El uno de mayo, Día Internacional de la clase trabajadora, se caracterizó por dejar patentizada la sólida unidad entre el pueblo, partido y Gobierno. Esto, sin lugar a dudas, le ha ocasionado miedos a la derecha en general, y a los de ARENA en particular.
La convocatoria del partido FMLN, a través de sus liderazgos, empezando por Medardo González, el secretario general, hizo eco en la militancia, que desde diversos puntos del país llegaron hasta San Salvador para mezclarse entre el resto de la clase trabajadora, que también mostró su respaldo al partido de Gobierno y al Presidente Salvador Sánchez Cerén.
La masiva concentración de los marchistas en la Plaza El Salvador del Mundo, y las muestras de apoyo al partido y al Gobierno, pusieron en shock a la cúpula arenera, que ante el fracaso de las suyas, no solo ha deslegitimado los discursos, sino, también la participación masiva de los millares de trabajadoras y trabajadores.
Así, por ejemplo, personeros de ARENA criticaron la participación, en la marcha, de los funcionarios del Gobierno, provenientes de las filas del FMLN. A los de ARENA se les olvida que los funcionarios de Gobierno, antes que todo son trabajadores y además, militantes del Frente.
ARENA ha denunciado que los trabajadores fueron obligados a acudir a la marcha, como si en estos tiempos es posible hacer semejante manipulación. A la derecha se le olvida que desde dos puntos diferentes los sindicatos alineados hoy a la derecha, sobre todo, de instituciones públicas, hicieron sus propias marchas y concentraciones para protestar contra el Gobierno. La diferencia es que estas manifestaciones fueron raquíticas.
No dudamos que los empleados públicos que participaron en estas marchas opositoras al Gobierno, no fueron obligadas por nadie, como tampoco lo fueron los empleados públicos que participaron en la masiva concentración de apoyo al Gobierno, al partido y a la clase trabajadora misma.
Los miedos de ARENA, entonces, se fundamentan en su capacidad de movilizar pueblo en contra del Gobierno, y la capacidad que tiene este y el partido de concentrar masivamente al pueblo para apoyar su Gobierno y los programas sociales, además, para protestar en contra de los desmanes de la Sala de lo Constitucional, así como para protestar en contra de ARENA por el boicot que mantiene en la Asamblea Legislativa a aprobarle créditos para el bien del pueblo.
ARENA también tiene miedo al rechazo organizado y masivo del pueblo al modelo de pensiones privatizadas.
La derecha debe tener claro, que hay una unidad granítica entre pueblo, partido y Gobierno, y a eso sí deben tenerle miedo, pero sobre todo respeto.