Valencia/AFP
Diego Urdaneta
Los 630 migrantes rescatado por el buque humanitario «Aquarius» desembarcaron el domingo en el puerto español de Valencia (este), cerrando una semana de travesía por el Mediterráneo que avivó las tensiones en Europa por la política migratoria.
Los migrantes estaban repartidos en tres barcos, el «Aquarius» y dos navíos italianos, que atracaron en forma escalonada desde el alba.
Cuando entró al puerto el buque humanitario, fletado por la oenegé francesa SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF), fue recibido con ruidosos aplausos, mientras que en su cubierta los migrantes bailaron y cantaron.
Tras 1.500 km navegados, los migrantes, principalmente de países africanos, fueron recibidos en Valencia por un amplio dispositivo de más de 2.000 personas, entre voluntarios de Cruz Roja, médicos, intérpretes y policías.
Rescatados por el «Aquarius» en la noche del 9 al 10 de junio frente a Libia, son en total 450 hombres adultos y 80 mujeres —al menos siete embarazadas-, 11 niños menores de 13 años y 89 adolescentes también menores.
Los periodistas observaron el recibimiento a distancia, sin acceso a los migrantes para proteger su privacidad.
«Inacción criminal»
«Esta situación no puede repetirse. (…) La inacción de Europa es criminal», afirmó en rueda de prensa la directora general de SOS Méditerranée, Sophie Beau, quien dijo que su organización planea volver a echarse al mar a rescatar migrantes.
El «Aquarius» se vio obligado a navegar hacia España, cuyo nuevo ejecutivo socialista permitió su entrada por razones «humanitarias», ante la negativa del gobierno italiano —formado en parte por un partido de extrema derecha, la Liga— de permitir atracar al buque, lo que sumió además a la Unión Europea (UE) en una disputa diplomática por la migración.
«Esto muestra cómo Europa perdió su norte moral», denunció una responsable de MSF, Karline Kleijer. «No somos la causa ni la solución, somos sólo un síntoma» de la crisis migratoria, agregó.
En Valencia, una enorme pancarta que dice «Bienvenidas a vuestra casa» (un guiño al movimiento feminista) en varios idiomas, incluido el árabe, recibió a los migrantes en el puerto de Valencia.
Tras una primera revisión médica a bordo, los migrantes fueron descendiendo progresivamente y ya todos se encuentran en tierra, según el gobierno regional valenciano.
Los migrantes serán entrevistados uno a uno para saber si son susceptibles de protección, aunque España ha advertido que aquellos que sean inmigrantes económicos pueden ser expulsados.
Según MSF, las autoridades españolas les entregan tres formularios para elegir cuál rellenar: uno para pedir un permiso de estadía de 45 días, otro para pedir asilo en España y un tercero para solicitarlo en Francia.
Este último país ofreció recibir a los migrantes que cumplieran con los requisitos para obtener el asilo y que quisieran ir a Francia.
Las mujeres embarazadas y las personas que lo necesitaron fueron derivados en ambulancias a hospitales. Los demás eran llevados a albergues provisionales.
«Están bastante felices de haber llegado a puerto, bastante ilusionados y esperanzados, también se les ve cansados, pero lo primero gana a lo segundo», señaló a la AFP Carmen Moreno, una de los 1.000 voluntarios de Cruz Roja que recibieron a los migrantes.
Solidaridad española
El rechazo italiano al «Aquarius» sumió a Europa en una nueva disputa política y generó incluso una crisis diplomática entre París y Roma.
El gobierno italiano volvió a prohibir el sábado el acceso a los puertos de la península a buques de las oenegés, lo que podría acentuar las tensiones europeas.
Su ministro del Interior, Matteo Salvini, dijo el domingo esperar que España «reciba a otros 66.000 (migrantes) y que los portugueses, los malteses y los demás también puedan hacerlo».
En España, en cambio, han surgido expresiones de solidaridad, tanto a nivel de las regiones, que se ofrecieron a recibir parte de los migrantes, como por parte de los ciudadanos.
«Hoy es un día histórico (…) Hay un antes y un después», se congratuló el padre Ángel, un cura español conocido por su labor con los más necesitados, hablando a la prensa en el muelle donde atracaron los barcos.
Acogiendo al «Aquarius», Sánchez marcó diferencias con el anterior gobierno del conservador Mariano Rajoy, criticado por oenegés por su política migratoria.
Actualmente, España es la tercera vía marítima de entrada de inmigrantes irregulares a la Unión Europea (UE), por detrás de Italia y Grecia, con 9.315 en lo que va de año, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Desde el viernes, casi 1.300 personas fueron rescatadas tratando de alcanzar las costas españolas, en tanto cuatro murieron en el intento.
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