biblia, como un libro de texto liberador.
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